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Columnista - 18 diciembre, 2010

¡Los valduparenses estamos jodidos!

Por: José Gregorio guerrero R. Dedico esta columna con todo mi cariño al pueblo más ingenuo del planeta: Valledupar Nos hemos especializado los valduparences en entregar lo nuestro en bandeja de plata  para que otros de tierras lejanas, y de dioses ajenos,  lleguen a comerse lo que nos pertenece; en nuestras narices, todo por culpa […]

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Por: José Gregorio guerrero R.

Dedico esta columna con todo mi cariño al pueblo más ingenuo del planeta: Valledupar
Nos hemos especializado los valduparences en entregar lo nuestro en bandeja de plata  para que otros de tierras lejanas, y de dioses ajenos,  lleguen a comerse lo que nos pertenece; en nuestras narices, todo por culpa de la genuflexión que llevamos incrustada en nuestro tuétano (y después nos estamos quejando de ser victimas de una rosca que nosotros mismos enroscamos y consentimos). En nuestra tierra cabe todo mundo.
Pregunto ¿cuando un Cesarense ha ocupado altos cargos en otros departamentos? ¡Eso, jamás! ¿Cuando un Cesarense a sido, por ejemplo  gobernador del Magdalena? En cambio si tuvimos nosotros un gobernador Magdalenense. En otros lugares se tiene sentido de pertenencia, pero acá se dan el lujo de meternos los dedos en la boca, y de ponernos a sancochar pasteles sin bijao. Uno de los casos más sonados fue el del fantasma Canosa Guerrero que no se llevó el edificio de la gobernación porque no tenia llantas, de lo contrario estaría el lote enmontado o sirviendo de parqueadero al palacio de justicia y por fortuna no le dio tiempo para instalar los rieles.
La vulgaridad más grande la acaba de cometer la Junta Directiva de la Cámara de Comercio, excepto Gustavo Gnneco, que no se prestó para tal vagabundina. Aclaro, el señor Úron no tiene la culpa (él es digno de admirar, lo que hizo fue aplaudible; como convenció a una junta directiva sin vergüenza y sin memoria) no sé quienes conforman la Junta Directiva y pago para no saberlo, porque de pronto me encuentro de miembro a un amigo y me daría pena decirle lo que se merece). Estos señores se metieron bajo una mesa de mantel largo, y decidieron colocar al señor Urón, burlándose de la voluntad de los comerciantes de Valledupar, que solicitaron a estos bandidos sin pistolas se hiciera una elección justa y transparente, llena de meritos y de buenos perfiles, para que se eligieran una persona pulcra e impoluta (si se hubiese hecho el ejercicio, hasta de pronto quedaría el señor Urón, porque no se le puede negar el conocimiento del cargo y la experiencia) pero se buscaba un proceso de elección  transparente y democrático.
Pero no, se escondieron para cometer el atentado, pues es cierto que cuando la boca habla injusticia los ojos sienten vergüenza; y de un día para otro había humo blanco. Para aderezar el potaje, me dice una de mis fuentes, intestina a la Cámara de Comercio algo que de pronto ni el señor Urón sabia, y es que  el fantasma Canosa apuró la decisión con solo una llamadita ¡el colmo! en este pueblo todo se sabe, pero nada se hace.
Sé que muchos vallenatos piensan lo mismo que yo, pero les da culillo expresarlo y por eso estamos jodidos, y seguiremos en las mismas. Tenemos que comenzar a hacer el ejercicio de dejar de ser tan lambones y permisivos, de esa forma le estaríamos cambiando el rumbo a la historia del departamento. No podemos seguir premiando la vagabundina; premiemos más bien los meritos, muchos comerciantes están preparados, ellos o sus hijos para ocupar tal cargo; personas que de verdad han aportado un grano de arena al comercio vallenato.
Pregunto ahora: señores  miembros de la Junta  ¿porque ese misterio y ese afán? ¿Por que razón no se estudiaron otras opciones?, cosa que si hizo Confacesar y acertó con el nombramiento de Ernesto Orozco un joven Valduparense que le cambio la cara a la institución.
A veces pienso que el problema es de estomago y terminan cambiando el futuro de una ciudad por prebendas malditas que casi siempre son entregadas bajo mesas de manteles largos.
Lo mismo ocurre en la gobernación del departamento, dicen que hay un Guajiro haciendo ochas y panochas con la venia del señor de las gafas, que a descalificado la mano de obra del pueblo que lo eligió y hasta el agua que se toma la trae de afuera. Eso somos, un enjambre de moscas y moscardones matándonos entre nosotros mismos como lo dijo Erasmo de Róterdam. Hoy invito a los comerciantes, al pueblo Valduparense y Cesarense a sumar la voz de protesta, para que seamos respetados, aquí cada gallo que cante en su gallinero, pero no podemos permitir que nos coloquen a alabar dioses ajenos.
PD: propongo de director administrativo de la cámara de comercio al honorable  Darío Quintero Patiño. Para estar guindando mejor es caer.

Columnista
18 diciembre, 2010

¡Los valduparenses estamos jodidos!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Gregorio Guerrero Ramírez

Por: José Gregorio guerrero R. Dedico esta columna con todo mi cariño al pueblo más ingenuo del planeta: Valledupar Nos hemos especializado los valduparences en entregar lo nuestro en bandeja de plata  para que otros de tierras lejanas, y de dioses ajenos,  lleguen a comerse lo que nos pertenece; en nuestras narices, todo por culpa […]


Por: José Gregorio guerrero R.

Dedico esta columna con todo mi cariño al pueblo más ingenuo del planeta: Valledupar
Nos hemos especializado los valduparences en entregar lo nuestro en bandeja de plata  para que otros de tierras lejanas, y de dioses ajenos,  lleguen a comerse lo que nos pertenece; en nuestras narices, todo por culpa de la genuflexión que llevamos incrustada en nuestro tuétano (y después nos estamos quejando de ser victimas de una rosca que nosotros mismos enroscamos y consentimos). En nuestra tierra cabe todo mundo.
Pregunto ¿cuando un Cesarense ha ocupado altos cargos en otros departamentos? ¡Eso, jamás! ¿Cuando un Cesarense a sido, por ejemplo  gobernador del Magdalena? En cambio si tuvimos nosotros un gobernador Magdalenense. En otros lugares se tiene sentido de pertenencia, pero acá se dan el lujo de meternos los dedos en la boca, y de ponernos a sancochar pasteles sin bijao. Uno de los casos más sonados fue el del fantasma Canosa Guerrero que no se llevó el edificio de la gobernación porque no tenia llantas, de lo contrario estaría el lote enmontado o sirviendo de parqueadero al palacio de justicia y por fortuna no le dio tiempo para instalar los rieles.
La vulgaridad más grande la acaba de cometer la Junta Directiva de la Cámara de Comercio, excepto Gustavo Gnneco, que no se prestó para tal vagabundina. Aclaro, el señor Úron no tiene la culpa (él es digno de admirar, lo que hizo fue aplaudible; como convenció a una junta directiva sin vergüenza y sin memoria) no sé quienes conforman la Junta Directiva y pago para no saberlo, porque de pronto me encuentro de miembro a un amigo y me daría pena decirle lo que se merece). Estos señores se metieron bajo una mesa de mantel largo, y decidieron colocar al señor Urón, burlándose de la voluntad de los comerciantes de Valledupar, que solicitaron a estos bandidos sin pistolas se hiciera una elección justa y transparente, llena de meritos y de buenos perfiles, para que se eligieran una persona pulcra e impoluta (si se hubiese hecho el ejercicio, hasta de pronto quedaría el señor Urón, porque no se le puede negar el conocimiento del cargo y la experiencia) pero se buscaba un proceso de elección  transparente y democrático.
Pero no, se escondieron para cometer el atentado, pues es cierto que cuando la boca habla injusticia los ojos sienten vergüenza; y de un día para otro había humo blanco. Para aderezar el potaje, me dice una de mis fuentes, intestina a la Cámara de Comercio algo que de pronto ni el señor Urón sabia, y es que  el fantasma Canosa apuró la decisión con solo una llamadita ¡el colmo! en este pueblo todo se sabe, pero nada se hace.
Sé que muchos vallenatos piensan lo mismo que yo, pero les da culillo expresarlo y por eso estamos jodidos, y seguiremos en las mismas. Tenemos que comenzar a hacer el ejercicio de dejar de ser tan lambones y permisivos, de esa forma le estaríamos cambiando el rumbo a la historia del departamento. No podemos seguir premiando la vagabundina; premiemos más bien los meritos, muchos comerciantes están preparados, ellos o sus hijos para ocupar tal cargo; personas que de verdad han aportado un grano de arena al comercio vallenato.
Pregunto ahora: señores  miembros de la Junta  ¿porque ese misterio y ese afán? ¿Por que razón no se estudiaron otras opciones?, cosa que si hizo Confacesar y acertó con el nombramiento de Ernesto Orozco un joven Valduparense que le cambio la cara a la institución.
A veces pienso que el problema es de estomago y terminan cambiando el futuro de una ciudad por prebendas malditas que casi siempre son entregadas bajo mesas de manteles largos.
Lo mismo ocurre en la gobernación del departamento, dicen que hay un Guajiro haciendo ochas y panochas con la venia del señor de las gafas, que a descalificado la mano de obra del pueblo que lo eligió y hasta el agua que se toma la trae de afuera. Eso somos, un enjambre de moscas y moscardones matándonos entre nosotros mismos como lo dijo Erasmo de Róterdam. Hoy invito a los comerciantes, al pueblo Valduparense y Cesarense a sumar la voz de protesta, para que seamos respetados, aquí cada gallo que cante en su gallinero, pero no podemos permitir que nos coloquen a alabar dioses ajenos.
PD: propongo de director administrativo de la cámara de comercio al honorable  Darío Quintero Patiño. Para estar guindando mejor es caer.