Entonando ‘Triste recuerdo’, ‘El Rey’ y ‘Viene amaneciendo’, los músicos del mariachi Garibaldi cumplieron la cita por cuarto año consecutivo en el cementerio Jardines del Ecce Homo para homenajear al cantante Diomedes Díaz Maestre.
El desconsuelo embarga a Luz Elena Barros. Sus lágrimas no se frenan ante el dolor eterno que no se aparta de un simple llanto.
Llora sobre una tumba fría, la misma en donde reposa el cuerpo de su ídolo, aquel que con su canto la enamoró y le sacó miles de sonrisas. Hoy su dolor sigue intacto porque cuatro años después de la partida de Diomedes Díaz su alma sigue herida como la inmortal canción de su artista.
“Cómo hago mi vida pa’ arrancarme esta herida si te quiero”. Estribillos acordes a su realidad, una mujer llora desconsoladamente, mientras sus manos acarician una fotografía que yace sobre la tumba de ‘El Cacique’.
“Mamá Vila me decía que yo era la novia de Diomedes y así me consideraba porque sus canciones las llevo en el alma”, dijo entre llantos la mujer, oriunda de Codazzi, Cesar, quien llegó a Valledupar a rendirle tributo al hombre que la enamoró con su canto.
“Martín Elías me decía que si ya había dejado de llorar a su papá, yo le respondí que jamás lo dejaré de hacer, porque mi amor por él es eterno”, dijo entre sollozos.
“Cada 22 de diciembre o 26 de mayo armo un museo en mi casa, muchos me critican porque dicen que es una idolatría. Cada vez que voy donde mamá Vila me recibe con mucho entusiasmo porque saben del amor que le tenía a su hijo”, aseguró Luz Elena Barros, mientras toma una rosa de pétalos mojados que se confunde en la tumba, rodeada de decenas de personas que quisieron derramar otra lágrima de desdicha por la partida del ‘Cacique de La Junta’.
Las canciones de Diomedes Díaz fueron el pretexto para que Elvira Machado conociera al amor de su vida. El romanticismo y la inspiración de ‘El Cacique de La Junta’, unió a una pareja que subsiste con el recuerdo de sus canciones.
“Mi esposo y yo coincidimos en el gusto por la música de Diomedes, eso nos hizo más fuertes; lo conocí gracias a esas canciones y hoy somos una familia que sigue llorando su partida”, aseguró la mujer que desde las cuatro de la mañana despertó a sus vecinos con las melodías inmortales que suenan a todo volumen en unos bafles en la terraza de su residencia en el barrio Villa Miriam.
Un suculento sancocho de chivo sirve como ingrediente para amortiguar el dolor por los cuatro años de ausencia de su artista. “Para mí Diomedes no está muerto, vive en nuestros corazones, él es mi psicólogo, cuando estoy estresada o con algún problema, el único remedio es colocar la música de él”, reconoció Elvira Machado, quien con un mensaje escrito en una pancarta expresa la admiración por su ídolo, pero también su desdicha por la ausencia.
Recordó el momento en que recibió la fatal noticia sobre la muerte de su ídolo. “Mandé a mi hijo a hacer una recarga, pero él regresó triste y sin la recarga. Me dijo -Mami en la esquina están diciendo que Diomedes se murió- No lo quise creer, pero después la noticia se regó. Fue algo desgarrador”.
Entre anécdotas de ‘El Cacique de La Junta’, contadas por su confidente Joaquín Guillén, “el hombre que siempre estuvo ahí”, decenas de seguidores, artistas y familiares, participaron del homenaje realizado en los alrededores de la tumba.
El futbolista Teófilo Gutiérrez, quien estuvo en Valledupar para participar en el Juego de las Estrellas, aprovechó para expresar su admiración por quien un día recibió dos ¿pencazos del viejo Rafael’. Un detalle de un talentoso del balón para otro talentoso de la música. Los dos representantes de la zona norte de Colombia, ambos queridos y odiados, envidiados y polémicos, pero nunca desestimados por la prensa.
“El papá de los pollitos”, con ese mensaje compartió una foto sonriente al lado de una estatua de Diomedes Díaz instalada en la glorita Los Juglares del Balneario de Hurtado. Posteriormente, el atacante del Junior de Barranquilla le regaló una camiseta a la madre del ‘Cacique’, Elvira Maestre, gestó que generó reacciones de complacencia en la cuenta de Instagram de Teófilo Gutiérrez.
Nibaldo Bustamante/EL PILÓN
Entonando ‘Triste recuerdo’, ‘El Rey’ y ‘Viene amaneciendo’, los músicos del mariachi Garibaldi cumplieron la cita por cuarto año consecutivo en el cementerio Jardines del Ecce Homo para homenajear al cantante Diomedes Díaz Maestre.
El desconsuelo embarga a Luz Elena Barros. Sus lágrimas no se frenan ante el dolor eterno que no se aparta de un simple llanto.
Llora sobre una tumba fría, la misma en donde reposa el cuerpo de su ídolo, aquel que con su canto la enamoró y le sacó miles de sonrisas. Hoy su dolor sigue intacto porque cuatro años después de la partida de Diomedes Díaz su alma sigue herida como la inmortal canción de su artista.
“Cómo hago mi vida pa’ arrancarme esta herida si te quiero”. Estribillos acordes a su realidad, una mujer llora desconsoladamente, mientras sus manos acarician una fotografía que yace sobre la tumba de ‘El Cacique’.
“Mamá Vila me decía que yo era la novia de Diomedes y así me consideraba porque sus canciones las llevo en el alma”, dijo entre llantos la mujer, oriunda de Codazzi, Cesar, quien llegó a Valledupar a rendirle tributo al hombre que la enamoró con su canto.
“Martín Elías me decía que si ya había dejado de llorar a su papá, yo le respondí que jamás lo dejaré de hacer, porque mi amor por él es eterno”, dijo entre sollozos.
“Cada 22 de diciembre o 26 de mayo armo un museo en mi casa, muchos me critican porque dicen que es una idolatría. Cada vez que voy donde mamá Vila me recibe con mucho entusiasmo porque saben del amor que le tenía a su hijo”, aseguró Luz Elena Barros, mientras toma una rosa de pétalos mojados que se confunde en la tumba, rodeada de decenas de personas que quisieron derramar otra lágrima de desdicha por la partida del ‘Cacique de La Junta’.
Las canciones de Diomedes Díaz fueron el pretexto para que Elvira Machado conociera al amor de su vida. El romanticismo y la inspiración de ‘El Cacique de La Junta’, unió a una pareja que subsiste con el recuerdo de sus canciones.
“Mi esposo y yo coincidimos en el gusto por la música de Diomedes, eso nos hizo más fuertes; lo conocí gracias a esas canciones y hoy somos una familia que sigue llorando su partida”, aseguró la mujer que desde las cuatro de la mañana despertó a sus vecinos con las melodías inmortales que suenan a todo volumen en unos bafles en la terraza de su residencia en el barrio Villa Miriam.
Un suculento sancocho de chivo sirve como ingrediente para amortiguar el dolor por los cuatro años de ausencia de su artista. “Para mí Diomedes no está muerto, vive en nuestros corazones, él es mi psicólogo, cuando estoy estresada o con algún problema, el único remedio es colocar la música de él”, reconoció Elvira Machado, quien con un mensaje escrito en una pancarta expresa la admiración por su ídolo, pero también su desdicha por la ausencia.
Recordó el momento en que recibió la fatal noticia sobre la muerte de su ídolo. “Mandé a mi hijo a hacer una recarga, pero él regresó triste y sin la recarga. Me dijo -Mami en la esquina están diciendo que Diomedes se murió- No lo quise creer, pero después la noticia se regó. Fue algo desgarrador”.
Entre anécdotas de ‘El Cacique de La Junta’, contadas por su confidente Joaquín Guillén, “el hombre que siempre estuvo ahí”, decenas de seguidores, artistas y familiares, participaron del homenaje realizado en los alrededores de la tumba.
El futbolista Teófilo Gutiérrez, quien estuvo en Valledupar para participar en el Juego de las Estrellas, aprovechó para expresar su admiración por quien un día recibió dos ¿pencazos del viejo Rafael’. Un detalle de un talentoso del balón para otro talentoso de la música. Los dos representantes de la zona norte de Colombia, ambos queridos y odiados, envidiados y polémicos, pero nunca desestimados por la prensa.
“El papá de los pollitos”, con ese mensaje compartió una foto sonriente al lado de una estatua de Diomedes Díaz instalada en la glorita Los Juglares del Balneario de Hurtado. Posteriormente, el atacante del Junior de Barranquilla le regaló una camiseta a la madre del ‘Cacique’, Elvira Maestre, gestó que generó reacciones de complacencia en la cuenta de Instagram de Teófilo Gutiérrez.
Nibaldo Bustamante/EL PILÓN