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Columnista - 7 septiembre, 2011

¿Vías Terciarías, las cenicientas de la inversión?

Por Gustavo Cotes Medina Es un hecho que el sector agropecuario de la Costa Caribe no crece al mismo ritmo del aparato productivo del país por la ineficiente y descuidada red vial del nivel terciario. Las llamadas vías primarias reciben las grandes inversiones de Invías y el Inco, pero las redes terciarias, que fueron concebidas […]

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Por Gustavo Cotes Medina

Es un hecho que el sector agropecuario de la Costa Caribe no crece al mismo ritmo del aparato productivo del país por la ineficiente y descuidada red vial del nivel terciario. Las llamadas vías primarias reciben las grandes inversiones de Invías y el Inco, pero las redes terciarias, que fueron concebidas para desarollar zonas productoras, hoy están abandonadas y en pésimo estado, al igual que las regiones que en teoría debían incorporar al progreso nacional.
Al desaparecer el Fondo de Caminos Vecinales, los municipios quedaron sin capacidad de gestión y de ejecución para garantizar el mantenimiento de las vías terciarías y hoy son verdaderos caminos de herraduras que se convirtieron en las cenicientas de la inversión hasta el punto que no se les considera importantes, y se les mira con indiferencia por los ordenadores del gasto, lo cual es un tremendo error de planeación estratégica.
Quienes se dedican al oficio de la agricultura y de la ganadería conocen y valoran muy bien la importancia de las vías terciarías, porque ellos saben más que nadie que son esenciales para la competitividad y para garantizar la adecuada conexión entre las zonas productoras y los grandes centros de distribución y de consumo.
A la fecha, la Región Caribe requiere del Gobierno Santos la disponibilidad de 1,7 billones de pesos para adecuar y poner en buenas condiciones su red terciaría empezando así la recuperación del sector agropecuario, que es una de las locomotoras que no arranca.  La longitud de la red terciaria en todo el país representa cerca del 50% de la red global.
Esperamos confiados que el programa en el que trabaja Invías, Caminos para la Prosperidad, traiga los beneficios económicos y sociales a la población rural disminuyendo los costos de transporte y los tiempos de viajes.
Igual tratamiento requieren las redes transversales para sacar los productos a las carreteras principales para que los vehículos recolectores de leche puedan llegar a las explotaciones ganaderas. En general, el mal estado de las vías en el país da la impresión que el sector agropecuario se encuentra secuestrado y sin salidas dignas.
A todo lo anterior, se suma el preocupante atraso de las obras necesarias para enfrentar la nueva temporada de lluvias que según el Ideam, será un 30% más intensa que la anterior. Solo están listas 100 de las 6.700 obras programadas como prioritarias por el Gobierno Santos. El traumatismo operativo y fiduciario es de marca mayor y se necesita un plan de choque de gran alcance para que muchas de las obras no se queden sólo en planos ni en buenas intenciones.
En la Costa Caribe la ejecución de las obras es del orden del 55% y en esta situación se refleja la debilidad de la Institucionalidad pública, además de la falta de estructuración de los proyectos, por razones ajenas a la Ingeniería.
En columnas anteriores, comentábamos que el Gobierno Santos tiene bien identificadas sus prioridades para combatir la pobreza absoluta, la pobreza  y la desigualdad. Hoy, sugerimos agregar la recuperación de las vías terciarías, especialmente en la Costa Atlántica, como una necesidad prioritaria, inmensa e inocultable.
Sin embargo, no sale uno de la sorpresa que ante las dificultades enormes que tiene la infraestructura del país se esté pensando de parte de algunos legisladores en el mega proyecto de las Autopistas de las Montañas, para unir gran parte del territorio antioqueño con el Urabá y los Puertos de la Costa Caribe, con una inversión de 12 billones de pesos.  Se necesita estar muy desconectado de la realidad nacional para proponer un proyecto de esta naturaleza, ¿ o será más bien, que este tipo de iniciativas están reforzando la necesidad sentida de regionalizar nuestro país?
[email protected]
@CoCotes

Columnista
7 septiembre, 2011

¿Vías Terciarías, las cenicientas de la inversión?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Gustavo Cotez Medina

Por Gustavo Cotes Medina Es un hecho que el sector agropecuario de la Costa Caribe no crece al mismo ritmo del aparato productivo del país por la ineficiente y descuidada red vial del nivel terciario. Las llamadas vías primarias reciben las grandes inversiones de Invías y el Inco, pero las redes terciarias, que fueron concebidas […]


Por Gustavo Cotes Medina

Es un hecho que el sector agropecuario de la Costa Caribe no crece al mismo ritmo del aparato productivo del país por la ineficiente y descuidada red vial del nivel terciario. Las llamadas vías primarias reciben las grandes inversiones de Invías y el Inco, pero las redes terciarias, que fueron concebidas para desarollar zonas productoras, hoy están abandonadas y en pésimo estado, al igual que las regiones que en teoría debían incorporar al progreso nacional.
Al desaparecer el Fondo de Caminos Vecinales, los municipios quedaron sin capacidad de gestión y de ejecución para garantizar el mantenimiento de las vías terciarías y hoy son verdaderos caminos de herraduras que se convirtieron en las cenicientas de la inversión hasta el punto que no se les considera importantes, y se les mira con indiferencia por los ordenadores del gasto, lo cual es un tremendo error de planeación estratégica.
Quienes se dedican al oficio de la agricultura y de la ganadería conocen y valoran muy bien la importancia de las vías terciarías, porque ellos saben más que nadie que son esenciales para la competitividad y para garantizar la adecuada conexión entre las zonas productoras y los grandes centros de distribución y de consumo.
A la fecha, la Región Caribe requiere del Gobierno Santos la disponibilidad de 1,7 billones de pesos para adecuar y poner en buenas condiciones su red terciaría empezando así la recuperación del sector agropecuario, que es una de las locomotoras que no arranca.  La longitud de la red terciaria en todo el país representa cerca del 50% de la red global.
Esperamos confiados que el programa en el que trabaja Invías, Caminos para la Prosperidad, traiga los beneficios económicos y sociales a la población rural disminuyendo los costos de transporte y los tiempos de viajes.
Igual tratamiento requieren las redes transversales para sacar los productos a las carreteras principales para que los vehículos recolectores de leche puedan llegar a las explotaciones ganaderas. En general, el mal estado de las vías en el país da la impresión que el sector agropecuario se encuentra secuestrado y sin salidas dignas.
A todo lo anterior, se suma el preocupante atraso de las obras necesarias para enfrentar la nueva temporada de lluvias que según el Ideam, será un 30% más intensa que la anterior. Solo están listas 100 de las 6.700 obras programadas como prioritarias por el Gobierno Santos. El traumatismo operativo y fiduciario es de marca mayor y se necesita un plan de choque de gran alcance para que muchas de las obras no se queden sólo en planos ni en buenas intenciones.
En la Costa Caribe la ejecución de las obras es del orden del 55% y en esta situación se refleja la debilidad de la Institucionalidad pública, además de la falta de estructuración de los proyectos, por razones ajenas a la Ingeniería.
En columnas anteriores, comentábamos que el Gobierno Santos tiene bien identificadas sus prioridades para combatir la pobreza absoluta, la pobreza  y la desigualdad. Hoy, sugerimos agregar la recuperación de las vías terciarías, especialmente en la Costa Atlántica, como una necesidad prioritaria, inmensa e inocultable.
Sin embargo, no sale uno de la sorpresa que ante las dificultades enormes que tiene la infraestructura del país se esté pensando de parte de algunos legisladores en el mega proyecto de las Autopistas de las Montañas, para unir gran parte del territorio antioqueño con el Urabá y los Puertos de la Costa Caribe, con una inversión de 12 billones de pesos.  Se necesita estar muy desconectado de la realidad nacional para proponer un proyecto de esta naturaleza, ¿ o será más bien, que este tipo de iniciativas están reforzando la necesidad sentida de regionalizar nuestro país?
[email protected]
@CoCotes