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Columnista - 6 noviembre, 2011

¿Dónde está verdad?. Parte II

Por: Luis Rafael Nieto Pardo Defensor público [email protected] Continuando con el tema de la semana pasada, que quedó inconcluso por razones de espacio, el cual es limitado, y considerando que es importante aclarar el significado jurídico del término VERDAD, seguimos citando a Carlos Andrés Molina López y a la revista número 11 de la Defensoría […]

Por: Luis Rafael Nieto Pardo
Defensor público
[email protected]

Continuando con el tema de la semana pasada, que quedó inconcluso por razones de espacio, el cual es limitado, y considerando que es importante aclarar el significado jurídico del término VERDAD, seguimos citando a Carlos Andrés Molina López y a la revista número 11 de la Defensoría del Pueblo, referente a Los Temas de la Barra Académica:

“En rigor, el debate en torno a la verdad ha girado de cara al interrogante que plantea el clásico discurso de descubrir la verdad real o histórica, esto es, cómo realmente sucedieron los hechos, o en su defecto, si la máxima aspiración que cabría esperar radica en la finalidad de obtener el mayor grado de certeza posible respecto de cómo sucedieron los hechos, sustentados en las pruebas incorporadas legalmente al proceso sobre las que finalmente valorará el Juez conforme a las reglas de la sana crítica racional.

Así las cosas, encontramos que los jueces deben pronunciar su fallo más allá de cualquier “duda razonable” lo que nos origina otra pregunta: ¿Cuál es el límite entre la certeza y la verdad sin que ello se convierta en un ejercicio completamente subjetivo?. Podríamos pensar que este asunto queda zanjado acudiendo a la consulta del Diccionario de la Lengua Española, pero resulta que la primera definición que encontramos sobre la verdad nos dice que es la “conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente”;  de este modo entonces, valdría la pena preguntarse ¿si en la mente se forma un concepto de las cosas de un modo completamente objetivo, o si tal correspondencia depende de la forma como las personas perciben los hechos?  Con ello queremos decir que cada persona construye la realidad a partir de su propia apreciación.  Un ejemplo claro lo encontramos en un cuento popular hindú, que relata que hace mucho tiempo un grupo de ciegos quiso conocer a un elefante, asi que le pidieron a su guía que los llevara ante la presencia de tal animal, que les era completamente desconocido, para que ellos pudieran tocarlo.  Cada uno tuvo su turno para hacerlo y cuando terminaron discutieron sobre lo que cada uno percibió del elefante;  aquel que tocó la trompa dijo que se parecía más a una enorme serpiente, otro tocó sus patas y pensó que era un conjunto de enormes pilares; finalmente, el que tocó sus colmillos dijo que se asemejaba a dos espadas romas; pero, qué era lo realmente verdadero en este caso?

Así como la historia presenta diferentes estimaciones sobre un objeto determinado, el problema del término Verdad en un proceso jurisdiccional es igualmente ambiguo, la realidad estará sesgada por la forma como las partes presenten los elementos materiales de prueba y por la forma como el juez los valore; es decir, cada una de las partes, al igual que el juez, le cargan a la apreciación de los hechos un valor subjetivo; por lo tanto, lo verdadero será la interpretación que cada uno de estos sujetos le imprima a los hechos, de modo que hay una confusión entre la verdad y la certeza, entre lo verdadero y lo probable.

Es claro que dentro de la teoría de la argumentación el concepto de VERDAD tiene otras implicaciones, en otras palabras, tenemos que la verdad DEPENDE DE la aceptación que tiene unos hechos en un grupo de personas y solamente se busca lograr un acuerdo en una comunidad determinada, lo que se toma como cierto;  pero igualmente esta teoría enfatiza en que frente a la verdad no solamente tiende a hablarse de lo absoluto y de lo cierto, sino también de lo probable, confundiéndose así todos estos conceptos; ello es muestra de lo complicado que puede llegar a ser el manejo de LA VERDAD.

Columnista
6 noviembre, 2011

¿Dónde está verdad?. Parte II

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Rafael Nieto Pardo

Por: Luis Rafael Nieto Pardo Defensor público [email protected] Continuando con el tema de la semana pasada, que quedó inconcluso por razones de espacio, el cual es limitado, y considerando que es importante aclarar el significado jurídico del término VERDAD, seguimos citando a Carlos Andrés Molina López y a la revista número 11 de la Defensoría […]


Por: Luis Rafael Nieto Pardo
Defensor público
[email protected]

Continuando con el tema de la semana pasada, que quedó inconcluso por razones de espacio, el cual es limitado, y considerando que es importante aclarar el significado jurídico del término VERDAD, seguimos citando a Carlos Andrés Molina López y a la revista número 11 de la Defensoría del Pueblo, referente a Los Temas de la Barra Académica:

“En rigor, el debate en torno a la verdad ha girado de cara al interrogante que plantea el clásico discurso de descubrir la verdad real o histórica, esto es, cómo realmente sucedieron los hechos, o en su defecto, si la máxima aspiración que cabría esperar radica en la finalidad de obtener el mayor grado de certeza posible respecto de cómo sucedieron los hechos, sustentados en las pruebas incorporadas legalmente al proceso sobre las que finalmente valorará el Juez conforme a las reglas de la sana crítica racional.

Así las cosas, encontramos que los jueces deben pronunciar su fallo más allá de cualquier “duda razonable” lo que nos origina otra pregunta: ¿Cuál es el límite entre la certeza y la verdad sin que ello se convierta en un ejercicio completamente subjetivo?. Podríamos pensar que este asunto queda zanjado acudiendo a la consulta del Diccionario de la Lengua Española, pero resulta que la primera definición que encontramos sobre la verdad nos dice que es la “conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente”;  de este modo entonces, valdría la pena preguntarse ¿si en la mente se forma un concepto de las cosas de un modo completamente objetivo, o si tal correspondencia depende de la forma como las personas perciben los hechos?  Con ello queremos decir que cada persona construye la realidad a partir de su propia apreciación.  Un ejemplo claro lo encontramos en un cuento popular hindú, que relata que hace mucho tiempo un grupo de ciegos quiso conocer a un elefante, asi que le pidieron a su guía que los llevara ante la presencia de tal animal, que les era completamente desconocido, para que ellos pudieran tocarlo.  Cada uno tuvo su turno para hacerlo y cuando terminaron discutieron sobre lo que cada uno percibió del elefante;  aquel que tocó la trompa dijo que se parecía más a una enorme serpiente, otro tocó sus patas y pensó que era un conjunto de enormes pilares; finalmente, el que tocó sus colmillos dijo que se asemejaba a dos espadas romas; pero, qué era lo realmente verdadero en este caso?

Así como la historia presenta diferentes estimaciones sobre un objeto determinado, el problema del término Verdad en un proceso jurisdiccional es igualmente ambiguo, la realidad estará sesgada por la forma como las partes presenten los elementos materiales de prueba y por la forma como el juez los valore; es decir, cada una de las partes, al igual que el juez, le cargan a la apreciación de los hechos un valor subjetivo; por lo tanto, lo verdadero será la interpretación que cada uno de estos sujetos le imprima a los hechos, de modo que hay una confusión entre la verdad y la certeza, entre lo verdadero y lo probable.

Es claro que dentro de la teoría de la argumentación el concepto de VERDAD tiene otras implicaciones, en otras palabras, tenemos que la verdad DEPENDE DE la aceptación que tiene unos hechos en un grupo de personas y solamente se busca lograr un acuerdo en una comunidad determinada, lo que se toma como cierto;  pero igualmente esta teoría enfatiza en que frente a la verdad no solamente tiende a hablarse de lo absoluto y de lo cierto, sino también de lo probable, confundiéndose así todos estos conceptos; ello es muestra de lo complicado que puede llegar a ser el manejo de LA VERDAD.