Un crimen que quedará para la historia del municipio de Codazzi, en el norte del Cesar, es el de la pequeña Milagros del Carmen Romero Navarro, de diez años, que luego de ser violada y asesinada, su cadáver fue escondido en la fosa de una letrina, donde su victimario  pretendía esconder el macabro homicidio que hoy tiene conmocionado al país.

La muerte de Milagros del Carmen Romero Navarro desencadenó fuertes disturbios por parte habitantes de esa población que arremetieron con  piedras y fuego contra la Estación de Policía, la Alcaldía, la Registraduría y otras oficinas que por los daños reportaron millonarias pérdidas.

En los disturbios resultó muerto un menor de 17 años y dos personas más heridas, hechos que son materia de investigación por parte de la Fiscalía.

Dos personas fueron capturadas por participar en la asonada y el presunto homicida de la niña permanece bajo estrictas medidas de seguridad, mientras que las autoridades aumentaron el pie de fuerza para evitar nuevas alteraciones de orden público.

Lucinda Romero, recuerda que su sobrina Milagros del Carmen, llegó junto con su padre el pasado 8 de noviembre a la casa de los familiares en la calle 20 con carrera 8 del barrio El Estadio de Codazzi, donde como de costumbre pasaría la temporada de vacaciones.

Sin embargo, este año la rutinaria visita de la pequeña tuvo un final trágico, según lo relató Lucinda Romero, quien recordó ayer que Milagros misteriosamente desapareció el mediodía del pasado primero de enero y la intensa búsqueda sólo culminó 30 horas después con un trágico desenlace.

“En el patio de la casa la encontramos, el tío le vio el brazo en el fondo del pozo y la alumbraron y ahí estaba ella por lo que de inmediato rompieron el piso para sacarla, pero estaba muerta sin ropa”, dijo la angustiada mujer mientras observaba la fosa en la que apareció el pasado miércoles el cuerpo de su sobrina. 

Agregó la tía de la niña violada y asesinada, que lo más aberrante del caso fue que un conocido suyo  que ayudó en las labores de búsqueda sería el presunto responsable del crimen. 

 “Cuando iniciamos  la búsqueda sospechábamos de Deiner, a quien teníamos como primo y sobrino, debido a que una hermana mía lo crío desde pequeñito. Él nos ayudó en la búsqueda, pero estaba nervioso y cuando alumbraron hacia la parte de la letrina y al rodar la taza y le vimos el brazo a la niña en el fondo del pozo, en ese momento arrancó a correr y mi hermano lo alcanzó para entregarlo a la Policía”, manifestó.

Los señalamientos contra el sospechoso identificado como Deiner Alonso Guerrero, de 28 años, fueron confirmados cuando al entrar a su habitación los familiares de la niña encontraron que el hombre tenía lista las maletas, al parecer para darse a la huida.

Al cierre de esta edición no habían iniciado las audiencias de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento contra el presunto asesino, diligencias a realizarse en el cuarto piso del Palacio de Justicia de Valledupar.

EL PILÓN conoció que la Policía dispuso de un estricto control  a la seguridad de Deiner Alonso Guerrero para sus trasladados y evitar atentados contra su vida.

Repudio general

Milagros del Carmen, disfrutaba de sus vacaciones en Codazzi y los próximos días se preparaba para iniciar sus clases en sexto  grado, por lo que su muerte generó indignación entre los vecinos de la familia de la niña, quienes exigen que sobre el responsable recaiga todo el peso de la ley.

“Teníamos un monstruo en la cuadra y no sabíamos quién era; pero era  él, el que estaba al lado de nosotros nos la quitó en la nariz de todos y no nos dimos cuenta”, dijo muy angustiada Luz Celeste Pérez Flórez.

El cadáver de la pequeña fue examinado por los peritos de Medicina Legal y Ciencias Forenses con el fin de establecer las causas de la muerte.

Agresión a la prensa

Durante la asonada de Codazzi, los manifestantes también arremetieron contra el equipo periodístico del canal de televisión RCN, cuyo vehículo con placas ATI-022, fue atacado a piedra destrozándoles todos los vidrios.

 “Yo dejé el equipo de periodistas y me aseguré, un grupo de encapuchados empezaron rodar el carro porque lo iban a quemar al verle el emblema, yo les rogué y les dije que no lo hicieran, pero entonces me les escapé y me siguieron en moto atacándome con piedras”, así relató lo sucedido el conductor Jorge Luis Ochoa.