Por Gustavo Cotes Medina Los líderes de la Región Caribe tienen que entender que la entrada en vigencia de los Tratados de Libre Comercio (TLC), con distintos países del mundo, es una excelente oportunidad que les indica claramente la responsabilidad que tienen de aprovechar la llegada de sus mejores días, tratando de equilibrar desarrollo con […]
Por Gustavo Cotes Medina
Los líderes de la Región Caribe tienen que entender que la entrada en vigencia de los Tratados de Libre Comercio (TLC), con distintos países del mundo, es una excelente oportunidad que les indica claramente la responsabilidad que tienen de aprovechar la llegada de sus mejores días, tratando de equilibrar desarrollo con justicia social. Las cifras de crecimiento del Producto Interno Bruto, la disminución del desempleo y el descenso sostenido de los indicadores de pobreza, son razones que nos permiten reconciliarnos con el optimismo.
De acuerdo con el director de Portafolio, Ricardo Ávila Pinto, Barranquilla se muestra como el alumno más aventajado de la Región por el crecimiento de su industria, el auge de la construcción de viviendas, hoteles, oficinas, centros comerciales y obras públicas, pero enfrenta peleas inútiles de poder en algunos sectores gremiales, que no deben repetir críticas conductas del pasado reciente.
Santa Marta está pasando por un buen momento económico, pero está luchando contra la corrupción y problemas ambientales que atentan contra su desarrollo. Necesita controlar sus finanzas, luchar contra la pobreza, la contaminación de sus playas y las zonas turísticas de su entorno.
Cartagena se tipifica por un altísimo turismo de estrato alto, rodeada con cordones de miseria y grandes desequilibrios sociales, que nos muestran la urgencia de una gran inversión social para mitigar sus graves problemas de pobreza.
La situación de estas tres ciudades capitales muestra grandes diferencias entre ellas, posiblemente porque las administraciones locales no han sido homogéneas en el tiempo, pero les está llegando a todos la oportunidad de disparar su desarrollo.
Nuestras ciudades de relevo, Valledupar, Sincelejo, Montería, Riohacha y San Andrés, también prometen y están dejando atrás los años aciagos de la violencia guerrillera y paramilitar, aunque en algunas zonas subsisten bandas criminales que ahora están incursionando en el contrabando de licores y cigarrillos, afectando en forma importante las finanzas departamentales.
Los mandatarios locales deben tener claridad que los países asiáticos son grandes consumidores de los productos del campo, y Corea del Sur es una oportunidad para el sector agrícola de la Región Caribe, que cuenta con 158.000 empresas y un mercado de exportación que hace presencia en 124 países.
Históricamente, nuestra privilegiada posición geográfica ha permitido el ingreso seguro y salidas rápidas de turistas y mercancías. Somos puntos estratégicos para las empresas que deciden invertir en la Región Caribe, que es el epicentro y un paso natural en nuestro desarrollo económico.
Sin embargo, Colombia, con 52 puntos, está por debajo del promedio mundial-60 puntos- en la conservación de nuestros mares con base en las variables que miden la explotación pesquera y turística, la biodiversidad y el valor paisajístico. En América Latina, Brasil logró la mejor evaluación con 62 puntos sobre 100. Estamos obligados a diseñar políticas más eficientes para conservar los océanos, como ya lo hacen China y Japón.
La Región Caribe tiene que sacar ventajas de los tratados ya firmados, no hay que temerles y debemos enfrentarlos con capacitación, claridad y las alianzas estratégicas que sean necesarias. ¡Atreverse a vencer los miedos y complejos, debe ser un compromiso regional!
Está claro que para avanzar en nuestro desarrollo, la prioridad nacional es la seguridad, el freno a la corrupción, la atención que les corresponde a las víctimas del conflicto, la confianza de la gente en las instituciones y en los órganos de control, cuando sus decisiones son justas y eficientes. ¡El compromiso de todos para lograr metas más altas, es empujar el camión en la misma dirección!
Por Gustavo Cotes Medina Los líderes de la Región Caribe tienen que entender que la entrada en vigencia de los Tratados de Libre Comercio (TLC), con distintos países del mundo, es una excelente oportunidad que les indica claramente la responsabilidad que tienen de aprovechar la llegada de sus mejores días, tratando de equilibrar desarrollo con […]
Por Gustavo Cotes Medina
Los líderes de la Región Caribe tienen que entender que la entrada en vigencia de los Tratados de Libre Comercio (TLC), con distintos países del mundo, es una excelente oportunidad que les indica claramente la responsabilidad que tienen de aprovechar la llegada de sus mejores días, tratando de equilibrar desarrollo con justicia social. Las cifras de crecimiento del Producto Interno Bruto, la disminución del desempleo y el descenso sostenido de los indicadores de pobreza, son razones que nos permiten reconciliarnos con el optimismo.
De acuerdo con el director de Portafolio, Ricardo Ávila Pinto, Barranquilla se muestra como el alumno más aventajado de la Región por el crecimiento de su industria, el auge de la construcción de viviendas, hoteles, oficinas, centros comerciales y obras públicas, pero enfrenta peleas inútiles de poder en algunos sectores gremiales, que no deben repetir críticas conductas del pasado reciente.
Santa Marta está pasando por un buen momento económico, pero está luchando contra la corrupción y problemas ambientales que atentan contra su desarrollo. Necesita controlar sus finanzas, luchar contra la pobreza, la contaminación de sus playas y las zonas turísticas de su entorno.
Cartagena se tipifica por un altísimo turismo de estrato alto, rodeada con cordones de miseria y grandes desequilibrios sociales, que nos muestran la urgencia de una gran inversión social para mitigar sus graves problemas de pobreza.
La situación de estas tres ciudades capitales muestra grandes diferencias entre ellas, posiblemente porque las administraciones locales no han sido homogéneas en el tiempo, pero les está llegando a todos la oportunidad de disparar su desarrollo.
Nuestras ciudades de relevo, Valledupar, Sincelejo, Montería, Riohacha y San Andrés, también prometen y están dejando atrás los años aciagos de la violencia guerrillera y paramilitar, aunque en algunas zonas subsisten bandas criminales que ahora están incursionando en el contrabando de licores y cigarrillos, afectando en forma importante las finanzas departamentales.
Los mandatarios locales deben tener claridad que los países asiáticos son grandes consumidores de los productos del campo, y Corea del Sur es una oportunidad para el sector agrícola de la Región Caribe, que cuenta con 158.000 empresas y un mercado de exportación que hace presencia en 124 países.
Históricamente, nuestra privilegiada posición geográfica ha permitido el ingreso seguro y salidas rápidas de turistas y mercancías. Somos puntos estratégicos para las empresas que deciden invertir en la Región Caribe, que es el epicentro y un paso natural en nuestro desarrollo económico.
Sin embargo, Colombia, con 52 puntos, está por debajo del promedio mundial-60 puntos- en la conservación de nuestros mares con base en las variables que miden la explotación pesquera y turística, la biodiversidad y el valor paisajístico. En América Latina, Brasil logró la mejor evaluación con 62 puntos sobre 100. Estamos obligados a diseñar políticas más eficientes para conservar los océanos, como ya lo hacen China y Japón.
La Región Caribe tiene que sacar ventajas de los tratados ya firmados, no hay que temerles y debemos enfrentarlos con capacitación, claridad y las alianzas estratégicas que sean necesarias. ¡Atreverse a vencer los miedos y complejos, debe ser un compromiso regional!
Está claro que para avanzar en nuestro desarrollo, la prioridad nacional es la seguridad, el freno a la corrupción, la atención que les corresponde a las víctimas del conflicto, la confianza de la gente en las instituciones y en los órganos de control, cuando sus decisiones son justas y eficientes. ¡El compromiso de todos para lograr metas más altas, es empujar el camión en la misma dirección!