Cortísimo Metraje (Micro novela coleccionable o una novelita aristocrática) Por Jarol Ferreira Acosta “Los imbéciles están de testigo.” Andrés Caicedo E. 14. Obviamente llegaron más invitados de los esperados, algunos se acomodaron en los lugares dispuestos en los salones que componían parte del área social de la mansión, pero la mayoría deambulaba, zumbando conversaciones del […]
Cortísimo Metraje
(Micro novela coleccionable o una novelita aristocrática)
Por Jarol Ferreira Acosta
“Los imbéciles están de testigo.”
Andrés Caicedo E.
14. Obviamente llegaron más invitados de los esperados, algunos se acomodaron en los lugares dispuestos en los salones que componían parte del área social de la mansión, pero la mayoría deambulaba, zumbando conversaciones del tipo: acabo de llegar, pero ya me tengo que ir, casi me deja el avión, al venir para acá mi chofer casi se pierde, o cosas como esas; banalidades que Nany odiaba, pero que disculpaba.
15. Cuando Nina decidió hacer la fiesta quiso que las invitaciones se repartieran con tres meses de anticipación, pero finalmente las mandó como un mes antes, y todo el mundo se la pasaba hablando de eso en clubes y salones de belleza. Las que más murmuraban eran Clemen, Bety y Maria Clara, que asistían todas las tardes a la peluquería para retocarse el peinado, cambiarse el maquillaje o hacerse el manicure. La pareja invitó a Nany a la fiesta sin saber si asistiría, como otras veces que la habían convidado a alguna reunión y había preferido no asistir y enviar un regalo con una nota de agradecimiento; porque aunque se conocían no eran íntimos amigos; además, a Nany cada vez le gustaban menos las multitudes, ellos lo sabían. Un día que los muelles del club náutico estaban repletos, Gabriel y Nina también estaban ahí, y como a Nany sólo le gustaba dorar su piel en altamar, estaba desesperada, soltando las amarras de su velero. Se quería ir de tierra firme rápidamente, lo más lejos posible, cuando Gabriel llegó hasta su proa y, sigilosamente, se puso a contar cosas de las que Nany se aburrió rápidamente, y eso como que le gustó a Gabriel porque antes de zarpar la invitó a que fuera esa noche a cenar a su casa de la playa. Pero Nany no fue.
16. Una estrecha y destruida carretera, típica de las vías que comunicaban por vía terrestre al país, tras una desviación daba paso a la magnífica vía rural que conducía al falansterio en donde se desarrollaba la fiesta. Las murallas de la propiedad construida en la cima de una meseta eran altísimas. Estribaciones de cordilleras atravesaban el horizonte, de oriente a occidente, formando espléndidos valles que realzaban la majestuosidad de la vegetación que enmarcaba el terreno dispuesto para la ceremonia. Dominando el paisaje, privilegiado por los accidentes geográficos que lo rodeaban, se explayaban las hectáreas que componían el área total del palacete. La casa sobresalía en un terreno notoriamente más alto que el resto de la propiedad, prudentemente cerca pero lo suficientemente alejada de una ciudad vecina. Contaba con cincuenta y ocho habitaciones y dieciocho áreas sociales. También ostentaba un precioso campo de golf, tres piscinas y una gran caballeriza con purasangres de exposición aguardando el momento de salir a conquistar nuevos premios. Edificada relativamente lejos de la entrada principal y rodeada de miradores con trescientos sesenta grados de bosques nativos preservados para su contemplación, la construcción que sirvió como base para edificar el ala norte se erigió incorporando al diseño las ruinas de lo que durante el siglo dieciocho fue una cárcel que luego sirvió para albergar a una comunidad de capuchinas radicales; por lo que el lugar, además de su obvia belleza histórica y natural, era famoso por las leyendas de fantasmas que lo habitaban. Mitos que circulaban entre los campesinos oriundos de las vecindades contaban anécdotas con almas en pena de monjas insurrectas, de monjas flageladoras decapitadas y de convictos suicidas, que deambulaban la zona en las noches. Para algunos superstición pero sin duda otra de las exclusivas atracciones del lugar. (Continúa).
Cortísimo Metraje (Micro novela coleccionable o una novelita aristocrática) Por Jarol Ferreira Acosta “Los imbéciles están de testigo.” Andrés Caicedo E. 14. Obviamente llegaron más invitados de los esperados, algunos se acomodaron en los lugares dispuestos en los salones que componían parte del área social de la mansión, pero la mayoría deambulaba, zumbando conversaciones del […]
Cortísimo Metraje
(Micro novela coleccionable o una novelita aristocrática)
Por Jarol Ferreira Acosta
“Los imbéciles están de testigo.”
Andrés Caicedo E.
14. Obviamente llegaron más invitados de los esperados, algunos se acomodaron en los lugares dispuestos en los salones que componían parte del área social de la mansión, pero la mayoría deambulaba, zumbando conversaciones del tipo: acabo de llegar, pero ya me tengo que ir, casi me deja el avión, al venir para acá mi chofer casi se pierde, o cosas como esas; banalidades que Nany odiaba, pero que disculpaba.
15. Cuando Nina decidió hacer la fiesta quiso que las invitaciones se repartieran con tres meses de anticipación, pero finalmente las mandó como un mes antes, y todo el mundo se la pasaba hablando de eso en clubes y salones de belleza. Las que más murmuraban eran Clemen, Bety y Maria Clara, que asistían todas las tardes a la peluquería para retocarse el peinado, cambiarse el maquillaje o hacerse el manicure. La pareja invitó a Nany a la fiesta sin saber si asistiría, como otras veces que la habían convidado a alguna reunión y había preferido no asistir y enviar un regalo con una nota de agradecimiento; porque aunque se conocían no eran íntimos amigos; además, a Nany cada vez le gustaban menos las multitudes, ellos lo sabían. Un día que los muelles del club náutico estaban repletos, Gabriel y Nina también estaban ahí, y como a Nany sólo le gustaba dorar su piel en altamar, estaba desesperada, soltando las amarras de su velero. Se quería ir de tierra firme rápidamente, lo más lejos posible, cuando Gabriel llegó hasta su proa y, sigilosamente, se puso a contar cosas de las que Nany se aburrió rápidamente, y eso como que le gustó a Gabriel porque antes de zarpar la invitó a que fuera esa noche a cenar a su casa de la playa. Pero Nany no fue.
16. Una estrecha y destruida carretera, típica de las vías que comunicaban por vía terrestre al país, tras una desviación daba paso a la magnífica vía rural que conducía al falansterio en donde se desarrollaba la fiesta. Las murallas de la propiedad construida en la cima de una meseta eran altísimas. Estribaciones de cordilleras atravesaban el horizonte, de oriente a occidente, formando espléndidos valles que realzaban la majestuosidad de la vegetación que enmarcaba el terreno dispuesto para la ceremonia. Dominando el paisaje, privilegiado por los accidentes geográficos que lo rodeaban, se explayaban las hectáreas que componían el área total del palacete. La casa sobresalía en un terreno notoriamente más alto que el resto de la propiedad, prudentemente cerca pero lo suficientemente alejada de una ciudad vecina. Contaba con cincuenta y ocho habitaciones y dieciocho áreas sociales. También ostentaba un precioso campo de golf, tres piscinas y una gran caballeriza con purasangres de exposición aguardando el momento de salir a conquistar nuevos premios. Edificada relativamente lejos de la entrada principal y rodeada de miradores con trescientos sesenta grados de bosques nativos preservados para su contemplación, la construcción que sirvió como base para edificar el ala norte se erigió incorporando al diseño las ruinas de lo que durante el siglo dieciocho fue una cárcel que luego sirvió para albergar a una comunidad de capuchinas radicales; por lo que el lugar, además de su obvia belleza histórica y natural, era famoso por las leyendas de fantasmas que lo habitaban. Mitos que circulaban entre los campesinos oriundos de las vecindades contaban anécdotas con almas en pena de monjas insurrectas, de monjas flageladoras decapitadas y de convictos suicidas, que deambulaban la zona en las noches. Para algunos superstición pero sin duda otra de las exclusivas atracciones del lugar. (Continúa).