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Columnista - 9 julio, 2018

Un adiós a Xiomara

Le decían “La alondra” o “El ruiseñor” y era cubana. Me refiero a Xiomara Alfaro. Las nuevas generaciones no tienen ni idea de quién era, pero cuando se nació en la época en que en el pueblo se oían boleros y ranchera no olvida nunca esas voces que nos asombraban. A pesar de haber sido […]

Le decían “La alondra” o “El ruiseñor” y era cubana. Me refiero a Xiomara Alfaro. Las nuevas generaciones no tienen ni idea de quién era, pero cuando se nació en la época en que en el pueblo se oían boleros y ranchera no olvida nunca esas voces que nos asombraban.

A pesar de haber sido una cantante de música popular, bolerista, fue cantante de ópera con una voz soprano de coloratura; sin embargo su gusto por cantar en el famoso Tropicana cubano la hizo más famosa.

De jóvenes, mi hermano y yo, nos reíamos de su voz, porque él me decía que parecía un pájaro y alguien de los mayores gritaba: “Un pájaro no sostiene tanto”, después fuimos entendiendo y asombrándonos con su voz.

Oíamos una y otra vez “Siboney” y nos gustó tanto que la cantábamos con nuestras voces desafinadas. Silvana Alfaro murió hace un poco más de dos semanas, en Cabo Coral, Florida, en donde residía desde hace tiempo.

En el cine se destacó en películas como Mambo con Silvana Mangano y Victorio Gassman, nombres que tampoco le dicen nada a la juventud de ahora; dejó un reguero de nostalgia en los amantes de esa música que enamoró a tantos, junto con sus contemporáneas, luminosas también: Olga Guillot, Celia Cruz, Omara Portuondo , Yma Sumac y más.

Es impresionante ver cómo se van los íconos de cualquier disciplina, que a pesar de ser muy mayores son respetados, por las personas cultas y añorados porque hicieron parte de su época, es el desfile hacia el infinito de los que cumplieron una gran labor en la tierra.

Yo creo que a los jovencitos hay que hablarles de personajes, los papás modernos no es que sepan mucho de estas cosas, pero hay que hacer el esfuerzo para que no estén tan perdidos. Que gocen su época, de su música, pero que sepan que hubo canciones que eran poesías, que hubo cantantes con voces asombrosas que parecían trinar de pájaros, que hubo artistas de grandes valores que no necesitaron drogas ni desafueros para brillar, que son pilares de la cultura musical o folclórica o literaria, en fin, que hubo asombro en voces inigualables, asombro en ritmos, asombros en cine, asombros que son deleites y calmantes del fragor de la vida actual.

Un pequeño homenaje a Xiomara Alfaro, la que nos asombraba cuando su voz sonaba en las casas de los románticos de mi pueblo.

Por: Mary Daza Orozco

Columnista
9 julio, 2018

Un adiós a Xiomara

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Mary Daza Orozco

Le decían “La alondra” o “El ruiseñor” y era cubana. Me refiero a Xiomara Alfaro. Las nuevas generaciones no tienen ni idea de quién era, pero cuando se nació en la época en que en el pueblo se oían boleros y ranchera no olvida nunca esas voces que nos asombraban. A pesar de haber sido […]


Le decían “La alondra” o “El ruiseñor” y era cubana. Me refiero a Xiomara Alfaro. Las nuevas generaciones no tienen ni idea de quién era, pero cuando se nació en la época en que en el pueblo se oían boleros y ranchera no olvida nunca esas voces que nos asombraban.

A pesar de haber sido una cantante de música popular, bolerista, fue cantante de ópera con una voz soprano de coloratura; sin embargo su gusto por cantar en el famoso Tropicana cubano la hizo más famosa.

De jóvenes, mi hermano y yo, nos reíamos de su voz, porque él me decía que parecía un pájaro y alguien de los mayores gritaba: “Un pájaro no sostiene tanto”, después fuimos entendiendo y asombrándonos con su voz.

Oíamos una y otra vez “Siboney” y nos gustó tanto que la cantábamos con nuestras voces desafinadas. Silvana Alfaro murió hace un poco más de dos semanas, en Cabo Coral, Florida, en donde residía desde hace tiempo.

En el cine se destacó en películas como Mambo con Silvana Mangano y Victorio Gassman, nombres que tampoco le dicen nada a la juventud de ahora; dejó un reguero de nostalgia en los amantes de esa música que enamoró a tantos, junto con sus contemporáneas, luminosas también: Olga Guillot, Celia Cruz, Omara Portuondo , Yma Sumac y más.

Es impresionante ver cómo se van los íconos de cualquier disciplina, que a pesar de ser muy mayores son respetados, por las personas cultas y añorados porque hicieron parte de su época, es el desfile hacia el infinito de los que cumplieron una gran labor en la tierra.

Yo creo que a los jovencitos hay que hablarles de personajes, los papás modernos no es que sepan mucho de estas cosas, pero hay que hacer el esfuerzo para que no estén tan perdidos. Que gocen su época, de su música, pero que sepan que hubo canciones que eran poesías, que hubo cantantes con voces asombrosas que parecían trinar de pájaros, que hubo artistas de grandes valores que no necesitaron drogas ni desafueros para brillar, que son pilares de la cultura musical o folclórica o literaria, en fin, que hubo asombro en voces inigualables, asombro en ritmos, asombros en cine, asombros que son deleites y calmantes del fragor de la vida actual.

Un pequeño homenaje a Xiomara Alfaro, la que nos asombraba cuando su voz sonaba en las casas de los románticos de mi pueblo.

Por: Mary Daza Orozco