DOS PUNTOS Por: Germán Piedrahita R. Ni Marx, Engels, Lenin o Fidel y el “Che”, llegaron a imaginar que el neoliberalismo, el capitalismo salvaje llevaría a los colombianos más derechistas a militar en la izquierda. Ante la desaparición de las ideologías, de la filosofía de partido y la aparición de los camaleones, las realidades que […]
DOS PUNTOS
Por: Germán Piedrahita R.
Ni Marx, Engels, Lenin o Fidel y el “Che”, llegaron a imaginar que el neoliberalismo, el capitalismo salvaje llevaría a los colombianos más derechistas a militar en la izquierda.
Ante la desaparición de las ideologías, de la filosofía de partido y la aparición de los camaleones, las realidades que van en contra de las calificaciones del Banco Mundial y del papá del Norte, nuestra ‘clase política’, quizá sin darse cuenta, volteó hacia el pensamiento de los innombrables.
Y es que solo hay que leer los programas de todos, todos los candidatos a cualquier posición. Revisen las propuestas de los que aspiran a la gobernación, los que quieren ser alcaldes, concejales o diputados y no solo en Valledupar, de todas nuestras poblaciones y hasta de más de la mitad de Colombia.
En todas esas propuestas se habla de gratuidad en la educación, hasta la superior, con uniformes, comida y hasta transporte; capacitación gratuita para docentes; de una salud al alcance del pueblo y preventiva, como en Cuba; construcción de hospitales; de mejores salarios; reconocimiento a la mujer; equidad en todas las actividades; contratación por calidad; casa gratis para los desplazados; trabajo para los desempleados; mejor repartición de presupuesto; fortalecimiento de instituciones; mejores servicios públicos y hasta subsidiados; respeto a la naturaleza; a la biodiversidad y las razas; de poner a jugar, bailar, cantar, pintar, a todo el que lo desee.
Todo sin subir los impuestos, sin gestionar internacionalmente y sin tener el TLC, que ya llegó pero se sentirá solo a partir del 2013.
Lo que falte usted lo puede encontrar en los programas de Samper y hasta los cien de Uribe, eran de corte izquierdista así no lo reconozcan.
En qué debate ha escuchado usted apoyo a la banca, privatización educativa, salud comercializada, nepotismo, favorecimientos, racismo, chantaje, negociación, que finalmente será en lo que terminarán nuestras ilusiones.
Todos además acusan, acusan, ¿a quién? de corrupción, de malversación, de irregularidades; como siempre lo ha hecho la izquierda sin que nadie ponga cuidado. Todos señalan a los corruptos, pero nadie sabe quiénes son porque pareciera que no tienen nombre ni apellido.
¡Qué paradoja! Ahora todos somos socialistas y ¡no nos dimos cuenta!.
¿Votamos? Trece los partidos o movimientos que inscribieron candidatos al concejo; 235 candidatos, 161 hombres, 74 mujeres; 228 en lista preferente y 7 no preferente.
Partidos Liberal, Conservador, Polo, Verde, Cambio Radical, de la U, PIN, AICO, ASI, MIO, MIRA, Afrovides y SI Podemos.
Mi comentario es sobre el voto femenino pues si ellas, las mujeres, tuvieran sentido de género, Valledupar podría tener una grata sorpresa. Una sola candidata mujer a la alcaldía, Omaira Herrera, conocedora de lo administrativo por haber pasado por las secretarías de planeación del municipio y la gobernación, arquitecta y abogada, si con eso no está preparada…
Al concejo daré unos nombres que no les serán desconocidos a ustedes. El orden no indica preferencia ni calificación.
Fabiola Zuleta debe repetir Concejo y por su experiencia lo debe hacer mejor; Obeida Salgado, ser primera dama le debió de dar el conocimiento administrativo necesario para un sano desempeño; Yarime Lobo, ex Sagrada Familia, arquitecta y artista, suficiente corazón y conocimientos para hacer las cosas bien; Eloísa Tamayo, empresaria exitosa, si hace de Valledupar su empresa deberá dar buenos resultados; Maira Pinto, la conocí como mi alumna y espero no haber fallado en su formación humanística; Adriana Gil, edil y toda su vida dedicada a las comunidades.
Son 74 las inscritas y solo me atrevo a nombrar a estas seis, muy pocas, pero con el perdón de las demás no las he visto ni conocido en actividades comunales o sociales que me permitan emitir un comentario sobre ellas. Son 19 los escaños y ojalá muchas más las escogidas.