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Columnista - 6 diciembre, 2016

Un sueño hecho realidad

Este es un sueño hecho realidad. Por años la región Caribe venía impulsando el proyecto para instalar una planta regasificadora, que permitiera importar gas natural cuando este escaseara en el mercado regional y se presentara un déficit de suministro. Como es bien sabido, el mayor parque térmico de generación del país se encuentra en la […]

Este es un sueño hecho realidad. Por años la región Caribe venía impulsando el proyecto para instalar una planta regasificadora, que permitiera importar gas natural cuando este escaseara en el mercado regional y se presentara un déficit de suministro. Como es bien sabido, el mayor parque térmico de generación del país se encuentra en la región Caribe y este es de lejos el mayor consumidor de gas natural, al tiempo que, por una disposición regulatoria, está en la cola de las prioridades de abastecimiento del mismo ante eventos de escasez.

En los últimos años se pasó de la abundancia de gas natural, proveniente básicamente de los campos de Ballenas, Riohacha y Chuchupa en La Guajira, a cierta holgura, que se tornó en escasez más recientemente como consecuencia de la declinación de sus reservas. El efecto no se hizo esperar, el año anterior y a comienzos de este, debido al fenómeno de El Niño, que esta vez fue más severo y prolongado que los anteriores, se requirió al máximo la capacidad de generación de las térmicas, lo cual estresó aún más la demanda de gas natural. Ello, además de disparar los precios del gas natural en la región Caribe, con todas sus consecuencias, obligó a varias de las plantas eléctricas a operar con combustibles líquidos, especialmente fuel oil, mucho más costosos, lo cual repercutió a su vez en alzas de las tarifas de la energía que tuvieron que pagar los usuarios.

Precisamente, por previsión, justamente para que esto no fuera a ocurrir, fue por lo que le dimos toda la prioridad a nuestro paso por el Ministerio de Minas y Energía sacar este Proyecto adelante, el cual fue promovido por el Grupo Térmico, integrado por TEPSA, Termocandelaria, y Zona Franca Celsia, liderado por Promigas, el cual puso al frente como desarrollador del mismo a la Sociedad Portuaria El Cayao.

Pero más vale tarde que nunca y con su entrada en operación el país gana en seguridad energética y esta planta regasificadora va a cumplir el papel de estabilizador de los precios del gas natural, ya que va a servir de respaldo a la oferta y le va a evitar al país unos costos mayores como aquellos en los que se ha incurrido anteriormente, los cuales terminaron pagando los usuarios. Colombia se integra ahora al mercado internacional del gas natural, en el cual EEUU se ha convertido en uno de los principales jugadores merced a su revolución del shale gas. Se estima que el costo de oportunidad de no contar con esta planta sería del orden de los US $600 millones anuales, que ahora se los ahorrará el país. Esta planta posee una capacidad de suministro de 400 millones de piés cúbicos diarios de gas natural, los cuales servirán de colchón de seguridad para todo el sistema energético del país. Con la disponibilidad permanente de este volúmen de gas natural se podría generar el equivalente a 17.000 GWH/año de energía, satisfaciendo el 100% de la demanda de energía de la región Caribe, 27% de toda la energía que se consume en Colombia, aproximadamente.

Saludamos, entonces, este acontecimiento que, a no dudarlo, constituye un aporte importantísimo a la dinámica económica de la región Caribe que se había visto frenada por cuenta de la escasez del gas natural.

Colombia, dada su envidiable posición geográfica, por ser, como lo dijo López de Mesa, está llamada a convertirse en un hub regional en el mercado del gas natural, como ya lo es en el eléctrico. De modo que la instalación de esta planta regasificadora en el Caribe y hacia el futuro la del Pacífico van a dar lugar a un círculo virtuoso del gas natural del cual van a salir gananciosos los consumidores del mismo.

 

Columnista
6 diciembre, 2016

Un sueño hecho realidad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Amylkar D. Acosta

Este es un sueño hecho realidad. Por años la región Caribe venía impulsando el proyecto para instalar una planta regasificadora, que permitiera importar gas natural cuando este escaseara en el mercado regional y se presentara un déficit de suministro. Como es bien sabido, el mayor parque térmico de generación del país se encuentra en la […]


Este es un sueño hecho realidad. Por años la región Caribe venía impulsando el proyecto para instalar una planta regasificadora, que permitiera importar gas natural cuando este escaseara en el mercado regional y se presentara un déficit de suministro. Como es bien sabido, el mayor parque térmico de generación del país se encuentra en la región Caribe y este es de lejos el mayor consumidor de gas natural, al tiempo que, por una disposición regulatoria, está en la cola de las prioridades de abastecimiento del mismo ante eventos de escasez.

En los últimos años se pasó de la abundancia de gas natural, proveniente básicamente de los campos de Ballenas, Riohacha y Chuchupa en La Guajira, a cierta holgura, que se tornó en escasez más recientemente como consecuencia de la declinación de sus reservas. El efecto no se hizo esperar, el año anterior y a comienzos de este, debido al fenómeno de El Niño, que esta vez fue más severo y prolongado que los anteriores, se requirió al máximo la capacidad de generación de las térmicas, lo cual estresó aún más la demanda de gas natural. Ello, además de disparar los precios del gas natural en la región Caribe, con todas sus consecuencias, obligó a varias de las plantas eléctricas a operar con combustibles líquidos, especialmente fuel oil, mucho más costosos, lo cual repercutió a su vez en alzas de las tarifas de la energía que tuvieron que pagar los usuarios.

Precisamente, por previsión, justamente para que esto no fuera a ocurrir, fue por lo que le dimos toda la prioridad a nuestro paso por el Ministerio de Minas y Energía sacar este Proyecto adelante, el cual fue promovido por el Grupo Térmico, integrado por TEPSA, Termocandelaria, y Zona Franca Celsia, liderado por Promigas, el cual puso al frente como desarrollador del mismo a la Sociedad Portuaria El Cayao.

Pero más vale tarde que nunca y con su entrada en operación el país gana en seguridad energética y esta planta regasificadora va a cumplir el papel de estabilizador de los precios del gas natural, ya que va a servir de respaldo a la oferta y le va a evitar al país unos costos mayores como aquellos en los que se ha incurrido anteriormente, los cuales terminaron pagando los usuarios. Colombia se integra ahora al mercado internacional del gas natural, en el cual EEUU se ha convertido en uno de los principales jugadores merced a su revolución del shale gas. Se estima que el costo de oportunidad de no contar con esta planta sería del orden de los US $600 millones anuales, que ahora se los ahorrará el país. Esta planta posee una capacidad de suministro de 400 millones de piés cúbicos diarios de gas natural, los cuales servirán de colchón de seguridad para todo el sistema energético del país. Con la disponibilidad permanente de este volúmen de gas natural se podría generar el equivalente a 17.000 GWH/año de energía, satisfaciendo el 100% de la demanda de energía de la región Caribe, 27% de toda la energía que se consume en Colombia, aproximadamente.

Saludamos, entonces, este acontecimiento que, a no dudarlo, constituye un aporte importantísimo a la dinámica económica de la región Caribe que se había visto frenada por cuenta de la escasez del gas natural.

Colombia, dada su envidiable posición geográfica, por ser, como lo dijo López de Mesa, está llamada a convertirse en un hub regional en el mercado del gas natural, como ya lo es en el eléctrico. De modo que la instalación de esta planta regasificadora en el Caribe y hacia el futuro la del Pacífico van a dar lugar a un círculo virtuoso del gas natural del cual van a salir gananciosos los consumidores del mismo.