La Corte Internacional de Justicia dictaminó el lunes que un grupo de pequeñas islas en el Caribe occidental pertenecen a Colombia y no a Nicaragua, pero le concedió al país centroamericano una zona más grande de mar, lo que fue considerado por el gobierno colombiano como errores y excesos del alto tribunal.
Polémica por fallo de la Corte I. de la Haya:
Por MIKE CORDER. Associated Press
LA HAYA. Holanda. AP.
La Corte Internacional de Justicia dictaminó el lunes que un grupo de pequeñas islas en el Caribe occidental pertenecen a Colombia y no a Nicaragua, pero le concedió al país centroamericano una zona más grande de mar, lo que fue considerado por el gobierno colombiano como errores y excesos del alto tribunal.
Entre los siete islotes que estaban en controversia, por decisión de Nicaragua, se encuentran Serrana, Quitasueño y Roncador en aguas del mar Caribe.
Con base en las pruebas presentadas a los jueces por los abogados de ambas naciones “Colombia, y no Nicaragua, tiene la soberanía sobre las islas”, dijo el presidente del tribunal Peter Tomka a las delegaciones de ambas partes.
Nuevos límites
Las nuevas fronteras le dan a Colombia el control de las aguas y fondos marinos que rodean a las islas y cayos. Pero también le dan a Nicaragua una zona grande de mar y fondo marino, en forma de herradura, que se extiende desde la costa continental y alrededor de las islas colombianas.
Tras horas después del fallo, el presidente Juan Manuel Santos criticó la decisión de la Corte y dijo que buscaría los mecanismos de rebatirla, a pesar de que fue un dictamen inapelable.
“No vamos a descartar ningún recurso o mecanismo que nos conceda el derecho internacional para defender nuestros derechos. El gobierno respeta el derecho pero considera que la Corte ha incurrido en este tema en serias equivocaciones” al trazar la línea de delimitación marítima, dijo el presidente en un mensaje divulgado en la página de internet de la casa de gobierno.
La Corte en su decisión de la jornada “extendió la línea de delimitación marítima hacia el oriente (de las islas) hasta llegar a 200 millas de la costa nicaragüense. Esto significa una reducción de los derechos de jurisdicción de Colombia sobre áreas marítimas”, destacó el mandatario al asegura que tal reducción de mar colombiano “le dolía”.
En su decisión, al mover esos límites, la Corte incurrió, dijo Santos, en “omisiones, errores, excesos, inconsistencias, que no podemos aceptar”.
Rechazo de Colombia
“Teniendo en cuenta lo anterior, Colombia -representada por su jefe de Estado- rechaza enfáticamente ese aspecto del fallo que la Corte ha proferido en el día de hoy”. “Por esto, no vamos a descartar ningún recurso o mecanismo que nos conceda el derecho internacional para defender nuestros derechos”, añadió el mandatario sin dar detalles de cuáles mecanismos podría utilizar.
Y “como colombiano, estas repercusiones (del fallo al perder mar) me duelen profundamente”, indicó el presidente al anunciar que este mismo lunes viajaría y dormiría en la isla de San Andrés, la mayor del archipiélago, para reunirse el martes con sus dirigentes y habitantes.
Diversas reacciones
La analista Sandra Borda, profesora de ciencias políticas y relaciones internacionales de la Universidad de Los Andes, en Bogotá, dijo que la decisión de la Corte estaba en consonancia con otros “fallos en que ninguno (lado) puede ser definido como ganador o perdedor”.
Y aunque, agregó Borda en diálogo telefónico, “no creo que esto le va a implicar un costo grande al gobierno (en popularidad y desgaste ante la opinión pública), estas cosas tocan mucho el honor nacional”.
“El honor nacional está herido por el territorio…donde no funcione el proceso de paz (con las guerrillas) esto (de la pérdida de mar) es lo que va a quedar de la administración Santos” para la historia, destacó.
Santos y las guerrillas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) comenzaron en la jornada en La Habana a debatir una agenda de temas en busca de acabar el conflicto de casi 50 años.
Potencial de recursos pesqueros
La entrega de esa zona de mar a Nicaragua fue recibida como una pérdida en Colombia, y generó reclamos para el ex canciller Julio Londoño, que encabezó el equipo colombiano ante la Corte.
En los cayos “Serrana y Quitasueño no vive nadie, pero tienen un potencial de recursos (pesqueros) muy importante para la supervivencia de los pescadores sanandresanos”, dijo Jack Housni, representante a la Cámara por San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Según la secretaria de gobierno de la región, Emiliana Bernard, ” fue un fallo preocupante…y por consiguiente la comunidad lo ha recibido con mucha tristeza sobre todos los pescadores artesanales que verán afectados sus intereses y su sustento económico en cuanto al acceso a los bancos de pesca”.
El archipiélago alberga una de las mayores reservas coralinas del mundo de al menos 255 kilómetros cuadrados y que fue declarado en el año 2000 Reserva de Biosfera por la Unesco.
Hay que estudiar el fallo
Para Londoño, la Corte Internacional de Justicia “ha ratificado el Tratado de 1928 entre Colombia y Nicaragua, que Nicaragua pretendía desconocer… No obstante todo esto, tenemos que estudiar cuidadosamente los detalles del fallo para trasladarlos al gobierno nacional, que tomará las decisiones que considere adecuadas después de un análisis cuidadoso que se realice al respecto”, señaló.
Por su parte, el representante de Nicaragua ante La Haya, Carlos Argüello, dijo por teléfono desde Holanda al oficialista Canal 4, que el fallo favorece enormemente a Nicaragua, porque nunca pretendió se le concediera soberanía sobre las islas, sino extender su mar territorial en el Caribe.
“Colombia pretendía que como era dueña de esas islas, era dueña de todos los espacios marítimos, y la Corte le dijo que no es así … nos han dado espacios marítimos importantísimos”, dijo Argüello.
Agregó que el fallo agregó “un potencial de riqueza y un futuro de explotación de pesca y otros recursos como minerales increíbles a Nicaragua, eso es lo que buscábamos y es lo que salió”.
Nicaragua acudió primero vez a la corte mundial, el órgano judicial más alto de Naciones Unidas, en 2001, argumentando que Colombia no tenía ningún derecho legal sobre las islas.
El tribunal rechazó parcialmente ese argumento en 2007, diciendo que un tratado de 1928 entre ambos países establecía que Colombia era propietaria de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, ubicadas a 720 kilómetros (450 millas) de la costa de Colombia y a 110 kilómetros (70 millas) del territorio continental de Nicaragua.
Pero en ese fallo del 2007 faltó por definir la línea divisoria entre los dos países y los siete cayos.
Con el fallo de hoy, la Corte dijo que todo el archipiélago, desde las islas grandes como había dicho de San Andrés, Providencia y Santa Catalina eran de Colombia, pero también los cayos. Sin embargo, redujo el espacio marítimo de dos de los cayos, Quitasueño y Serrana, según las autoridades en Colombia.
La gobernadora de la región Auri Guerrero dijo que la definición de los límites por parte del Tribunal , “es pérdida para nosotros, y cuantificar las pérdidas en este momento no es posible todavía”.
San Andrés, Providencia y Santa Catalina, o las mayores islas del archipiélago y las únicas habitadas, tienen una población de al menos 72.000 personas, de las cuales 1.200 de ellas dedicadas a la pesca artesanal. “Realmente es bastante el territorio” perdido, añadió.
El fallo de la corte “es el resultado de un mal proceso liderado por el ex embajador (en Cuba y ex canciller colombiano) Julio Londoño, porque llenó de secretos este proceso, no le informó el país durante 11 años cómo estaba avanzando el proceso, no incluyó dentro de él a la población sanandresana, ni uno de los habitantes de San Andrés estuvo en el equipo negociador, que hubiera sido importante”, dijo Housni.
Ambos funcionarios escucharon junto a pobladores de San Andrés, reunidos en el parque de la isla, la lectura completa del fallo. Estallaron en aplausos cuando el tribunal reconoció la soberanía colombiana en todos los islotes, pero se quedaron callados al escuchar los límites de mar.
Las sentencias de la Corte Internacional de Justicia son definitivas y legalmente vinculantes.
La Corte Internacional de Justicia dictaminó el lunes que un grupo de pequeñas islas en el Caribe occidental pertenecen a Colombia y no a Nicaragua, pero le concedió al país centroamericano una zona más grande de mar, lo que fue considerado por el gobierno colombiano como errores y excesos del alto tribunal.
Polémica por fallo de la Corte I. de la Haya:
Por MIKE CORDER. Associated Press
LA HAYA. Holanda. AP.
La Corte Internacional de Justicia dictaminó el lunes que un grupo de pequeñas islas en el Caribe occidental pertenecen a Colombia y no a Nicaragua, pero le concedió al país centroamericano una zona más grande de mar, lo que fue considerado por el gobierno colombiano como errores y excesos del alto tribunal.
Entre los siete islotes que estaban en controversia, por decisión de Nicaragua, se encuentran Serrana, Quitasueño y Roncador en aguas del mar Caribe.
Con base en las pruebas presentadas a los jueces por los abogados de ambas naciones “Colombia, y no Nicaragua, tiene la soberanía sobre las islas”, dijo el presidente del tribunal Peter Tomka a las delegaciones de ambas partes.
Nuevos límites
Las nuevas fronteras le dan a Colombia el control de las aguas y fondos marinos que rodean a las islas y cayos. Pero también le dan a Nicaragua una zona grande de mar y fondo marino, en forma de herradura, que se extiende desde la costa continental y alrededor de las islas colombianas.
Tras horas después del fallo, el presidente Juan Manuel Santos criticó la decisión de la Corte y dijo que buscaría los mecanismos de rebatirla, a pesar de que fue un dictamen inapelable.
“No vamos a descartar ningún recurso o mecanismo que nos conceda el derecho internacional para defender nuestros derechos. El gobierno respeta el derecho pero considera que la Corte ha incurrido en este tema en serias equivocaciones” al trazar la línea de delimitación marítima, dijo el presidente en un mensaje divulgado en la página de internet de la casa de gobierno.
La Corte en su decisión de la jornada “extendió la línea de delimitación marítima hacia el oriente (de las islas) hasta llegar a 200 millas de la costa nicaragüense. Esto significa una reducción de los derechos de jurisdicción de Colombia sobre áreas marítimas”, destacó el mandatario al asegura que tal reducción de mar colombiano “le dolía”.
En su decisión, al mover esos límites, la Corte incurrió, dijo Santos, en “omisiones, errores, excesos, inconsistencias, que no podemos aceptar”.
Rechazo de Colombia
“Teniendo en cuenta lo anterior, Colombia -representada por su jefe de Estado- rechaza enfáticamente ese aspecto del fallo que la Corte ha proferido en el día de hoy”. “Por esto, no vamos a descartar ningún recurso o mecanismo que nos conceda el derecho internacional para defender nuestros derechos”, añadió el mandatario sin dar detalles de cuáles mecanismos podría utilizar.
Y “como colombiano, estas repercusiones (del fallo al perder mar) me duelen profundamente”, indicó el presidente al anunciar que este mismo lunes viajaría y dormiría en la isla de San Andrés, la mayor del archipiélago, para reunirse el martes con sus dirigentes y habitantes.
Diversas reacciones
La analista Sandra Borda, profesora de ciencias políticas y relaciones internacionales de la Universidad de Los Andes, en Bogotá, dijo que la decisión de la Corte estaba en consonancia con otros “fallos en que ninguno (lado) puede ser definido como ganador o perdedor”.
Y aunque, agregó Borda en diálogo telefónico, “no creo que esto le va a implicar un costo grande al gobierno (en popularidad y desgaste ante la opinión pública), estas cosas tocan mucho el honor nacional”.
“El honor nacional está herido por el territorio…donde no funcione el proceso de paz (con las guerrillas) esto (de la pérdida de mar) es lo que va a quedar de la administración Santos” para la historia, destacó.
Santos y las guerrillas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) comenzaron en la jornada en La Habana a debatir una agenda de temas en busca de acabar el conflicto de casi 50 años.
Potencial de recursos pesqueros
La entrega de esa zona de mar a Nicaragua fue recibida como una pérdida en Colombia, y generó reclamos para el ex canciller Julio Londoño, que encabezó el equipo colombiano ante la Corte.
En los cayos “Serrana y Quitasueño no vive nadie, pero tienen un potencial de recursos (pesqueros) muy importante para la supervivencia de los pescadores sanandresanos”, dijo Jack Housni, representante a la Cámara por San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Según la secretaria de gobierno de la región, Emiliana Bernard, ” fue un fallo preocupante…y por consiguiente la comunidad lo ha recibido con mucha tristeza sobre todos los pescadores artesanales que verán afectados sus intereses y su sustento económico en cuanto al acceso a los bancos de pesca”.
El archipiélago alberga una de las mayores reservas coralinas del mundo de al menos 255 kilómetros cuadrados y que fue declarado en el año 2000 Reserva de Biosfera por la Unesco.
Hay que estudiar el fallo
Para Londoño, la Corte Internacional de Justicia “ha ratificado el Tratado de 1928 entre Colombia y Nicaragua, que Nicaragua pretendía desconocer… No obstante todo esto, tenemos que estudiar cuidadosamente los detalles del fallo para trasladarlos al gobierno nacional, que tomará las decisiones que considere adecuadas después de un análisis cuidadoso que se realice al respecto”, señaló.
Por su parte, el representante de Nicaragua ante La Haya, Carlos Argüello, dijo por teléfono desde Holanda al oficialista Canal 4, que el fallo favorece enormemente a Nicaragua, porque nunca pretendió se le concediera soberanía sobre las islas, sino extender su mar territorial en el Caribe.
“Colombia pretendía que como era dueña de esas islas, era dueña de todos los espacios marítimos, y la Corte le dijo que no es así … nos han dado espacios marítimos importantísimos”, dijo Argüello.
Agregó que el fallo agregó “un potencial de riqueza y un futuro de explotación de pesca y otros recursos como minerales increíbles a Nicaragua, eso es lo que buscábamos y es lo que salió”.
Nicaragua acudió primero vez a la corte mundial, el órgano judicial más alto de Naciones Unidas, en 2001, argumentando que Colombia no tenía ningún derecho legal sobre las islas.
El tribunal rechazó parcialmente ese argumento en 2007, diciendo que un tratado de 1928 entre ambos países establecía que Colombia era propietaria de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, ubicadas a 720 kilómetros (450 millas) de la costa de Colombia y a 110 kilómetros (70 millas) del territorio continental de Nicaragua.
Pero en ese fallo del 2007 faltó por definir la línea divisoria entre los dos países y los siete cayos.
Con el fallo de hoy, la Corte dijo que todo el archipiélago, desde las islas grandes como había dicho de San Andrés, Providencia y Santa Catalina eran de Colombia, pero también los cayos. Sin embargo, redujo el espacio marítimo de dos de los cayos, Quitasueño y Serrana, según las autoridades en Colombia.
La gobernadora de la región Auri Guerrero dijo que la definición de los límites por parte del Tribunal , “es pérdida para nosotros, y cuantificar las pérdidas en este momento no es posible todavía”.
San Andrés, Providencia y Santa Catalina, o las mayores islas del archipiélago y las únicas habitadas, tienen una población de al menos 72.000 personas, de las cuales 1.200 de ellas dedicadas a la pesca artesanal. “Realmente es bastante el territorio” perdido, añadió.
El fallo de la corte “es el resultado de un mal proceso liderado por el ex embajador (en Cuba y ex canciller colombiano) Julio Londoño, porque llenó de secretos este proceso, no le informó el país durante 11 años cómo estaba avanzando el proceso, no incluyó dentro de él a la población sanandresana, ni uno de los habitantes de San Andrés estuvo en el equipo negociador, que hubiera sido importante”, dijo Housni.
Ambos funcionarios escucharon junto a pobladores de San Andrés, reunidos en el parque de la isla, la lectura completa del fallo. Estallaron en aplausos cuando el tribunal reconoció la soberanía colombiana en todos los islotes, pero se quedaron callados al escuchar los límites de mar.
Las sentencias de la Corte Internacional de Justicia son definitivas y legalmente vinculantes.