Dos millones de habitantes del Magdalena, Cesar y La Guajira, suplen sus necesidades con el agua de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Se habla de que el calentamiento global está acabando con los glaciales y nacederos de agua en el mundo, entre ellos, la Sierra Nevada de Santa Marta. El macizo montañoso donde nacen 36 ríos que producen más de 10 mil millones de metros cúbicos de agua por año, que abastecen a los acueductos de 21 municipios de los departamentos de Magdalena, La Guajira y Cesar.
Desde el 2014, cuando EL PILÓN publicó un informe especial bajo el título ‘El fin de la nieve en la Sierra Nevada’, que reunió varias entregas durante el año y al final de este recibió el premio Sirena Vallenata, en la categoría de ‘Mejor Trabajo Ambiental’, la preocupación fue presentada en la capital del Cesar ante las entidades locales, regionales y nacionales.
En esta ocasión, la Fundación Pro-Sierra Nevada de Santa Marta que hace un recorrido por los departamentos con incidencia sobre la montaña más alta de Colombia frente al mar, planteó la problemática en torno al bajo caudal que presentan los ríos de la Sierra Nevada de Santa Marta, como un tema de preocupación para los entes territoriales, las autoridades ambientales, las comunidades y el sector de la agro-industria.
También abordó la fragmentación de la cobertura boscosa y la falta de regulación hídrica que presentan los caudales de los ríos que nacen de las partes más altas del macizo, como algunas de las principales causas que traen consigo la escasez del recurso hídrico. Quedando claro que en la actualidad solamente un 17 % del bosque ha sido intervenido, el otro 83 recibió algún tipo de actividad por el hombre.
Lucas Echeverri Robledo, director ejecutivo de la Fundación, aseguró que hay que empezar a trabajar conjuntamente en la conservación de la Sierra Nevada en una estrategia que conjugue lo social, económico, ambiental, político y cultural, antes de que el agua se acabe, amenazando la estabilidad humana y la actividad agroindustrial. Aseguró que no puede seguir expandiéndose la agricultura, porque los cultivos no son rentables ambiental ni económicamente y pide que haya una política de cero carreteras en el macizo montañoso, porque eso implica talar bosques.
“La tendencia es claramente negativa sobre el casquete de la Sierra Nevada. No hay nada que hacer porque esto se basa en el calentamiento global. El plan de acción consiste en coger las manchas de bosque que hay, son muy reducidos, concertado con la gente que vive allá para que no lo sigan dañando”, dijo Echeverri Robledo.
La pérdida de la nieve en la Sierra Nevada, entre 1954 y 1995 fue de 7.15 kilómetros cuadrados, proporcionalmente a 7.150 hectáreas. Mientras que, para el 2010 la nieve habría disminuido a 7.14 km2, igual a 7.140 hectáreas y, en el año 2050, posiblemente se estimaría la desaparición total de la nieve.
No obstante, la Fundación Pro-Sierra Nevada de Santa Marta, entidad no gubernamental sin ánimo de lucro creada en 1968, viene advirtiendo desde hace varios años sobre su deterioro ambiental.
Pro-Sierra llegó a la conclusión de que para trabajar en la Sierra Nevada, se necesitan unos 150 millones de dólares. “Eso no es nada, la carretera que están haciendo de la prosperidad cuesta 300 millones de dólares, la plata la hay, pero no lo quieren hacer porque no les interesa”, enfatizó Lucas Echeverri. Con esta inversión se disminuirían los efectos del calentamiento global.
Por lo que acontece en la Sierra, en el Cesar el caudal de los ríos que nacen allí muestran bajos niveles. De los 11.200 litros/segundo que dos décadas atrás ofrecía el río Guatapurí, hoy solo corren 5.000 litros/segundo, de acuerdo con un aforo de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, realizado en febrero pasado.
Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
[email protected]
Dos millones de habitantes del Magdalena, Cesar y La Guajira, suplen sus necesidades con el agua de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Se habla de que el calentamiento global está acabando con los glaciales y nacederos de agua en el mundo, entre ellos, la Sierra Nevada de Santa Marta. El macizo montañoso donde nacen 36 ríos que producen más de 10 mil millones de metros cúbicos de agua por año, que abastecen a los acueductos de 21 municipios de los departamentos de Magdalena, La Guajira y Cesar.
Desde el 2014, cuando EL PILÓN publicó un informe especial bajo el título ‘El fin de la nieve en la Sierra Nevada’, que reunió varias entregas durante el año y al final de este recibió el premio Sirena Vallenata, en la categoría de ‘Mejor Trabajo Ambiental’, la preocupación fue presentada en la capital del Cesar ante las entidades locales, regionales y nacionales.
En esta ocasión, la Fundación Pro-Sierra Nevada de Santa Marta que hace un recorrido por los departamentos con incidencia sobre la montaña más alta de Colombia frente al mar, planteó la problemática en torno al bajo caudal que presentan los ríos de la Sierra Nevada de Santa Marta, como un tema de preocupación para los entes territoriales, las autoridades ambientales, las comunidades y el sector de la agro-industria.
También abordó la fragmentación de la cobertura boscosa y la falta de regulación hídrica que presentan los caudales de los ríos que nacen de las partes más altas del macizo, como algunas de las principales causas que traen consigo la escasez del recurso hídrico. Quedando claro que en la actualidad solamente un 17 % del bosque ha sido intervenido, el otro 83 recibió algún tipo de actividad por el hombre.
Lucas Echeverri Robledo, director ejecutivo de la Fundación, aseguró que hay que empezar a trabajar conjuntamente en la conservación de la Sierra Nevada en una estrategia que conjugue lo social, económico, ambiental, político y cultural, antes de que el agua se acabe, amenazando la estabilidad humana y la actividad agroindustrial. Aseguró que no puede seguir expandiéndose la agricultura, porque los cultivos no son rentables ambiental ni económicamente y pide que haya una política de cero carreteras en el macizo montañoso, porque eso implica talar bosques.
“La tendencia es claramente negativa sobre el casquete de la Sierra Nevada. No hay nada que hacer porque esto se basa en el calentamiento global. El plan de acción consiste en coger las manchas de bosque que hay, son muy reducidos, concertado con la gente que vive allá para que no lo sigan dañando”, dijo Echeverri Robledo.
La pérdida de la nieve en la Sierra Nevada, entre 1954 y 1995 fue de 7.15 kilómetros cuadrados, proporcionalmente a 7.150 hectáreas. Mientras que, para el 2010 la nieve habría disminuido a 7.14 km2, igual a 7.140 hectáreas y, en el año 2050, posiblemente se estimaría la desaparición total de la nieve.
No obstante, la Fundación Pro-Sierra Nevada de Santa Marta, entidad no gubernamental sin ánimo de lucro creada en 1968, viene advirtiendo desde hace varios años sobre su deterioro ambiental.
Pro-Sierra llegó a la conclusión de que para trabajar en la Sierra Nevada, se necesitan unos 150 millones de dólares. “Eso no es nada, la carretera que están haciendo de la prosperidad cuesta 300 millones de dólares, la plata la hay, pero no lo quieren hacer porque no les interesa”, enfatizó Lucas Echeverri. Con esta inversión se disminuirían los efectos del calentamiento global.
Por lo que acontece en la Sierra, en el Cesar el caudal de los ríos que nacen allí muestran bajos niveles. De los 11.200 litros/segundo que dos décadas atrás ofrecía el río Guatapurí, hoy solo corren 5.000 litros/segundo, de acuerdo con un aforo de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, realizado en febrero pasado.
Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
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