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Columnista - 24 diciembre, 2015

El Papa Francisco en las Naciones Unidas

El Secretario General de las Naciones Unidas, señor Ban Ki-moon, invitó al Papa a dirigirse a la honorable Asamblea de las Naciones con motivo de la 70° Sesión del aniversario de la Asamblea General aprovechando la presencia de éste en EE.UU. Hay que señalar que es la quinta vez que un Papa visita las Naciones […]

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El Secretario General de las Naciones Unidas, señor Ban Ki-moon, invitó al Papa a dirigirse a la honorable Asamblea de las Naciones con motivo de la 70° Sesión del aniversario de la Asamblea General aprovechando la presencia de éste en EE.UU. Hay que señalar que es la quinta vez que un Papa visita las Naciones Unidas, antes lo habían hecho sus predecesores Pablo VI en 1965, Juan Pablo II en 1979 y 1995 y, su más reciente predecesor, hoy el Papa emérito Benedicto XVI, en 2008.

Después de saludar efusivamente a los jefes de Estado y de Gobierno, a los embajadores, diplomáticos y demás funcionarios, expresó un histórico discurso de ocho páginas del cual nos permitimos acopiar algunos de sus apartes importantes que tienen pertinencia con el medio ambiente:

“Ante todo hay que afirmar que existe un verdadero derecho del ambiente por un doble motivo. Primero porque los seres humanos somos parte del ambiente. Vivimos en comunión con él, porque el mismo ambiente comporta límites éticos que la acción humana debe reconocer y respetar. El hombre, aun cuando está dotado de capacidades inéditas que muestran una singularidad que trasciende el ámbito físico y biológico, es al mismo tiempo una porción de ese ambiente. Tiene un cuerpo formado por elementos físicos, químicos y biológicos, y solo puede sobrevivir y desarrollarse si el ambiente ecológico le es favorable. Cualquier daño al ambiente, por tanto es un daño a la humanidad. Segundo, porque cada una de las creaturas, especialmente los vivientes, tiene un valor en sí misma, de existencia, de vida, de belleza y de interdependencia con las demás creaturas. Los cristianos junto con las otras religiones monoteístas, creemos que el universo proviene de una decisión de amor del Creador, que permite al hombre servirse respetuosamente de la creación para el bien de sus semejantes y para gloria del Creador, pero que no puede abusar de ella y mucho menos está autorizado a destruirla.

Para todas las creencias religiosas, el ambiente es un bien fundamental.
El abuso y la destrucción del ambiente al mismo tiempo, van acompañados por un imparable proceso de exclusión. En efecto, un afán egoísta e ilimitado de poder y de bienestar material lleva tanto a abusar de los recursos materiales disponibles como a excluir a los débiles y con menos habilidades, ya sea por tener capacidades diferentes (personas con discapacidad) o porque están privados de los conocimientos e instrumentos técnicos adecuados o poseen insuficiente capacidad de decisión política. La exclusión económica y social es una negación total de la fraternidad humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al ambiente”. Apuntó además, que “la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la Cumbre mundial (París) que iniciará hoy mismo, es una importante señal de esperanza. Confió también que en esa Conferencia de París sobre cambio climático se logren acuerdos fundamentales y eficaces”.
NOTA: Hasta el próximo año. Felices pascuas y próspero año nuevo.

Columnista
24 diciembre, 2015

El Papa Francisco en las Naciones Unidas

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

El Secretario General de las Naciones Unidas, señor Ban Ki-moon, invitó al Papa a dirigirse a la honorable Asamblea de las Naciones con motivo de la 70° Sesión del aniversario de la Asamblea General aprovechando la presencia de éste en EE.UU. Hay que señalar que es la quinta vez que un Papa visita las Naciones […]


El Secretario General de las Naciones Unidas, señor Ban Ki-moon, invitó al Papa a dirigirse a la honorable Asamblea de las Naciones con motivo de la 70° Sesión del aniversario de la Asamblea General aprovechando la presencia de éste en EE.UU. Hay que señalar que es la quinta vez que un Papa visita las Naciones Unidas, antes lo habían hecho sus predecesores Pablo VI en 1965, Juan Pablo II en 1979 y 1995 y, su más reciente predecesor, hoy el Papa emérito Benedicto XVI, en 2008.

Después de saludar efusivamente a los jefes de Estado y de Gobierno, a los embajadores, diplomáticos y demás funcionarios, expresó un histórico discurso de ocho páginas del cual nos permitimos acopiar algunos de sus apartes importantes que tienen pertinencia con el medio ambiente:

“Ante todo hay que afirmar que existe un verdadero derecho del ambiente por un doble motivo. Primero porque los seres humanos somos parte del ambiente. Vivimos en comunión con él, porque el mismo ambiente comporta límites éticos que la acción humana debe reconocer y respetar. El hombre, aun cuando está dotado de capacidades inéditas que muestran una singularidad que trasciende el ámbito físico y biológico, es al mismo tiempo una porción de ese ambiente. Tiene un cuerpo formado por elementos físicos, químicos y biológicos, y solo puede sobrevivir y desarrollarse si el ambiente ecológico le es favorable. Cualquier daño al ambiente, por tanto es un daño a la humanidad. Segundo, porque cada una de las creaturas, especialmente los vivientes, tiene un valor en sí misma, de existencia, de vida, de belleza y de interdependencia con las demás creaturas. Los cristianos junto con las otras religiones monoteístas, creemos que el universo proviene de una decisión de amor del Creador, que permite al hombre servirse respetuosamente de la creación para el bien de sus semejantes y para gloria del Creador, pero que no puede abusar de ella y mucho menos está autorizado a destruirla.

Para todas las creencias religiosas, el ambiente es un bien fundamental.
El abuso y la destrucción del ambiente al mismo tiempo, van acompañados por un imparable proceso de exclusión. En efecto, un afán egoísta e ilimitado de poder y de bienestar material lleva tanto a abusar de los recursos materiales disponibles como a excluir a los débiles y con menos habilidades, ya sea por tener capacidades diferentes (personas con discapacidad) o porque están privados de los conocimientos e instrumentos técnicos adecuados o poseen insuficiente capacidad de decisión política. La exclusión económica y social es una negación total de la fraternidad humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al ambiente”. Apuntó además, que “la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la Cumbre mundial (París) que iniciará hoy mismo, es una importante señal de esperanza. Confió también que en esa Conferencia de París sobre cambio climático se logren acuerdos fundamentales y eficaces”.
NOTA: Hasta el próximo año. Felices pascuas y próspero año nuevo.