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Columnista - 30 mayo, 2010

¿COLUMNISTAS O CALUMNISTAS…?

Por: Gonzalo Quiroz En un seminario sobre periodismo educativo que hice con el periódico El Tiempo, en Bogotá, uno de los ponentes afirmaba que a veces uno podría ser columnista o calumnista,  que la diferencia estribaba en que el columnista verdadero se informa verazmente y además busca información para aseverar lo que piensa opinar,  reconoce […]

Por: Gonzalo Quiroz

En un seminario sobre periodismo educativo que hice con el periódico El Tiempo, en Bogotá, uno de los ponentes afirmaba que a veces uno podría ser columnista o calumnista,  que la diferencia estribaba en que el columnista verdadero se informa verazmente y además busca información para aseverar lo que piensa opinar,  reconoce su autonomía pero también respeta los límites. Que el columnista sabe que la libertad de expresión, la verdad y el respeto hacen unidad, es decir están íntimamente unidas y son aliadas inseparable de la ética de la libertad de expresión.
Y en el sentido educativo, el columnista  argumenta sus opiniones de tal manera que el lector pueda recoger información como aprendizaje. El calumnista no hace eso, escribe con las vísceras y con pleno sentido camorrero,  casi siempre son monotemáticos y sus comentarios lo soportan en  me lo comentaron… según me dijeron, y sus eructos u opiniones van cargadas de descalificativos personales y pasionales, llegando incluso hasta la calumnia; además, nunca son capaces de  rectificar sus falsas opiniones, por eso se les llama calumnistas.
Con el respeto debido, le aclaro al señor Jaime Gnecco Hernández, lo que afirmó en su columna “Periscopio” del domingo anterior.  Si soy pedagogo a mucha honra y honor, afortunadamente Mockus y Fajardo también lo son. Pero cualquier hoja de vida de un profesional solo es completa cuando ha ejercido la docencia y la pedagogía. Así que ser pedagogo no es una deshonra, por el contrario me sube el ego. Estudié Biología y Química, me gradué con énfasis en Bioquímica, no le informaron que fue con un Cum Laude de la Universidad del Atlántico, así que mi especialidad no son los idiomas, como falsamente lo afirma.
Ejerzo la docencia y la he ejercido durante más de treinta años, de los cuales  – y para colmo-, no he tenido la oportunidad de ser docente en pedagogía, sino en Química y Bioquímica en el Loperena, el Colegio Santa Fe, en la UDES y la UPC. Por lo tanto, también es falso que haya fracasado en mi disciplina de formación. Además, en medicina hay un principio fundamental que toda enfermedad o por lo menos la gran mayoría de ellas tienen una fundamentación Bioquímica.
Hice una especialidad en Evaluación y Psicometría del Aprendizaje con la Universidad El Bosque de Bogotá y también estudié y me gradué como Magíster en Educación con énfasis en Cognición de la Universidad del Norte de Barranquilla y cualquier médico no puede desconocer que hay múltiples factores que alteran los procesos cognitivos (Trastornos de la Cognición) y entre ellos el Parkinson y el Alzheimer, no se requiere tener ni ser Ph.d. en clínica neurológica para saberlo, así lo demuestran las innumerables estadísticas de estudios científicos sobre estos casos.
El hecho de que hoy las tendencias políticas hayan cambiado por la mismas dinámicas sociales, eso hace que cada quien defienda unas tesis, programas o simplemente simpatizar y ser seguidores de partidos políticos, de personajes públicos como políticos, deportistas y artistas, no es óbice para tratar despectivamente de “lambón” a nadie, porque de eso todos tenemos un poco. Los apóstoles fueron lambones de Jesucristo, Los obispos son lambones del Papa, los ministros lo son del presidente, los secretarios de los gobernadores y alcaldes, los uribistas del presidente Uribe y se espera todos lo sean de Juan Manuel Santos, los del Polo algunos son lambones de Lucho Garzón y otros de Petro y por último también están los lambones de la “patilla o sandía”, que son verdes por fuera y profundamente rojos por dentro que serían  hoy los lambones de Mockus.
El tratarme de maligno y perverso por haber opinado alrededor de lo que puede ser el proceso evolutivo de la enfermedad del doctor Mockus, eso lo dirá el tiempo. Pero existe mayor perversión cuando un médico supuestamente en un estado cognitivo sano además de insultar e irrespetar a las personas, lo hace con fundamentos falsos a través de una columna de opinión abusando de la libertad de expresión.

Columnista
30 mayo, 2010

¿COLUMNISTAS O CALUMNISTAS…?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Gonzalo E. Quiroz Martínez

Por: Gonzalo Quiroz En un seminario sobre periodismo educativo que hice con el periódico El Tiempo, en Bogotá, uno de los ponentes afirmaba que a veces uno podría ser columnista o calumnista,  que la diferencia estribaba en que el columnista verdadero se informa verazmente y además busca información para aseverar lo que piensa opinar,  reconoce […]


Por: Gonzalo Quiroz

En un seminario sobre periodismo educativo que hice con el periódico El Tiempo, en Bogotá, uno de los ponentes afirmaba que a veces uno podría ser columnista o calumnista,  que la diferencia estribaba en que el columnista verdadero se informa verazmente y además busca información para aseverar lo que piensa opinar,  reconoce su autonomía pero también respeta los límites. Que el columnista sabe que la libertad de expresión, la verdad y el respeto hacen unidad, es decir están íntimamente unidas y son aliadas inseparable de la ética de la libertad de expresión.
Y en el sentido educativo, el columnista  argumenta sus opiniones de tal manera que el lector pueda recoger información como aprendizaje. El calumnista no hace eso, escribe con las vísceras y con pleno sentido camorrero,  casi siempre son monotemáticos y sus comentarios lo soportan en  me lo comentaron… según me dijeron, y sus eructos u opiniones van cargadas de descalificativos personales y pasionales, llegando incluso hasta la calumnia; además, nunca son capaces de  rectificar sus falsas opiniones, por eso se les llama calumnistas.
Con el respeto debido, le aclaro al señor Jaime Gnecco Hernández, lo que afirmó en su columna “Periscopio” del domingo anterior.  Si soy pedagogo a mucha honra y honor, afortunadamente Mockus y Fajardo también lo son. Pero cualquier hoja de vida de un profesional solo es completa cuando ha ejercido la docencia y la pedagogía. Así que ser pedagogo no es una deshonra, por el contrario me sube el ego. Estudié Biología y Química, me gradué con énfasis en Bioquímica, no le informaron que fue con un Cum Laude de la Universidad del Atlántico, así que mi especialidad no son los idiomas, como falsamente lo afirma.
Ejerzo la docencia y la he ejercido durante más de treinta años, de los cuales  – y para colmo-, no he tenido la oportunidad de ser docente en pedagogía, sino en Química y Bioquímica en el Loperena, el Colegio Santa Fe, en la UDES y la UPC. Por lo tanto, también es falso que haya fracasado en mi disciplina de formación. Además, en medicina hay un principio fundamental que toda enfermedad o por lo menos la gran mayoría de ellas tienen una fundamentación Bioquímica.
Hice una especialidad en Evaluación y Psicometría del Aprendizaje con la Universidad El Bosque de Bogotá y también estudié y me gradué como Magíster en Educación con énfasis en Cognición de la Universidad del Norte de Barranquilla y cualquier médico no puede desconocer que hay múltiples factores que alteran los procesos cognitivos (Trastornos de la Cognición) y entre ellos el Parkinson y el Alzheimer, no se requiere tener ni ser Ph.d. en clínica neurológica para saberlo, así lo demuestran las innumerables estadísticas de estudios científicos sobre estos casos.
El hecho de que hoy las tendencias políticas hayan cambiado por la mismas dinámicas sociales, eso hace que cada quien defienda unas tesis, programas o simplemente simpatizar y ser seguidores de partidos políticos, de personajes públicos como políticos, deportistas y artistas, no es óbice para tratar despectivamente de “lambón” a nadie, porque de eso todos tenemos un poco. Los apóstoles fueron lambones de Jesucristo, Los obispos son lambones del Papa, los ministros lo son del presidente, los secretarios de los gobernadores y alcaldes, los uribistas del presidente Uribe y se espera todos lo sean de Juan Manuel Santos, los del Polo algunos son lambones de Lucho Garzón y otros de Petro y por último también están los lambones de la “patilla o sandía”, que son verdes por fuera y profundamente rojos por dentro que serían  hoy los lambones de Mockus.
El tratarme de maligno y perverso por haber opinado alrededor de lo que puede ser el proceso evolutivo de la enfermedad del doctor Mockus, eso lo dirá el tiempo. Pero existe mayor perversión cuando un médico supuestamente en un estado cognitivo sano además de insultar e irrespetar a las personas, lo hace con fundamentos falsos a través de una columna de opinión abusando de la libertad de expresión.