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Columnista - 21 mayo, 2010

¿Por qué Mockus?

Algo sobre Por: José Romero Churio Álvaro Uribe Vélez, en la campaña electoral presidencial del 2002, presentó a los colombianos una propuesta que comprendía cien puntos, a los cuales consideraba indispensables para el mejoramiento del país, pero  lo que en realidad despertó el gran entusiasmo que llevó a elegirlo Presidente de la República, fueron básicamente […]

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Algo sobre

Por: José Romero Churio

Álvaro Uribe Vélez, en la campaña electoral presidencial del 2002, presentó a los colombianos una propuesta que comprendía cien puntos, a los cuales consideraba indispensables para el mejoramiento del país, pero  lo que en realidad despertó el gran entusiasmo que llevó a elegirlo Presidente de la República, fueron básicamente dos: su ferviente deseo de combatir a la guerrilla sin descanso y la idea de luchar arduamente contra la corrupción en sus diferentes modalidades.
Las decepciones por su elección comenzaron apenas se posesionó del cargo, ya que en la alta esfera gubernamental nombró a varios personajes que en anteriores gobiernos se distinguieron, no por el buen desempeño  en los puestos ocupados, sino por el despilfarro y desviación del erario para el incremento de sus propios patrimonios.
En cambio, su Política de Seguridad Democrática, desde su implementación, disminuyó considerablemente las acciones  guerrilleras, permitiendo el tránsito y demás actividades de la gente con gran tranquilidad en casi todo el territorio nacional, lo que le ha significado un alto índice de popularidad, tanto en el interior como en el exterior. Tan cierto, que los gobernantes de la Unión Europea reconocieron y elogiaron su labor  en la reciente cumbre conjunta con presidentes de países latinoamericanos y del Caribe realizada en Madrid, España.  Escenario que también fue utilizado para firmar el TLC con nuestro país, el cual es rechazado abiertamente por los ganaderos, el gremio que más apoyo le ha bridado al presidente Uribe, pero ahora está inconforme porque este TLC los afectará económicamente, especialmente al sector lechero que podría quedar en la ruina si no recibe un subsidio adecuado que le permita competir con los precios de la leche proveniente de los hatos y procesos altamente tecnificados de la Unión Europea (UE).
Los pequeños lecheros son los más preocupados con tal TLC, porque saben que en nuestro país, el auxilio dispuesto por la UE para subsidiarlos mientras se vuelven competitivos, terminará incrementando las arcas de los ganaderos más importantes,  pues con sus influencias desvirtuarían el aporte financiero de la UE sin importarles la quiebra de quienes en verdad deberían recibir el subsidio.
Para minimizar la vergonzante corrupción que atraviesa el país, es inaplazable la elección de Antanas Mockus como Presidente, con mayor razón porque en la fórmula vicepresidencial lo acompaña Sergio Fajardo, ambos con honestidad  comprobada. Tenemos que elegirlo en la primera vuelta para evitar el costo de la segunda, que serviría para inversión en obras benéficas que tanto faltan en el país.
A Mockus le objetan muchas cosas, especialmente los seguidores del candidato del Partido de la U que están angustiados ante la creciente ola verde. Pregonan que el mal de Parkinson no le permitirá gobernar a cabalidad, que es demasiado débil para enfrentar a la guerrilla, muy ingenuo en relaciones internacionales, que no es católico, que no es colombiano; en fin, múltiples conjeturas cuya intención es menoscabarlo.
En cuanto a la guerrilla, que es el mayor temor de los colombianos, a pesar que la mayoría de sus comandantes están vivos, les toca vivir en la clandestinidad custodiados sólo por mercenarios, bandidos y narcotraficantes, a quienes la fuerza pública, dotada con la logística y las precauciones debidas, debe perseguir permanentemente para castigarlos; además, socialmente son repudiados porque sólo cometen acciones terroristas, secuestros y todo tipo de pillaje. Esta situación no se acaba con guerra, sino con fuentes de trabajo, más cupos educativos y cambio de cultura ciudadana que llevan a una convivencia apropiada.
De Mockus pueden decir lo que quieran, pero seguirá siendo una persona con principios morales y valores humanos inalterables, que siempre ha puesto en práctica en la administración pública. Así que, ¡a votar por Mockus!, porque es la única esperanza honesta entre los dos candidatos con opción de ser el próximo Presidente de Colombia. El único que propone la seguridad de la legalidad que Uribe, en vez de mejorarla, la empeoró.

Columnista
21 mayo, 2010

¿Por qué Mockus?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

Algo sobre Por: José Romero Churio Álvaro Uribe Vélez, en la campaña electoral presidencial del 2002, presentó a los colombianos una propuesta que comprendía cien puntos, a los cuales consideraba indispensables para el mejoramiento del país, pero  lo que en realidad despertó el gran entusiasmo que llevó a elegirlo Presidente de la República, fueron básicamente […]


Algo sobre

Por: José Romero Churio

Álvaro Uribe Vélez, en la campaña electoral presidencial del 2002, presentó a los colombianos una propuesta que comprendía cien puntos, a los cuales consideraba indispensables para el mejoramiento del país, pero  lo que en realidad despertó el gran entusiasmo que llevó a elegirlo Presidente de la República, fueron básicamente dos: su ferviente deseo de combatir a la guerrilla sin descanso y la idea de luchar arduamente contra la corrupción en sus diferentes modalidades.
Las decepciones por su elección comenzaron apenas se posesionó del cargo, ya que en la alta esfera gubernamental nombró a varios personajes que en anteriores gobiernos se distinguieron, no por el buen desempeño  en los puestos ocupados, sino por el despilfarro y desviación del erario para el incremento de sus propios patrimonios.
En cambio, su Política de Seguridad Democrática, desde su implementación, disminuyó considerablemente las acciones  guerrilleras, permitiendo el tránsito y demás actividades de la gente con gran tranquilidad en casi todo el territorio nacional, lo que le ha significado un alto índice de popularidad, tanto en el interior como en el exterior. Tan cierto, que los gobernantes de la Unión Europea reconocieron y elogiaron su labor  en la reciente cumbre conjunta con presidentes de países latinoamericanos y del Caribe realizada en Madrid, España.  Escenario que también fue utilizado para firmar el TLC con nuestro país, el cual es rechazado abiertamente por los ganaderos, el gremio que más apoyo le ha bridado al presidente Uribe, pero ahora está inconforme porque este TLC los afectará económicamente, especialmente al sector lechero que podría quedar en la ruina si no recibe un subsidio adecuado que le permita competir con los precios de la leche proveniente de los hatos y procesos altamente tecnificados de la Unión Europea (UE).
Los pequeños lecheros son los más preocupados con tal TLC, porque saben que en nuestro país, el auxilio dispuesto por la UE para subsidiarlos mientras se vuelven competitivos, terminará incrementando las arcas de los ganaderos más importantes,  pues con sus influencias desvirtuarían el aporte financiero de la UE sin importarles la quiebra de quienes en verdad deberían recibir el subsidio.
Para minimizar la vergonzante corrupción que atraviesa el país, es inaplazable la elección de Antanas Mockus como Presidente, con mayor razón porque en la fórmula vicepresidencial lo acompaña Sergio Fajardo, ambos con honestidad  comprobada. Tenemos que elegirlo en la primera vuelta para evitar el costo de la segunda, que serviría para inversión en obras benéficas que tanto faltan en el país.
A Mockus le objetan muchas cosas, especialmente los seguidores del candidato del Partido de la U que están angustiados ante la creciente ola verde. Pregonan que el mal de Parkinson no le permitirá gobernar a cabalidad, que es demasiado débil para enfrentar a la guerrilla, muy ingenuo en relaciones internacionales, que no es católico, que no es colombiano; en fin, múltiples conjeturas cuya intención es menoscabarlo.
En cuanto a la guerrilla, que es el mayor temor de los colombianos, a pesar que la mayoría de sus comandantes están vivos, les toca vivir en la clandestinidad custodiados sólo por mercenarios, bandidos y narcotraficantes, a quienes la fuerza pública, dotada con la logística y las precauciones debidas, debe perseguir permanentemente para castigarlos; además, socialmente son repudiados porque sólo cometen acciones terroristas, secuestros y todo tipo de pillaje. Esta situación no se acaba con guerra, sino con fuentes de trabajo, más cupos educativos y cambio de cultura ciudadana que llevan a una convivencia apropiada.
De Mockus pueden decir lo que quieran, pero seguirá siendo una persona con principios morales y valores humanos inalterables, que siempre ha puesto en práctica en la administración pública. Así que, ¡a votar por Mockus!, porque es la única esperanza honesta entre los dos candidatos con opción de ser el próximo Presidente de Colombia. El único que propone la seguridad de la legalidad que Uribe, en vez de mejorarla, la empeoró.