En algunos círculos sociales se le atribuye a los medios de comunicación, en general, un poder exagerado. Incluso, hace algunos años se hablaba del cuarto poder, para hacer referencia al poder de la prensa luego del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. En los primeros estudios de las ciencias de la comunicación, algunas teorías hacían […]
En algunos círculos sociales se le atribuye a los medios de comunicación, en general, un poder exagerado. Incluso, hace algunos años se hablaba del cuarto poder, para hacer referencia al poder de la prensa luego del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.
En los primeros estudios de las ciencias de la comunicación, algunas teorías hacían énfasis en ese gran poder de los medios sobre los distintos tipos de audiencia, atribuyéndole a los medios de comunicación casi la posibilidad de poder “manipular” a sus receptores, como si los cerebros de estos funcionaran como una especie de hoja en blanco…
Estudios posteriores realizados por sociólogos, comunicadores, sicólogos y otro tipo de profesionales, incluyendo a autores de la talla del semiólogo italiano Humberto Eco, han planteado otras teorías más próximas a la realidad de la inter-relación entre los medios, el individuo y la sociedad.
Entre esos autores modernos está Maxwell McCombs, autor de la famosa teoría de la fijación de la agenda. Este autor estuvo en Barranquilla hace pocos días, invitado por la Universidad del Norte, y su presencia fue reseñada y destacada por EL HERALDO de Barranquilla y EL TIEMPO de Bogotá.
Comb explicó su teoría a los estudiantes de comunicación social de esa prestigiosa universidad. Según esta teoría el gran poder de los medios es determinar la agenda informativa, es decir la selección y ponderación de los temas más importantes de los cuales hablará la gente, los consumidores de medios. Y considera McCombs que con la llegada y el auge de las nuevas tecnologías el poder de los medios es cada vez menos un poder absoluto y – por el contrario- es un poder relativo. Los lectores o receptores de la información no son pasivos, y mucho menos tontos, diríamos nosotros, y por el contrario cada vez saben leer con escepticismo y sentido crítico lo que dicen los medios.
Por supuesto, para algunos los medios son una especie de caja de resonancia de políticos, empresarios, artistas y deportistas, empresas, instituciones y organizaciones; pero el público se forma sus opiniones no sólo con lo que dice o deja de decir un medio sino el conjunto y el universo de los medios, pero también de otras fuentes como son los grupos de familiares y amigos, el sistema educativo, los sitios de trabajo, la internet y las redes sociales…
En efecto, la irrupción de las nuevas tecnologías en el mundo moderno han creado una verdadera “torre de babel” con la una sobreinformación, que algunos califican de bulliciosa, plantea a los mismos medios masivos de comunicación, al sistema educativo y a los padres de familia la necesidad de formar receptores y lectores más críticos, conscientes y responsables del mismo poder de los medios, pero también de la necesidad de informarse bien y contrastar diversas fuentes sobre un mismo tema, antes de tomar alguna decisión o formarse una opinión.
De nuestra parte, consideramos que, en la actualidad, el poder de los medios es cada vez más relativo, tanto en materia periodística, como en la publicidad y la propaganda. De lo que sí debemos ser conscientes los medios y los periodistas es de la gran responsabilidad que tenemos con nuestros lectores para entregarles información actual y de calidad, orientar y formar a la opinión y contribuir a la construcción de una mejor ciudadanía, más participativa, crítica y responsable en todo sentido.
En algunos círculos sociales se le atribuye a los medios de comunicación, en general, un poder exagerado. Incluso, hace algunos años se hablaba del cuarto poder, para hacer referencia al poder de la prensa luego del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. En los primeros estudios de las ciencias de la comunicación, algunas teorías hacían […]
En algunos círculos sociales se le atribuye a los medios de comunicación, en general, un poder exagerado. Incluso, hace algunos años se hablaba del cuarto poder, para hacer referencia al poder de la prensa luego del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.
En los primeros estudios de las ciencias de la comunicación, algunas teorías hacían énfasis en ese gran poder de los medios sobre los distintos tipos de audiencia, atribuyéndole a los medios de comunicación casi la posibilidad de poder “manipular” a sus receptores, como si los cerebros de estos funcionaran como una especie de hoja en blanco…
Estudios posteriores realizados por sociólogos, comunicadores, sicólogos y otro tipo de profesionales, incluyendo a autores de la talla del semiólogo italiano Humberto Eco, han planteado otras teorías más próximas a la realidad de la inter-relación entre los medios, el individuo y la sociedad.
Entre esos autores modernos está Maxwell McCombs, autor de la famosa teoría de la fijación de la agenda. Este autor estuvo en Barranquilla hace pocos días, invitado por la Universidad del Norte, y su presencia fue reseñada y destacada por EL HERALDO de Barranquilla y EL TIEMPO de Bogotá.
Comb explicó su teoría a los estudiantes de comunicación social de esa prestigiosa universidad. Según esta teoría el gran poder de los medios es determinar la agenda informativa, es decir la selección y ponderación de los temas más importantes de los cuales hablará la gente, los consumidores de medios. Y considera McCombs que con la llegada y el auge de las nuevas tecnologías el poder de los medios es cada vez menos un poder absoluto y – por el contrario- es un poder relativo. Los lectores o receptores de la información no son pasivos, y mucho menos tontos, diríamos nosotros, y por el contrario cada vez saben leer con escepticismo y sentido crítico lo que dicen los medios.
Por supuesto, para algunos los medios son una especie de caja de resonancia de políticos, empresarios, artistas y deportistas, empresas, instituciones y organizaciones; pero el público se forma sus opiniones no sólo con lo que dice o deja de decir un medio sino el conjunto y el universo de los medios, pero también de otras fuentes como son los grupos de familiares y amigos, el sistema educativo, los sitios de trabajo, la internet y las redes sociales…
En efecto, la irrupción de las nuevas tecnologías en el mundo moderno han creado una verdadera “torre de babel” con la una sobreinformación, que algunos califican de bulliciosa, plantea a los mismos medios masivos de comunicación, al sistema educativo y a los padres de familia la necesidad de formar receptores y lectores más críticos, conscientes y responsables del mismo poder de los medios, pero también de la necesidad de informarse bien y contrastar diversas fuentes sobre un mismo tema, antes de tomar alguna decisión o formarse una opinión.
De nuestra parte, consideramos que, en la actualidad, el poder de los medios es cada vez más relativo, tanto en materia periodística, como en la publicidad y la propaganda. De lo que sí debemos ser conscientes los medios y los periodistas es de la gran responsabilidad que tenemos con nuestros lectores para entregarles información actual y de calidad, orientar y formar a la opinión y contribuir a la construcción de una mejor ciudadanía, más participativa, crítica y responsable en todo sentido.