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Columnista - 22 abril, 2010

¡Llegó el Festival¡

DOS PUNTOS Por: Germán Piedrahíta R. Sí, llegó el Festival de la Leyenda Vallenata y si para muchos es la gran fiesta del folclor nacional no deja de tener contradictorios y muchos de esos por llevar los sentimientos a título personal y por demeritar o atacar un nombre o a una persona, terminan por perjudicar […]

DOS PUNTOS

Por: Germán Piedrahíta R.

Sí, llegó el Festival de la Leyenda Vallenata y si para muchos es la gran fiesta del folclor nacional no deja de tener contradictorios y muchos de esos por llevar los sentimientos a título personal y por demeritar o atacar un nombre o a una persona, terminan por perjudicar a toda una población.
Los titulares del pasado martes no fueron alegres para la gran fiesta, pues uno de los sectores más influyentes se declara “quebrado” y algunas voces salen a culpar a la Fundación y todos somos culpables.
Culpables cuando en aras de equidad, siempre mal entendida, algunos se dedicaron a bombardear a la administración municipal por querer facilitar la realización del segundo o primer evento nacional de este género y que se convierte en la redención de muchas inversiones y resultaron creando unas trabas que empiezan a afectar, no solo a la Fundación, sino como ya lo dijeron a los hoteleros. Pasado el Festival de pronto se escucharán las voces de los comerciantes de todo género que al no tener clientes quedarán con sus inversiones perdidas o por lo menos con resultados muy disminuidos.
Es cierto que hay que cumplir normas, respetar leyes, caminar correctamente, pero también es cierto que todas las normas, decretos, leyes, caminos pueden y deben adecuarse a favor de la mayoría, a favor de la comunidad, así de paso, como  en toda actividad comercial, puedan salir beneficiados algunos en forma particular, pero si ese beneficio para unos pocos, (en este caso se acusa a una familia) termina por reactivar económicamente a toda una comunidad, hay que ser flexibles y permitir o aplicar normas que favoreciendo a unos terminan favoreciendo a todos.
Y es que los hoy quejosos y posiblemente los de mañana, no aparecieron para terciar en las discusiones que se plantearon por impuestos, espectáculos, participaciones, alquileres y, mirando desde la barrera, hoy se sienten agredidos. No defendieron la gran fiesta y hoy se quejan ante las dificultades.
Igual pasó con un evento que hoy también tiene incidencia en esa desocupación hotelera,  Expofestival. Año tras año fue creciendo con buenos rendimientos para nuestro comercio y en un sitio, que por no tener otro mejor, demostró que era el adecuado y que además, ninguno de los detractores pudo o podrá demostrar algún daño a las instalaciones del Colegio Nacional Loperena. ¿Qué perdimos? Señores hoteleros, restaurantes, transportadores,  alumnos, profesores, padres de familia.  Más de 250 expositores que ocuparían parte de esas camas hoy desocupadas; dos, tres y más personas por Stand. Ventas de todo tipo, desde comestibles hasta automóviles y parque de diversiones para los niños y espectáculo nocturno a bajo precio. El colegio, ¿verdad señor rector?  Recibía la refacción de toda su parte eléctrica, de las baterías sanitarias más la pintura y resane de toda su estructura, eso cada año y dejando a cambio del uso, elementos pedidos por las directivas, como en el caso del transformador y computadoras. ¿Qué sector salió en defensa de Expofestival? El director de la Cámara de Comercio esperó un apoyo y nada de nadie, entonces, no hay Expofestival y ese gran movimiento comercial  se perdió.
Y así se sigue buscando poner trabas a todo evento y espectáculo sin nunca presentar soluciones que permitan que toda una población termine beneficiada como es el “cumplimiento” de una “norma” que va en contra de la conservación del folclor y de las tradiciones cuando se prohibe  la entrada de menores a espectáculos públicos de afluencia masiva y en donde se expenden bebidas alcohólicas (se es menor hasta los 18 años? ¿Son los niños? ¿hasta que edad?) Con esto se debe dejar a esos menores en las casas ¿cómo resguardar la tradición si no dejamos nacer la semilla?.
En la Plaza se vende licor, ¿cómo hacer con los menores seguidores de los reyes vallenatos y con amor por el folclor?  ¿Les prohibirán la entrada en los clubes Valledupar y Campestre? ¿En el parque de la Leyenda? ¿Es lógica la ley?

[email protected]

Columnista
22 abril, 2010

¡Llegó el Festival¡

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Germán Piedrahíta R.

DOS PUNTOS Por: Germán Piedrahíta R. Sí, llegó el Festival de la Leyenda Vallenata y si para muchos es la gran fiesta del folclor nacional no deja de tener contradictorios y muchos de esos por llevar los sentimientos a título personal y por demeritar o atacar un nombre o a una persona, terminan por perjudicar […]


DOS PUNTOS

Por: Germán Piedrahíta R.

Sí, llegó el Festival de la Leyenda Vallenata y si para muchos es la gran fiesta del folclor nacional no deja de tener contradictorios y muchos de esos por llevar los sentimientos a título personal y por demeritar o atacar un nombre o a una persona, terminan por perjudicar a toda una población.
Los titulares del pasado martes no fueron alegres para la gran fiesta, pues uno de los sectores más influyentes se declara “quebrado” y algunas voces salen a culpar a la Fundación y todos somos culpables.
Culpables cuando en aras de equidad, siempre mal entendida, algunos se dedicaron a bombardear a la administración municipal por querer facilitar la realización del segundo o primer evento nacional de este género y que se convierte en la redención de muchas inversiones y resultaron creando unas trabas que empiezan a afectar, no solo a la Fundación, sino como ya lo dijeron a los hoteleros. Pasado el Festival de pronto se escucharán las voces de los comerciantes de todo género que al no tener clientes quedarán con sus inversiones perdidas o por lo menos con resultados muy disminuidos.
Es cierto que hay que cumplir normas, respetar leyes, caminar correctamente, pero también es cierto que todas las normas, decretos, leyes, caminos pueden y deben adecuarse a favor de la mayoría, a favor de la comunidad, así de paso, como  en toda actividad comercial, puedan salir beneficiados algunos en forma particular, pero si ese beneficio para unos pocos, (en este caso se acusa a una familia) termina por reactivar económicamente a toda una comunidad, hay que ser flexibles y permitir o aplicar normas que favoreciendo a unos terminan favoreciendo a todos.
Y es que los hoy quejosos y posiblemente los de mañana, no aparecieron para terciar en las discusiones que se plantearon por impuestos, espectáculos, participaciones, alquileres y, mirando desde la barrera, hoy se sienten agredidos. No defendieron la gran fiesta y hoy se quejan ante las dificultades.
Igual pasó con un evento que hoy también tiene incidencia en esa desocupación hotelera,  Expofestival. Año tras año fue creciendo con buenos rendimientos para nuestro comercio y en un sitio, que por no tener otro mejor, demostró que era el adecuado y que además, ninguno de los detractores pudo o podrá demostrar algún daño a las instalaciones del Colegio Nacional Loperena. ¿Qué perdimos? Señores hoteleros, restaurantes, transportadores,  alumnos, profesores, padres de familia.  Más de 250 expositores que ocuparían parte de esas camas hoy desocupadas; dos, tres y más personas por Stand. Ventas de todo tipo, desde comestibles hasta automóviles y parque de diversiones para los niños y espectáculo nocturno a bajo precio. El colegio, ¿verdad señor rector?  Recibía la refacción de toda su parte eléctrica, de las baterías sanitarias más la pintura y resane de toda su estructura, eso cada año y dejando a cambio del uso, elementos pedidos por las directivas, como en el caso del transformador y computadoras. ¿Qué sector salió en defensa de Expofestival? El director de la Cámara de Comercio esperó un apoyo y nada de nadie, entonces, no hay Expofestival y ese gran movimiento comercial  se perdió.
Y así se sigue buscando poner trabas a todo evento y espectáculo sin nunca presentar soluciones que permitan que toda una población termine beneficiada como es el “cumplimiento” de una “norma” que va en contra de la conservación del folclor y de las tradiciones cuando se prohibe  la entrada de menores a espectáculos públicos de afluencia masiva y en donde se expenden bebidas alcohólicas (se es menor hasta los 18 años? ¿Son los niños? ¿hasta que edad?) Con esto se debe dejar a esos menores en las casas ¿cómo resguardar la tradición si no dejamos nacer la semilla?.
En la Plaza se vende licor, ¿cómo hacer con los menores seguidores de los reyes vallenatos y con amor por el folclor?  ¿Les prohibirán la entrada en los clubes Valledupar y Campestre? ¿En el parque de la Leyenda? ¿Es lógica la ley?

[email protected]