Por Gustavo Cotes Medina La deriva del mundo financiero tiene a los europeos viviendo la peor de las crisis desde la segunda guerra mundial. Hoy, se lucha por la supervivencia del euro ante un capitalismo que está en el proceso de rediseñar a la Unión Europea a marchas forzadas. El tiempo apremia y solo quedan […]
Por Gustavo Cotes Medina
La deriva del mundo financiero tiene a los europeos viviendo la peor de las crisis desde la segunda guerra mundial. Hoy, se lucha por la supervivencia del euro ante un capitalismo que está en el proceso de rediseñar a la Unión Europea a marchas forzadas. El tiempo apremia y solo quedan pocos días para salvarse.
La propuesta de refundar a Europa es para introducir cambios en los tratados constitutivos con el fin de corregir los errores que llevaron al bloque de países a esta situación tan dramática, que amenaza con arrastrar los mercados a una recesión global si no se logran acuerdos mínimos basados en imponer una fuerte disciplina fiscal a los países miembros de la Eurozona.
Los fuertes rescates económicos de Grecia, Irlanda y Portugal, sumados a las dificultades económicas de Italia, España y a las alarmas de Alemania, tienen a la Eurozona buscando en forma desesperada una solución que evite al contagio, pero el escepticismo es muy grande por las diferencias de enfoque que existen. La Eurozona corre el riesgo de caer en una década perdida si no actúa rápida y de manera conjunta para enfrentar la crisis de la deuda.
Se considera que desde su creación la moneda única de la Eurozona fue diseñada sobre una base llena de defectos, porque no se tuvieron en cuenta los grandes desequilibrios que había en las economías de estos países que compartieron moneda sin integrar decisiones fiscales, presupuestarias y de gasto social.
La crisis de hoy es una notoria falta de visión de los líderes actuales que tienen a la Unión Europea al borde del abismo. ¡Todos los países tienen su cuota culpa en la crisis actual, porque sus ministros de finanzas no querían ver nada malo!
El jueves 8 y 9 de diciembre los presidentes de los países de la Unión Europea se reúnen de nuevo en Bruselas con la obligación de articular una respuesta política a la crisis económica de la deuda soberana y para definir el futuro del euro como moneda única de un grupo de países que crecieron en deudas de manera superficial e irresponsable.
Esta experiencia motivó la propuesta de Sarkozy y Merkel para refundar a Europa mediante un nuevo tratado que contenga “más disciplina, más solidaridad y más responsabilidad mediante un verdadero gobierno económico, porque si Europa no cambia rápido, la historia del mundo se escribirá sin ella”.
El Tratado de Maastricht, que llevó a la adopción de la moneda común europea en 1999, ha demostrado ser imperfecto y tiene que reformarse porque “no puede haber moneda común sin convergencia económica, sin la cual el euro será más fuerte para algunos, demasiado débil para otros, y la Eurozona se fragmentará”.
El Primer Ministro de Italia, Mario Monti, considera que” fuera del euro y de la Unión Europea solo queda el abismo, la pobreza y el estancamiento, la caída de las rentas, el aislamiento y, sobre todo, la ausencia de futuro para el país y las nuevas generaciones. No hay alternativa”.
Francia y Alemania expusieron el plan de reajuste urgente de la Unión Europea para lograr que haya un nuevo tratado antes de marzo de 2012, aunque solo lo firmen los 17 países del euro, para colocar la regla del rigor fiscal, de modo que habrá sanciones automáticas para los Estados que superen el límite del déficit del 3% de su Producto Interno Bruto.
La alianza de Francia y Alemania es una estrategia considerada como esencial para evitar el riesgo del estallido del euro y para que Europa no repita los errores del pasado. Es imperativo recuperar todo el retraso acumulado.
Se equivocan en Colombia quienes observan esta crisis europea como un suceso lejano que no afecta la economía del país. Si bien es cierto que tenemos un crecimiento relativamente bueno, que a pesar del fuerte invierno nos permite navegar en aguas tranquilas, no tenemos una economía blindada ante el efecto dominó que se puede presentar en los mercados internacionales en los cuales estamos involucrados, pero por ahora el país está haciendo bien lo que le corresponde en materia económica. Sin embargo, la economía global está ahora en riesgo.
Un nuevo tratado europeo que imponga disciplina con la regla de oro del rigor fiscal y disminuya el crecimiento de la deuda de los países miembros de la Eurozona, es la última esperanza en la reunión de Bruselas este 8 y 9 de diciembre. Esperamos que sus líderes, hasta ahora hechos en cartón, estén a la altura de las responsabilidades que tienen. Hoy, “es mejor encender una luz que maldecir la oscuridad”.
[email protected]
Por Gustavo Cotes Medina La deriva del mundo financiero tiene a los europeos viviendo la peor de las crisis desde la segunda guerra mundial. Hoy, se lucha por la supervivencia del euro ante un capitalismo que está en el proceso de rediseñar a la Unión Europea a marchas forzadas. El tiempo apremia y solo quedan […]
Por Gustavo Cotes Medina
La deriva del mundo financiero tiene a los europeos viviendo la peor de las crisis desde la segunda guerra mundial. Hoy, se lucha por la supervivencia del euro ante un capitalismo que está en el proceso de rediseñar a la Unión Europea a marchas forzadas. El tiempo apremia y solo quedan pocos días para salvarse.
La propuesta de refundar a Europa es para introducir cambios en los tratados constitutivos con el fin de corregir los errores que llevaron al bloque de países a esta situación tan dramática, que amenaza con arrastrar los mercados a una recesión global si no se logran acuerdos mínimos basados en imponer una fuerte disciplina fiscal a los países miembros de la Eurozona.
Los fuertes rescates económicos de Grecia, Irlanda y Portugal, sumados a las dificultades económicas de Italia, España y a las alarmas de Alemania, tienen a la Eurozona buscando en forma desesperada una solución que evite al contagio, pero el escepticismo es muy grande por las diferencias de enfoque que existen. La Eurozona corre el riesgo de caer en una década perdida si no actúa rápida y de manera conjunta para enfrentar la crisis de la deuda.
Se considera que desde su creación la moneda única de la Eurozona fue diseñada sobre una base llena de defectos, porque no se tuvieron en cuenta los grandes desequilibrios que había en las economías de estos países que compartieron moneda sin integrar decisiones fiscales, presupuestarias y de gasto social.
La crisis de hoy es una notoria falta de visión de los líderes actuales que tienen a la Unión Europea al borde del abismo. ¡Todos los países tienen su cuota culpa en la crisis actual, porque sus ministros de finanzas no querían ver nada malo!
El jueves 8 y 9 de diciembre los presidentes de los países de la Unión Europea se reúnen de nuevo en Bruselas con la obligación de articular una respuesta política a la crisis económica de la deuda soberana y para definir el futuro del euro como moneda única de un grupo de países que crecieron en deudas de manera superficial e irresponsable.
Esta experiencia motivó la propuesta de Sarkozy y Merkel para refundar a Europa mediante un nuevo tratado que contenga “más disciplina, más solidaridad y más responsabilidad mediante un verdadero gobierno económico, porque si Europa no cambia rápido, la historia del mundo se escribirá sin ella”.
El Tratado de Maastricht, que llevó a la adopción de la moneda común europea en 1999, ha demostrado ser imperfecto y tiene que reformarse porque “no puede haber moneda común sin convergencia económica, sin la cual el euro será más fuerte para algunos, demasiado débil para otros, y la Eurozona se fragmentará”.
El Primer Ministro de Italia, Mario Monti, considera que” fuera del euro y de la Unión Europea solo queda el abismo, la pobreza y el estancamiento, la caída de las rentas, el aislamiento y, sobre todo, la ausencia de futuro para el país y las nuevas generaciones. No hay alternativa”.
Francia y Alemania expusieron el plan de reajuste urgente de la Unión Europea para lograr que haya un nuevo tratado antes de marzo de 2012, aunque solo lo firmen los 17 países del euro, para colocar la regla del rigor fiscal, de modo que habrá sanciones automáticas para los Estados que superen el límite del déficit del 3% de su Producto Interno Bruto.
La alianza de Francia y Alemania es una estrategia considerada como esencial para evitar el riesgo del estallido del euro y para que Europa no repita los errores del pasado. Es imperativo recuperar todo el retraso acumulado.
Se equivocan en Colombia quienes observan esta crisis europea como un suceso lejano que no afecta la economía del país. Si bien es cierto que tenemos un crecimiento relativamente bueno, que a pesar del fuerte invierno nos permite navegar en aguas tranquilas, no tenemos una economía blindada ante el efecto dominó que se puede presentar en los mercados internacionales en los cuales estamos involucrados, pero por ahora el país está haciendo bien lo que le corresponde en materia económica. Sin embargo, la economía global está ahora en riesgo.
Un nuevo tratado europeo que imponga disciplina con la regla de oro del rigor fiscal y disminuya el crecimiento de la deuda de los países miembros de la Eurozona, es la última esperanza en la reunión de Bruselas este 8 y 9 de diciembre. Esperamos que sus líderes, hasta ahora hechos en cartón, estén a la altura de las responsabilidades que tienen. Hoy, “es mejor encender una luz que maldecir la oscuridad”.
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