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Columnista - 23 noviembre, 2012

Así son los Grammy Latinos

Por: Jorge Nain Ruiz  La noticia que el cantante de San Marcos, Sucre, Juan Piña se quedó con el premio Grammy Latino en la modalidad Cumbia-Vallenato si se hubiese dado en los años 1977, 1978 o 1979 sería lo más normal y merecido, pues por aquellas épocas los remoquetes y títulos de sus discos eran […]

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Por: Jorge Nain Ruiz 

La noticia que el cantante de San Marcos, Sucre, Juan Piña se quedó con el premio Grammy Latino en la modalidad Cumbia-Vallenato si se hubiese dado en los años 1977, 1978 o 1979 sería lo más normal y merecido, pues por aquellas épocas los remoquetes y títulos de sus discos eran El Fuete, El Azote del Vallenato, al lado nada menos que de “Juancho” Rois, el más creativo de los acordeoneros de esa época y sus éxitos competían de tu a tu con los de los Hermanos Zuleta, Jorge Oñate o Diomedes Díaz.
El asunto es que el Grammy Latino Cumbia –Vallenato lo obtiene Piña es en pleno apogeo de la llamada nueva ola del Vallenato, ya a finales de 2012, cuando los artistas que se imponen son Silvestre Dangond, Peter Manjarrez, Jorge Celedón, Grupo Kvrass, Martín Elías, entre otros, con estilos totalmente distintos a aquellos de los años setenta  y con un trabajo musical hecho no para competir ni mucho menos para comercializar, pues se trata de un homenaje a San Jacinto, Bolívar.
Últimamente, se ha vuelto costumbre hacer trabajos musicales en homenaje a los pueblos, en muchos casos los compositores  e interpretes son todos nacidos en el lugar al que se le rinde homenaje, así tenemos varios CD en homenaje a Urumita, Villanueva, San Juan, Chiriguaná, Valledupar, etc.
Pero es conveniente aclarar que en casi todos los casos su promoción y venta ha sido muy limitada e incluso me atrevo a afirmar que en su mayoría son producciones  de aquellas que llamamos caseras.
El solo costo de las producciones de los demás artistas nominados en esta modalidad nos puede dar un referente, yo no se como financió Juan Piña la producción que lo llevó al selecto grupo de músicos que tienen en su trayectoria un Grammy Latino, pero estoy seguro de que si hacemos las comparaciones la brecha es abismal.  
Solo después de obtener la nominación al Grammy me he venido a enterar de que existía el trabajo musical “Juan Piña le canta a San Jacinto” con el acordeón de Rodrigo Rodríguez y la voz, por supuesto de “Juancho”, quien ya estaba casi en el anonimato y con este premio se ha levantado como el Ave Fénix desde las cenizas, debo confesar que esta ha sido una gratísima sorpresa y he escuchado con toda atención el CD, lo he saboreado y degustado y me parece excelente, pero no lo suficiente como para quedarse con el gramófono, lo cual me sigue dejando inquietudes sobre la forma, los mecanismos y criterios que tiene la Academia para entregar estos premios.

Yo no tengo la menor duda de que la voz de  Juan Piña es merecedora de un Grammy Latino y de que el trabajo musical se encuentra bien logrado, pero me sigue inquietando donde y como se “cocinan” estos premios llamados Grammy Latinos, claro que a mi me gustan más las canciones del trabajo de Juan Piña que todas las de los otros nominados, pero por ello no puedo llegar a decir que supera en calidad a los otros, una cosa es que me guste la música, la letra y el estilo de las canciones y otra – muy distinta- es que llene los requisitos para obtener un premio Internacional de ese talante.
Estoy seguro de que Juan Piña ha sido el primer sorprendido con este resultado, repito, no porque él no lo merezca, recordemos que aquí no se califica la voz, ni la interpretación del acordeón, sino la producción de manera integral de todo el álbum y nadie espera ganar un Oscar con un video casero.

COLOFÓN: Para los vallenatos la partida del periodista, el cronista, el guionista, el reportero, el presentador, el investigador, el animador, pero sobre todo el vallenatólogo  Ernesto McCausland es un golpe bastante fuerte, él engalanó con su presencia muchísimos festivales de este folclor, en todo el territorio nacional y como pocos periodistas  en este País entrevistó a nuestros juglares y artistas, disfrutó como nadie con ellos y sobre todo fue un defensor acérrimo de nuestro folclor.  Paz en su tumba.

[email protected]   @jorgenainruiz

Columnista
23 noviembre, 2012

Así son los Grammy Latinos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

Por: Jorge Nain Ruiz  La noticia que el cantante de San Marcos, Sucre, Juan Piña se quedó con el premio Grammy Latino en la modalidad Cumbia-Vallenato si se hubiese dado en los años 1977, 1978 o 1979 sería lo más normal y merecido, pues por aquellas épocas los remoquetes y títulos de sus discos eran […]


Por: Jorge Nain Ruiz 

La noticia que el cantante de San Marcos, Sucre, Juan Piña se quedó con el premio Grammy Latino en la modalidad Cumbia-Vallenato si se hubiese dado en los años 1977, 1978 o 1979 sería lo más normal y merecido, pues por aquellas épocas los remoquetes y títulos de sus discos eran El Fuete, El Azote del Vallenato, al lado nada menos que de “Juancho” Rois, el más creativo de los acordeoneros de esa época y sus éxitos competían de tu a tu con los de los Hermanos Zuleta, Jorge Oñate o Diomedes Díaz.
El asunto es que el Grammy Latino Cumbia –Vallenato lo obtiene Piña es en pleno apogeo de la llamada nueva ola del Vallenato, ya a finales de 2012, cuando los artistas que se imponen son Silvestre Dangond, Peter Manjarrez, Jorge Celedón, Grupo Kvrass, Martín Elías, entre otros, con estilos totalmente distintos a aquellos de los años setenta  y con un trabajo musical hecho no para competir ni mucho menos para comercializar, pues se trata de un homenaje a San Jacinto, Bolívar.
Últimamente, se ha vuelto costumbre hacer trabajos musicales en homenaje a los pueblos, en muchos casos los compositores  e interpretes son todos nacidos en el lugar al que se le rinde homenaje, así tenemos varios CD en homenaje a Urumita, Villanueva, San Juan, Chiriguaná, Valledupar, etc.
Pero es conveniente aclarar que en casi todos los casos su promoción y venta ha sido muy limitada e incluso me atrevo a afirmar que en su mayoría son producciones  de aquellas que llamamos caseras.
El solo costo de las producciones de los demás artistas nominados en esta modalidad nos puede dar un referente, yo no se como financió Juan Piña la producción que lo llevó al selecto grupo de músicos que tienen en su trayectoria un Grammy Latino, pero estoy seguro de que si hacemos las comparaciones la brecha es abismal.  
Solo después de obtener la nominación al Grammy me he venido a enterar de que existía el trabajo musical “Juan Piña le canta a San Jacinto” con el acordeón de Rodrigo Rodríguez y la voz, por supuesto de “Juancho”, quien ya estaba casi en el anonimato y con este premio se ha levantado como el Ave Fénix desde las cenizas, debo confesar que esta ha sido una gratísima sorpresa y he escuchado con toda atención el CD, lo he saboreado y degustado y me parece excelente, pero no lo suficiente como para quedarse con el gramófono, lo cual me sigue dejando inquietudes sobre la forma, los mecanismos y criterios que tiene la Academia para entregar estos premios.

Yo no tengo la menor duda de que la voz de  Juan Piña es merecedora de un Grammy Latino y de que el trabajo musical se encuentra bien logrado, pero me sigue inquietando donde y como se “cocinan” estos premios llamados Grammy Latinos, claro que a mi me gustan más las canciones del trabajo de Juan Piña que todas las de los otros nominados, pero por ello no puedo llegar a decir que supera en calidad a los otros, una cosa es que me guste la música, la letra y el estilo de las canciones y otra – muy distinta- es que llene los requisitos para obtener un premio Internacional de ese talante.
Estoy seguro de que Juan Piña ha sido el primer sorprendido con este resultado, repito, no porque él no lo merezca, recordemos que aquí no se califica la voz, ni la interpretación del acordeón, sino la producción de manera integral de todo el álbum y nadie espera ganar un Oscar con un video casero.

COLOFÓN: Para los vallenatos la partida del periodista, el cronista, el guionista, el reportero, el presentador, el investigador, el animador, pero sobre todo el vallenatólogo  Ernesto McCausland es un golpe bastante fuerte, él engalanó con su presencia muchísimos festivales de este folclor, en todo el territorio nacional y como pocos periodistas  en este País entrevistó a nuestros juglares y artistas, disfrutó como nadie con ellos y sobre todo fue un defensor acérrimo de nuestro folclor.  Paz en su tumba.

[email protected]   @jorgenainruiz