ENTRE OTRAS COSAS…. Por: Darío Arregocés Baute En Colombia se suicidaron 1.864 personas el año pasado, en promedio cinco cada 24 horas. 32 homicidios se registraron por cada 100 habitantes y sí a lo anterior le sumamos el elevado número de desplazamientos forzados de personas y los cada vez más frecuentes episodios de violencia Intrafamiliar, […]
ENTRE OTRAS COSAS….
Por: Darío Arregocés Baute
En Colombia se suicidaron 1.864 personas el año pasado, en promedio cinco cada 24 horas. 32 homicidios se registraron por cada 100 habitantes y sí a lo anterior le sumamos el elevado número de desplazamientos forzados de personas y los cada vez más frecuentes episodios de violencia Intrafamiliar, embarazos de adolescentes, adicción a sustancias psicoactivas (S.P.A.), la ecuación solo puede arrojar un resultado: ¡Sociedad en Crisis!
El desbordado consumismo, el afán de encajar en el paradigma social y convertirse en el corto plazo en un hombre o mujer de éxito, de querer ser lo que no se es y querer experimentarlo todo, en tiempo real, colman las expectativas del mundo de hoy, un mundo donde el tiempo transcurre demasiado rápido y hay que vivir “intensamente”. Al menos es la idea más empleada en marketing como estrategia de penetración de cualquier producto en el mercado. Es así como encontramos productos de belleza que evitan las arrugas y garantizan “la eterna juventud”; productos para la alopecia, que garantizan resultados “milagrosos”, o el uso del último celular, propio de los “verdaderos ejecutivos” con un extenso etcétera, son hoy el pan nuestro de cada día y lo peor es que van transformando al ser humano en una persona que vale por lo que tiene o usa y no por lo que realmente es.
Pero ¡¿Qué hay que hacer para conseguir estos productos? fácil tener dinero, y si no lo tienes, debes procurártelo a como de lugar. Matando, robando, ultrajando, extorsionando, secuestrando. Es un poco la historia del sicariato, la prostitución, narcotráfico y otro largo etcétera.
Y si no llegas a la meta, pues te frustras, te deprimes, tu auto estima se va al piso y eres capaz de cualquier cosa, pues piensas que tu vida sin las cosas propias del “hombre de éxito” no tiene sentido.
Es aquí donde hay que hacer un alto en el camino, alzar la mirada al cielo y reflexionar acerca de lo que es verdaderamente importante. Tu vida. Esa que Dios te regaló. ¿Qué has hecho con ella? ¿No has aprendido a aceptarte tal cual eres, con tus defectos y cualidades? ¿Por qué insistes en ser lo que no eres? Crees que eres feliz porque tienes muchos bienes? No será más bien que te has convertido en un esclavo de tus riquezas?
En la edición octava del Congreso de Parejas de la Diócesis de Valledupar, decía Monseñor Oscar Vélez Isaza, que la crisis de los Estados Unidos con la devaluación del Dólar, son muestras palpables de lo frágiles que son nuestros dioses. Esos en los cuales ponemos toda nuestra confianza, convirtiéndonos en verdaderos esclavos del dios dinero.
Pero el Señor que conoce el corazón del hombre, siempre está dispuesto a perdonar nuestra avaricia y a concedernos una nueva oportunidad, para emprender nuestro propio éxodo, para salir del pecado de la fornicación, el aborto, el adulterio, la pederastia, la soberbia, entre otros y poner la mirada en el dueño de la vida, con fe y esperanza.
El verdadero cristiano es aquel que toma su cruz y sigue a Jesús, sin ponerle condiciones, sin someterlo a chantajes ni manipulaciones, haciendo siempre su voluntad y sin echar mano de los atajos, del “todo vale”, volviendo a los auténticos valores morales……No obstante nuestra sociedad parece ir en sentido contrario. Atrévete a cambiar que el Señor te dice: ¡No temas que yo estoy contigo!
[email protected]
ENTRE OTRAS COSAS…. Por: Darío Arregocés Baute En Colombia se suicidaron 1.864 personas el año pasado, en promedio cinco cada 24 horas. 32 homicidios se registraron por cada 100 habitantes y sí a lo anterior le sumamos el elevado número de desplazamientos forzados de personas y los cada vez más frecuentes episodios de violencia Intrafamiliar, […]
ENTRE OTRAS COSAS….
Por: Darío Arregocés Baute
En Colombia se suicidaron 1.864 personas el año pasado, en promedio cinco cada 24 horas. 32 homicidios se registraron por cada 100 habitantes y sí a lo anterior le sumamos el elevado número de desplazamientos forzados de personas y los cada vez más frecuentes episodios de violencia Intrafamiliar, embarazos de adolescentes, adicción a sustancias psicoactivas (S.P.A.), la ecuación solo puede arrojar un resultado: ¡Sociedad en Crisis!
El desbordado consumismo, el afán de encajar en el paradigma social y convertirse en el corto plazo en un hombre o mujer de éxito, de querer ser lo que no se es y querer experimentarlo todo, en tiempo real, colman las expectativas del mundo de hoy, un mundo donde el tiempo transcurre demasiado rápido y hay que vivir “intensamente”. Al menos es la idea más empleada en marketing como estrategia de penetración de cualquier producto en el mercado. Es así como encontramos productos de belleza que evitan las arrugas y garantizan “la eterna juventud”; productos para la alopecia, que garantizan resultados “milagrosos”, o el uso del último celular, propio de los “verdaderos ejecutivos” con un extenso etcétera, son hoy el pan nuestro de cada día y lo peor es que van transformando al ser humano en una persona que vale por lo que tiene o usa y no por lo que realmente es.
Pero ¡¿Qué hay que hacer para conseguir estos productos? fácil tener dinero, y si no lo tienes, debes procurártelo a como de lugar. Matando, robando, ultrajando, extorsionando, secuestrando. Es un poco la historia del sicariato, la prostitución, narcotráfico y otro largo etcétera.
Y si no llegas a la meta, pues te frustras, te deprimes, tu auto estima se va al piso y eres capaz de cualquier cosa, pues piensas que tu vida sin las cosas propias del “hombre de éxito” no tiene sentido.
Es aquí donde hay que hacer un alto en el camino, alzar la mirada al cielo y reflexionar acerca de lo que es verdaderamente importante. Tu vida. Esa que Dios te regaló. ¿Qué has hecho con ella? ¿No has aprendido a aceptarte tal cual eres, con tus defectos y cualidades? ¿Por qué insistes en ser lo que no eres? Crees que eres feliz porque tienes muchos bienes? No será más bien que te has convertido en un esclavo de tus riquezas?
En la edición octava del Congreso de Parejas de la Diócesis de Valledupar, decía Monseñor Oscar Vélez Isaza, que la crisis de los Estados Unidos con la devaluación del Dólar, son muestras palpables de lo frágiles que son nuestros dioses. Esos en los cuales ponemos toda nuestra confianza, convirtiéndonos en verdaderos esclavos del dios dinero.
Pero el Señor que conoce el corazón del hombre, siempre está dispuesto a perdonar nuestra avaricia y a concedernos una nueva oportunidad, para emprender nuestro propio éxodo, para salir del pecado de la fornicación, el aborto, el adulterio, la pederastia, la soberbia, entre otros y poner la mirada en el dueño de la vida, con fe y esperanza.
El verdadero cristiano es aquel que toma su cruz y sigue a Jesús, sin ponerle condiciones, sin someterlo a chantajes ni manipulaciones, haciendo siempre su voluntad y sin echar mano de los atajos, del “todo vale”, volviendo a los auténticos valores morales……No obstante nuestra sociedad parece ir en sentido contrario. Atrévete a cambiar que el Señor te dice: ¡No temas que yo estoy contigo!
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