Algo sobre José Romero Churio El diálogo entre representantes del Gobierno y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, con el propósito de acabar el conflicto armado interno, que por más de cinco décadas ha afectado a nuestro país; de veras, ha recibido respaldo internacional sin precedentes en favor de la firma del acuerdo […]
Algo sobre
José Romero Churio
El diálogo entre representantes del Gobierno y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, con el propósito de acabar el conflicto armado interno, que por más de cinco décadas ha afectado a nuestro país; de veras, ha recibido respaldo internacional sin precedentes en favor de la firma del acuerdo definitivo de paz.
Uno de los grandes personajes solidarios con este convenio es el Papa Benedicto XVI, que el pasado domingo, después del tradicional rezo dominical del Ángelus, con la serenidad y sabiduría característica de tan alta deidad, manifestó: “Espero que cuantos tomen parte en esa iniciativa se dejen guiar por la voluntad de perdón y reconciliación, en la sincera búsqueda del bien común”.
Aunque muchos compatriotas son escépticos en que el proceso de paz -cuya negociación comenzará el próximo 8 de octubre en Oslo, Noruega- llegue a feliz término, y pese a que todos los optimistas coincidan en que no estará exento de dificultades.
Para lograr la paz se requiere lo que dijo el Papa, no sólo de parte de las FARC, del pueblo y del gobierno colombiano, sino de todos los gobernantes de los países que han brindado su apoyo, especialmente los de Cuba y Venezuela, quienes tienen real ascendencia sobre el secretariado de las FARC.
Por supuesto, al gobierno de Estados Unidos también le corresponde poner su cuota de colaboración, desistiendo de la solicitud de extradición a los integrantes de la cúpula guerrillera vinculados al narcotráfico y permitiendo la participación –virtual o presencial- de Ricardo Palmera Pineda, ‘Simón Trinidad’, en las conversaciones del proceso de paz.
La intención de vivir en paz, no busca el olvido de los muertos por el conflicto armado, ya que siempre serán recordados por sus familiares y amigos. Lo que se quiere es que se deje el rencor y se tenga la voluntad de perdonar a quienes con su intransigencia han asesinado a tanta gente, han dejado muchos discapacitados y con su violencia entorpecen el progreso del país y de su población.
Para las FARC, el proceso de paz es una ganancia enorme, desde donde seguirán lanzando anzuelos con el fin de sacar más beneficios que les permita vivir tranquilos, en caso de que prospere su reinserción a la sociedad civil. Esto sería maravilloso, puesto que, al fin y al cabo, es uno de los objetivos del presidente Santos, que de lograrlo, le depararía un espacio especial en la historia colombiana.
Júbilo nacional
Los dos triunfos contundentes sobre selecciones con altos quilates, nos tiene eufóricos, por la esperanza de llegar a clasificar al próximo mundial de fútbol y no es para menos si ya estamos ocupando el segundo lugar, entre los cuatro que clasifican directamente a tan prestigioso certamen.
El 17 de noviembre del año pasado escribí una columna titulada “No hay con que”, en la cual, dije: “… En Colombia no hay buenos entrenadores…”. Porque con Maturana, ‘El bolillo’ y otros entrenadores nacionales desperdiciamos una generación de futbolistas, con los cuales se hubiera podido alcanzar mejor representación.
También dije: “… Si la dirigencia del futbol de veras quiere que la selección de Colombia clasifique al mundial del Brasil, todavía tiene tiempo de recomponer la difícil situación en que se encuentra, si tenemos en cuenta que la próxima fecha será en 7 meses.
¿Cómo? Primero, contratando un buen técnico extranjero que enseñe a jugar mejor a nuestros jugadores. Segundo, poner a su disposición un equipo técnico especializado que mejore las condiciones físicas de los jugadores y les aumente la autoestima, entre otras condiciones que se deben instaurar para mejorar, de lo contrario, olvidémonos del mundial del Brasil y comencemos a prepararnos para el de 2018 en Rusia o el del 2022 en los países de los Emiratos Árabes o cuando le otorguen la sede a Colombia, que quizá cuando será…”.
El presidente Santos, por su apasionada afición al fútbol, ordena la contratación de un entrenador extranjero y así llegó José Néstor Pekerman de Argentina, y que bien se está ganando el dinero que se le paga, no cabe duda en que sabe su oficio y con su experiencia la selección Colombia podría volver a competir en el mundial de la FIFA con buena actuación.
Algo sobre José Romero Churio El diálogo entre representantes del Gobierno y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, con el propósito de acabar el conflicto armado interno, que por más de cinco décadas ha afectado a nuestro país; de veras, ha recibido respaldo internacional sin precedentes en favor de la firma del acuerdo […]
Algo sobre
José Romero Churio
El diálogo entre representantes del Gobierno y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, con el propósito de acabar el conflicto armado interno, que por más de cinco décadas ha afectado a nuestro país; de veras, ha recibido respaldo internacional sin precedentes en favor de la firma del acuerdo definitivo de paz.
Uno de los grandes personajes solidarios con este convenio es el Papa Benedicto XVI, que el pasado domingo, después del tradicional rezo dominical del Ángelus, con la serenidad y sabiduría característica de tan alta deidad, manifestó: “Espero que cuantos tomen parte en esa iniciativa se dejen guiar por la voluntad de perdón y reconciliación, en la sincera búsqueda del bien común”.
Aunque muchos compatriotas son escépticos en que el proceso de paz -cuya negociación comenzará el próximo 8 de octubre en Oslo, Noruega- llegue a feliz término, y pese a que todos los optimistas coincidan en que no estará exento de dificultades.
Para lograr la paz se requiere lo que dijo el Papa, no sólo de parte de las FARC, del pueblo y del gobierno colombiano, sino de todos los gobernantes de los países que han brindado su apoyo, especialmente los de Cuba y Venezuela, quienes tienen real ascendencia sobre el secretariado de las FARC.
Por supuesto, al gobierno de Estados Unidos también le corresponde poner su cuota de colaboración, desistiendo de la solicitud de extradición a los integrantes de la cúpula guerrillera vinculados al narcotráfico y permitiendo la participación –virtual o presencial- de Ricardo Palmera Pineda, ‘Simón Trinidad’, en las conversaciones del proceso de paz.
La intención de vivir en paz, no busca el olvido de los muertos por el conflicto armado, ya que siempre serán recordados por sus familiares y amigos. Lo que se quiere es que se deje el rencor y se tenga la voluntad de perdonar a quienes con su intransigencia han asesinado a tanta gente, han dejado muchos discapacitados y con su violencia entorpecen el progreso del país y de su población.
Para las FARC, el proceso de paz es una ganancia enorme, desde donde seguirán lanzando anzuelos con el fin de sacar más beneficios que les permita vivir tranquilos, en caso de que prospere su reinserción a la sociedad civil. Esto sería maravilloso, puesto que, al fin y al cabo, es uno de los objetivos del presidente Santos, que de lograrlo, le depararía un espacio especial en la historia colombiana.
Júbilo nacional
Los dos triunfos contundentes sobre selecciones con altos quilates, nos tiene eufóricos, por la esperanza de llegar a clasificar al próximo mundial de fútbol y no es para menos si ya estamos ocupando el segundo lugar, entre los cuatro que clasifican directamente a tan prestigioso certamen.
El 17 de noviembre del año pasado escribí una columna titulada “No hay con que”, en la cual, dije: “… En Colombia no hay buenos entrenadores…”. Porque con Maturana, ‘El bolillo’ y otros entrenadores nacionales desperdiciamos una generación de futbolistas, con los cuales se hubiera podido alcanzar mejor representación.
También dije: “… Si la dirigencia del futbol de veras quiere que la selección de Colombia clasifique al mundial del Brasil, todavía tiene tiempo de recomponer la difícil situación en que se encuentra, si tenemos en cuenta que la próxima fecha será en 7 meses.
¿Cómo? Primero, contratando un buen técnico extranjero que enseñe a jugar mejor a nuestros jugadores. Segundo, poner a su disposición un equipo técnico especializado que mejore las condiciones físicas de los jugadores y les aumente la autoestima, entre otras condiciones que se deben instaurar para mejorar, de lo contrario, olvidémonos del mundial del Brasil y comencemos a prepararnos para el de 2018 en Rusia o el del 2022 en los países de los Emiratos Árabes o cuando le otorguen la sede a Colombia, que quizá cuando será…”.
El presidente Santos, por su apasionada afición al fútbol, ordena la contratación de un entrenador extranjero y así llegó José Néstor Pekerman de Argentina, y que bien se está ganando el dinero que se le paga, no cabe duda en que sabe su oficio y con su experiencia la selección Colombia podría volver a competir en el mundial de la FIFA con buena actuación.