Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 15 marzo, 2010

¡Lo qué faltaba!

Por: José Félix Lafaurie Rivera Ahora el señor Jenaro Pérez, gerente vitalicio de Colanta, pretende culpar a Fedegán de la desastrosa posición en que dejaron a la producción lechera los negociadores del Acuerdo con la Unión Europea y exculparse porque no fue invitado. Es una de sus ocurrentes declaraciones en la que intenta sacar partido […]

Boton Wpp

Por: José Félix Lafaurie Rivera

Ahora el señor Jenaro Pérez, gerente vitalicio de Colanta, pretende culpar a Fedegán de la desastrosa posición en que dejaron a la producción lechera los negociadores del Acuerdo con la Unión Europea y exculparse porque no fue invitado.
Es una de sus ocurrentes declaraciones en la que intenta sacar partido faltando a la verdad, demostrando su intención de torpedear las iniciativas que benefician la cadena con las que promueve su fraccionamiento, para sacar adelante sus intereses.

No. “El palo no está para cucharas”. Lo peor que le puede ocurrir a la cadena láctea es que se canibalice y trabaje en estancos. Si bien me debo a los ganaderos, el trabajo de Fedegán es por sacar adelante la cadena, pues si a los de arriba les va bien, no siempre a los de abajo nos debe ir mal.
Así como he advertido que el sector está fracturado por la visión cortoplacista de la industria, que lejos de entender el juego de agregaciones de valor en la cadena láctea -para que todos los eslabones sumen- aprovecha injustificadamente las asimetrías de poder para beneficiarse, también he señalado que uno de los más afectados sería el eslabón industrial.

El tema es de la siguiente magnitud. La industria ha concentrado su producción para satisfacer a la población de mayores ingresos del país que consume, entre leche y derivados, el equivalente a 179 litros de leche al año, mientras que en los estratos bajos el consumo es de 36 litros. Es apenas lógico que la conquista europea venga por el lado de quesos y productos derivados, enarbolando su experiencia, tradición, calidades y, por supuesto, mejores precios. Eso es lo que les corre pierna arriba y cuando eso suceda tendrán que mirar pierna abajo, con el agravante que nuestra producción de leche cruda habrá sufrido un duro golpe.

Pasando a la otra desinformación, Fedegán sí estuvo presente en el “cuarto de al lado”, defendiendo los intereses no sólo del productor sino de toda la cadena. Allí estuvieron los que sintieron la necesidad de hacerse cargo de la suerte de sus sectores. Es una responsabilidad que cada quien asume hacia sus representados. Asoleche no se hizo presente en ninguna ronda, pero sí resquebrajó el consenso que se había alcanzado en el Consejo Nacional Lácteo, como posición del sector privado para presentar a los negociadores del Gobierno.

De cara a las negociaciones, Fedegán no negocia; el que negocia es el Gobierno. Son funcionarios públicos los que se sientan en las diferentes mesas temáticas bajo la dirección de un jefe negociador y del propio Ministro de Comercio.

Y eso no quiere decir que Fedegán no haya sabido defender sus intereses, como afirma alevosamente el Gerente de Colanta, sino que los negociadores tomaron decisiones unilaterales, inconsultas y a espaldas de los sectores afectados. Estos señores simplemente nos utilizaron como moneda de cambio para preservar la suerte de otros sectores a costa del futuro de la ganadería colombiana. Tan es así, que el Ministro de Agricultura también fue sorprendido con su inaudito proceder. Es más, lo mismo le sucedió al propio Presidente de la República, quien no ha escatimado esfuerzos para remediar en algo la situación al más alto nivel.

Como se puede ver, las apreciaciones del gerente de Colanta no son ciertas. Sentimos que sus esfuerzos por colocar leche en polvo en los mercados externos son grandes, y por esa misma razón creemos que debe haber sindéresis en sus juicios frente a los que estamos trabajando por la cadena. Hay que hacer frente unido a lo que se nos viene encima.

Columnista
15 marzo, 2010

¡Lo qué faltaba!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Félix Lafaurie Rivera

Por: José Félix Lafaurie Rivera Ahora el señor Jenaro Pérez, gerente vitalicio de Colanta, pretende culpar a Fedegán de la desastrosa posición en que dejaron a la producción lechera los negociadores del Acuerdo con la Unión Europea y exculparse porque no fue invitado. Es una de sus ocurrentes declaraciones en la que intenta sacar partido […]


Por: José Félix Lafaurie Rivera

Ahora el señor Jenaro Pérez, gerente vitalicio de Colanta, pretende culpar a Fedegán de la desastrosa posición en que dejaron a la producción lechera los negociadores del Acuerdo con la Unión Europea y exculparse porque no fue invitado.
Es una de sus ocurrentes declaraciones en la que intenta sacar partido faltando a la verdad, demostrando su intención de torpedear las iniciativas que benefician la cadena con las que promueve su fraccionamiento, para sacar adelante sus intereses.

No. “El palo no está para cucharas”. Lo peor que le puede ocurrir a la cadena láctea es que se canibalice y trabaje en estancos. Si bien me debo a los ganaderos, el trabajo de Fedegán es por sacar adelante la cadena, pues si a los de arriba les va bien, no siempre a los de abajo nos debe ir mal.
Así como he advertido que el sector está fracturado por la visión cortoplacista de la industria, que lejos de entender el juego de agregaciones de valor en la cadena láctea -para que todos los eslabones sumen- aprovecha injustificadamente las asimetrías de poder para beneficiarse, también he señalado que uno de los más afectados sería el eslabón industrial.

El tema es de la siguiente magnitud. La industria ha concentrado su producción para satisfacer a la población de mayores ingresos del país que consume, entre leche y derivados, el equivalente a 179 litros de leche al año, mientras que en los estratos bajos el consumo es de 36 litros. Es apenas lógico que la conquista europea venga por el lado de quesos y productos derivados, enarbolando su experiencia, tradición, calidades y, por supuesto, mejores precios. Eso es lo que les corre pierna arriba y cuando eso suceda tendrán que mirar pierna abajo, con el agravante que nuestra producción de leche cruda habrá sufrido un duro golpe.

Pasando a la otra desinformación, Fedegán sí estuvo presente en el “cuarto de al lado”, defendiendo los intereses no sólo del productor sino de toda la cadena. Allí estuvieron los que sintieron la necesidad de hacerse cargo de la suerte de sus sectores. Es una responsabilidad que cada quien asume hacia sus representados. Asoleche no se hizo presente en ninguna ronda, pero sí resquebrajó el consenso que se había alcanzado en el Consejo Nacional Lácteo, como posición del sector privado para presentar a los negociadores del Gobierno.

De cara a las negociaciones, Fedegán no negocia; el que negocia es el Gobierno. Son funcionarios públicos los que se sientan en las diferentes mesas temáticas bajo la dirección de un jefe negociador y del propio Ministro de Comercio.

Y eso no quiere decir que Fedegán no haya sabido defender sus intereses, como afirma alevosamente el Gerente de Colanta, sino que los negociadores tomaron decisiones unilaterales, inconsultas y a espaldas de los sectores afectados. Estos señores simplemente nos utilizaron como moneda de cambio para preservar la suerte de otros sectores a costa del futuro de la ganadería colombiana. Tan es así, que el Ministro de Agricultura también fue sorprendido con su inaudito proceder. Es más, lo mismo le sucedió al propio Presidente de la República, quien no ha escatimado esfuerzos para remediar en algo la situación al más alto nivel.

Como se puede ver, las apreciaciones del gerente de Colanta no son ciertas. Sentimos que sus esfuerzos por colocar leche en polvo en los mercados externos son grandes, y por esa misma razón creemos que debe haber sindéresis en sus juicios frente a los que estamos trabajando por la cadena. Hay que hacer frente unido a lo que se nos viene encima.