Por  Gustavo Cotes Medina

La semana pasada estuve en Valledupar, tierra de las sonrisas, y a pesar de contar con atractivos centros comerciales, urbanizaciones bien diseñadas y funcionales, nuevos restaurantes, y de la puesta en marcha del Sistema Estratégico de Transporte Público, la ciudad, siempre amable, espontánea y con los brazos abiertos, hoy luce como agotada en su desarrollo, caquéctica, y se percibe sin vitalidad, llena de contrastes, pero con ambiciones recortadas.
Por eso se necesita que en las próximas elecciones de octubre, el pueblo vallenato tenga prohibido equivocarse en sus decisiones y elijan a un alcalde y a 19 concejales que sean modernos, con mentes abiertas, ideas frescas y visión de futuro para que le den un fuerte revolcón a la ciudad y la saquen de ese marasmo que – en mi opinión- se encuentra.
¡Valledupar tiene que atreverse a dar más que el Festival de la Leyenda Vallenata y la Feria Ganadera. Conozco a la mayoría de su población profesional y se del enorme potencial que tienen y de lo que son capaces de hacer con los grande retos! Todos queremos una ciudad fuerte y pujante, bohemia, llena de luces y de flores, con prisa y ansias de crecer. Hagamos de Valledupar una ciudad que nada la detenga, que sea capaz de pasar páginas dolorosas-  sin raspones ni heridas- y se dedique a cultivar futuro.
Nuestros dirigentes municipales deben tener una mentalidad innovadora y buscar el apoyo de empresarios privados novedosos para que con la ayuda de la Cámara de Comercio identifique proyectos en agroindustria, vivienda, salud y energía, que proveen  bienes y servicios de primera calidad a los sectores vulnerables. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) dispone inicialmente de 250 millones de dólares para apoyar estas iniciativas y ya iniciaron operaciones con la identificación de proyectos en Barranquilla.

El primero de agosto arrancó el TLC con Suiza y el lunes 15 de agosto comenzó el TLC  con Canadá. Además, los negocios de Colombia con el triángulo de oro de Centro América- El Salvador, Honduras y Guatemala- los convierten en vecinos rentables. Debemos empezar a mirar hacia Valledupar como “la Ciudad de las posibilidades”, creando las condiciones con buenas prácticas competitivas y generando expectativas ciertas con nuestros nuevos líderes regionales.
El pasado 13 de agosto el presidente Santos en la clausura de la asamblea  de la Andi, en Cartagena, con los decretos en la mano, les dijo a los industriales del país que se verán beneficiados con la protección arancelaria y la exoneración de la sobretasa de la energía. Además, la inversión extranjera en el primer semestre del año ascendió a 3.700 millones de dólares, lo que significa un crecimiento del 61%. “Eso no lo habíamos visto nunca”, destacó el Jefe de Estado.
Estas son las oportunidades que no debemos pasar por alto. Estamos obligados a mejorar nuestra capacidad de negociación para decirles a los inversionistas nacionales y extranjeros: “Vengan a Valledupar, te conviene, miren hacia acá”. Estamos muy orgullosos de nuestros ancestros y tradiciones, pero somos más que una región minera, más que una tierra de leyendas, acordeones y juglares, más que poporos y mochilas de cabuya, más que sirenas, obeliscos y alfandoques. ¡Somos una región de gente buena, trabajadora y pacífica con ansias de decirle adiós a los malos tiempos y a la inversión de valores!.
Está muy claro que primero tenemos que conseguir una policía moderna y fortalecida con acciones que generen entornos más seguros, mejorar la educación, salud de calidad, con la cultura como factor de desarrollo social y económico, con el comercio organizado y espacios públicos recuperados, con una movilidad eficiente y mejoras en la conectividad, reglas muy claras para la inversión, sincronizar el crecimiento de la ciudad con la cobertura y calidad de los servicios públicos y – sobretodo-, preservar los recursos naturales y planificar a largo plazo.
También está muy claro que Valledupar debe elegir un alcalde y un Concejo municipal honesto y transparente, con capacidad de administrar y liderar su desarrollo, con pleno conocimiento de la ciudad, con experiencia y a quienes les importe la gente. ¡Queremos que nuestros nuevos mandatarios estén comprometidos en reformular la ciudad para que nos ofrezcan una sociedad solidaria, igualitaria y tranquila que permita vivir con dignidad olvidando la sensación de no futuro!.
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