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Columnista - 18 julio, 2022

60 años de natalicio del poeta Mizar 

Aquella tarde cetrina de julio sesenta y dos, la recordaba en su voz su bella madre Carlina, también su abuela Delfina que una mochila tejía, escuchando sinfonías del paisaje enternecido; el niño que había nacido un gran poeta sería

            I

Aquella tarde cetrina  

de julio sesenta y dos,

la recordaba en su voz

su bella madre Carlina,

también su abuela Delfina

que una mochila tejía,

escuchando sinfonías

del paisaje enternecido;

el niño que había nacido

un gran poeta sería 

              II

En el edén de sus manos

las metáforas florecen,

los árboles se enternecen

con el rocío del verano.

Bajo un frondoso campano

él divisa la Nevada,

la tierra Madre Sagrada

de sus Kankuamos ancestros

donde viven los maestros

de la vida sosegada.

            III

En el artista perdura 

la musa resplandeciente,

lleva un violín en la mente

radiante de partitura. 

El arte se configura 

en la sinfonía del mar. 

Siempre será Luis Mizar

el navegante poeta,

atisbador de facetas  

con el don de poetizar.

          IV

Como un fraile pensativo

su cuerpo se despidió,

y entre nosotros dejó

su espíritu reflexivo.

El poeta sigue vivo

cual Heráclito en el río.

El tiempo es un desafío

porque nunca se detiene,

por eso viajando viene

en diversos albedríos. 

Por José Atuesta Mindiola 

Columnista
18 julio, 2022

60 años de natalicio del poeta Mizar 

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Atuesta Mindiola

Aquella tarde cetrina de julio sesenta y dos, la recordaba en su voz su bella madre Carlina, también su abuela Delfina que una mochila tejía, escuchando sinfonías del paisaje enternecido; el niño que había nacido un gran poeta sería


            I

Aquella tarde cetrina  

de julio sesenta y dos,

la recordaba en su voz

su bella madre Carlina,

también su abuela Delfina

que una mochila tejía,

escuchando sinfonías

del paisaje enternecido;

el niño que había nacido

un gran poeta sería 

              II

En el edén de sus manos

las metáforas florecen,

los árboles se enternecen

con el rocío del verano.

Bajo un frondoso campano

él divisa la Nevada,

la tierra Madre Sagrada

de sus Kankuamos ancestros

donde viven los maestros

de la vida sosegada.

            III

En el artista perdura 

la musa resplandeciente,

lleva un violín en la mente

radiante de partitura. 

El arte se configura 

en la sinfonía del mar. 

Siempre será Luis Mizar

el navegante poeta,

atisbador de facetas  

con el don de poetizar.

          IV

Como un fraile pensativo

su cuerpo se despidió,

y entre nosotros dejó

su espíritu reflexivo.

El poeta sigue vivo

cual Heráclito en el río.

El tiempo es un desafío

porque nunca se detiene,

por eso viajando viene

en diversos albedríos. 

Por José Atuesta Mindiola