Hace unos días estuvo en Valledupar el presidente Duque, se reunió con sus séquitos, algo así como de visita fugaz y dio a conocer –de manera cronometrada- que su gobierno hará inversiones en el Cesar y La Guajira por valor de 4.4 billones de pesos. Ese mismo día recordé a Juan B. Fernández Renowitsky y […]
Hace unos días estuvo en Valledupar el presidente Duque, se reunió con sus séquitos, algo así como de visita fugaz y dio a conocer –de manera cronometrada- que su gobierno hará inversiones en el Cesar y La Guajira por valor de 4.4 billones de pesos.
Ese mismo día recordé a Juan B. Fernández Renowitsky y a Olguita Emiliani, ex director y ella asistente del periódico El Heraldo, donde fui corresponsal periodístico durante casi ocho años. Ellos, en nuestras reuniones de corresponsales en Barranquilla, siempre advertían de no hacerle el juego a los gobernantes de anuncios y anuncios, decían que los anuncios no eran noticias y se convertían en entretención y contentillos para las comunidades.
Fueron mis primeras experiencias como periodista y cada vez que entrevistaba a un gobernante tenía mucho cuidado enviar al periódico esa clase de noticias, porque al cabo de los años todo se convertía en engaños y meros anuncios. Incluso, en obras inconclusas y en esperpentos como muchos existentes en Valledupar, el Cesar y La Guajira.
Ríos pavimentados sin agua, hospitales sin donaciones, escuelas sin docentes y hasta “casas en el aire”. Millonarios contratos de alimentación que firman corruptos fantasmas, desempleo galopante, inseguridad y hasta vías sin pavimentar que hoy aparecen con millonarias inversiones. Así hemos vivido de anuncios y anuncios, mientras se dilapidan miles de millones de pesos.
Es decir, según el presidente Duque, al Cesar y La Guajira les llegó la hora del progreso y desarrollo total. “¡Jualá!”, como dicen los vallenatos, alcancen a ejecutar el 50 por ciento de esos $4.4 billones y no vaya a ser que el 80 % se desvanezca de la noche a la mañana y vayan a parar en los bolsillos de los más vivos o en ‘elefantes blancos’.
¡Increíble!, soy incrédulo, porque Duque me ha enseñado a ser mucho más desconfiado. Ayer dijo “tenemos las vacunas contra el covid”, “A Maduro lo sacamos en febrero”, “No toleraré la corrupción”, “no más impuestos”; en campaña prometió “seis días al año sin IVA”, “El que las hace las paga”, “en el gobierno nuestro: cero mermeladas” (jajajajaja), etc.
Sí señores, en su discurso llamado ‘Pacto por la reactivación económica’, Duque también hizo el anuncio de ‘no te lo puedo creer’: la segunda etapa de la Universidad Nacional Sede La Paz por $80.000 millones, todos aportados por el Gobierno nacional.
Leyeron bien: $80 mil millones, es decir, que en 8 años le van a invertir a la Unal sede La Paz $130 mil millones, porque ya van $50 mil. Vean pues, la sede tiene hoy un poco más de 600 estudiantes, traen a sus docentes en comisiones de sus otras sedes y la primera etapa está inconclusa y ya anuncian nuevas obras.
En cambio, aquí en Valledupar está la Universidad Popular del Cesar, de carácter nacional, con más de 20 mil estudiantes y a Duque se le olvidó anunciar alguna inversión. ¿Será que está ciego?
Hay una gran disparidad en los anuncios de inversiones para las entidades del Estado. El presidente destina una fortuna para un ente que funciona hace año y medio, hoy los estudiantes van a ingresar a cuarto semestre, pero se olvida de otras entidades como la UPC que tiene más de 40 años con 20 mil estudiantes, hoy en crisis presupuestal para atender la gran demanda.
Entonces, dónde están los congresistas, los gobernantes, los dirigentes, dónde están los que opinan, qué se han hecho a quienes les duele el Cesar. ¡Por favor! Hasta la próxima semana. @tiochiro
Hace unos días estuvo en Valledupar el presidente Duque, se reunió con sus séquitos, algo así como de visita fugaz y dio a conocer –de manera cronometrada- que su gobierno hará inversiones en el Cesar y La Guajira por valor de 4.4 billones de pesos. Ese mismo día recordé a Juan B. Fernández Renowitsky y […]
Hace unos días estuvo en Valledupar el presidente Duque, se reunió con sus séquitos, algo así como de visita fugaz y dio a conocer –de manera cronometrada- que su gobierno hará inversiones en el Cesar y La Guajira por valor de 4.4 billones de pesos.
Ese mismo día recordé a Juan B. Fernández Renowitsky y a Olguita Emiliani, ex director y ella asistente del periódico El Heraldo, donde fui corresponsal periodístico durante casi ocho años. Ellos, en nuestras reuniones de corresponsales en Barranquilla, siempre advertían de no hacerle el juego a los gobernantes de anuncios y anuncios, decían que los anuncios no eran noticias y se convertían en entretención y contentillos para las comunidades.
Fueron mis primeras experiencias como periodista y cada vez que entrevistaba a un gobernante tenía mucho cuidado enviar al periódico esa clase de noticias, porque al cabo de los años todo se convertía en engaños y meros anuncios. Incluso, en obras inconclusas y en esperpentos como muchos existentes en Valledupar, el Cesar y La Guajira.
Ríos pavimentados sin agua, hospitales sin donaciones, escuelas sin docentes y hasta “casas en el aire”. Millonarios contratos de alimentación que firman corruptos fantasmas, desempleo galopante, inseguridad y hasta vías sin pavimentar que hoy aparecen con millonarias inversiones. Así hemos vivido de anuncios y anuncios, mientras se dilapidan miles de millones de pesos.
Es decir, según el presidente Duque, al Cesar y La Guajira les llegó la hora del progreso y desarrollo total. “¡Jualá!”, como dicen los vallenatos, alcancen a ejecutar el 50 por ciento de esos $4.4 billones y no vaya a ser que el 80 % se desvanezca de la noche a la mañana y vayan a parar en los bolsillos de los más vivos o en ‘elefantes blancos’.
¡Increíble!, soy incrédulo, porque Duque me ha enseñado a ser mucho más desconfiado. Ayer dijo “tenemos las vacunas contra el covid”, “A Maduro lo sacamos en febrero”, “No toleraré la corrupción”, “no más impuestos”; en campaña prometió “seis días al año sin IVA”, “El que las hace las paga”, “en el gobierno nuestro: cero mermeladas” (jajajajaja), etc.
Sí señores, en su discurso llamado ‘Pacto por la reactivación económica’, Duque también hizo el anuncio de ‘no te lo puedo creer’: la segunda etapa de la Universidad Nacional Sede La Paz por $80.000 millones, todos aportados por el Gobierno nacional.
Leyeron bien: $80 mil millones, es decir, que en 8 años le van a invertir a la Unal sede La Paz $130 mil millones, porque ya van $50 mil. Vean pues, la sede tiene hoy un poco más de 600 estudiantes, traen a sus docentes en comisiones de sus otras sedes y la primera etapa está inconclusa y ya anuncian nuevas obras.
En cambio, aquí en Valledupar está la Universidad Popular del Cesar, de carácter nacional, con más de 20 mil estudiantes y a Duque se le olvidó anunciar alguna inversión. ¿Será que está ciego?
Hay una gran disparidad en los anuncios de inversiones para las entidades del Estado. El presidente destina una fortuna para un ente que funciona hace año y medio, hoy los estudiantes van a ingresar a cuarto semestre, pero se olvida de otras entidades como la UPC que tiene más de 40 años con 20 mil estudiantes, hoy en crisis presupuestal para atender la gran demanda.
Entonces, dónde están los congresistas, los gobernantes, los dirigentes, dónde están los que opinan, qué se han hecho a quienes les duele el Cesar. ¡Por favor! Hasta la próxima semana. @tiochiro