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Columnista - 8 abril, 2015

SOS por el Río Manaure

Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan están perturbados por ver tanta desidia de las autoridades municipales de Manaure y de la posible negligencia de Corpocesar para lograr salvar el río Manaure. Aseguran mis consejeros que es deprimente ir al Balcón Turístico del Cesar, como se conoce a Manaure, y llegar al río. Un […]

Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan están perturbados por ver tanta desidia de las autoridades municipales de Manaure y de la posible negligencia de Corpocesar para lograr salvar el río Manaure.

Aseguran mis consejeros que es deprimente ir al Balcón Turístico del Cesar, como se conoce a Manaure, y llegar al río. Un hilo fino de agua corre por el cauce y atraviesa al insigne pueblo de mis abuelos Alejandro Cotes Oñate y Cleofe Calderón Márquez, Marcos Zuleta y Rosario Ramírez Mieles, y de mis padres Aquilino Cotes Caderón y Dominga Zuleta Ramírez.

El pozo de la Danta está seco, en donde se bañaba la gente de la época como Amador Ovalle y Lola Muñoz, Pepe Castro, Milciades Cantillo, Guillermo Araque y su prole, Alcira Cotes, Sabas Quintero y Beltrán Orozco, Rosario Cotes, mamá del ex gobernador Alfonso Araujo Cotes.

El río Manaure es el principal recurso hídrico de esa región que nace en el Cerro Pintado en la frontera colombo-venezolana. Las autoridades civiles han permitido –como ocurre en Valledupar con el río Guatapurí- que dueños de fincas y parcelas desvíen sus aguas para irrigar cultivos privados. Qué horror.

La gente del pueblo sabe quiénes son los que están acabando con el río, pero les da temor denunciarlos, mientras que las autoridades coadyuvan al saqueo de este recurso hídrico. La tala y la contaminación con desechos también han permitido acabar -prácticamente- con el río.
El comerciante interiorano Rodrigo Gómez ha tratado de rescatar el sector del Pozo de la Danta, pero se afirma que sin el apoyo de las autoridades todo resulta en vano.

Los manaureros recuerdan al respetado Dionisio Ramírez, un hombre que sin saber leer y escribir quien tenía una fina expresión oral, era un gran defensor de la flora y la fauna, lástima que ya no esté con vida.
Los manaureros sostienen que se han quedado sin personas que lideren los procesos locales y defiendan a su patria chica.

Ven perdida la beligerancia de Alfonso Araujo y las iniciativas de ‘Pepe’ Castro, dos hijos de Manaure, quienes hoy ya casi cumplen 90 años cada uno. También añoran la prestancia y respeto de familias como Samuel Daza y ‘La Niña’ María Martínez, quienes llegaron a Manaure de Villanueva, a temperar, y se quedaron con sus hijos: Cecilia Daza, Chico y José Manuel Daza a quien le decían ‘Bullaranga’ (porque casi no hablaba, pero era un hombre muy inteligente).

Los manaureros reclaman y cuestionan, pero entre ellos mismos. Nadia alza la voz para protestar por los más de cuatro mil millones de pesos que “supuestamente” invirtieron lo gobernadores Cristian Moreno y Luis Alberto Monsalvo en el “elefante blanco” más grande del universo: La construcción de quioscos y edificaciones en la parte arriba de pueblo, a orillas del río, con el argumento mentiroso que allí se haría la despensa turística más grande de la región.

Hoy esa construcción está abandonada, deteriorada y con el paso de los días el dinero “supuestamente” invertido se perderá seguramente para deducir como Maquiavelo que ‘el fin justifica los medios’, en otra obra inconclusa. Hasta la próxima semana. [email protected]

Columnista
8 abril, 2015

SOS por el Río Manaure

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Aquilino Cotes Zuleta

Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan están perturbados por ver tanta desidia de las autoridades municipales de Manaure y de la posible negligencia de Corpocesar para lograr salvar el río Manaure. Aseguran mis consejeros que es deprimente ir al Balcón Turístico del Cesar, como se conoce a Manaure, y llegar al río. Un […]


Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan están perturbados por ver tanta desidia de las autoridades municipales de Manaure y de la posible negligencia de Corpocesar para lograr salvar el río Manaure.

Aseguran mis consejeros que es deprimente ir al Balcón Turístico del Cesar, como se conoce a Manaure, y llegar al río. Un hilo fino de agua corre por el cauce y atraviesa al insigne pueblo de mis abuelos Alejandro Cotes Oñate y Cleofe Calderón Márquez, Marcos Zuleta y Rosario Ramírez Mieles, y de mis padres Aquilino Cotes Caderón y Dominga Zuleta Ramírez.

El pozo de la Danta está seco, en donde se bañaba la gente de la época como Amador Ovalle y Lola Muñoz, Pepe Castro, Milciades Cantillo, Guillermo Araque y su prole, Alcira Cotes, Sabas Quintero y Beltrán Orozco, Rosario Cotes, mamá del ex gobernador Alfonso Araujo Cotes.

El río Manaure es el principal recurso hídrico de esa región que nace en el Cerro Pintado en la frontera colombo-venezolana. Las autoridades civiles han permitido –como ocurre en Valledupar con el río Guatapurí- que dueños de fincas y parcelas desvíen sus aguas para irrigar cultivos privados. Qué horror.

La gente del pueblo sabe quiénes son los que están acabando con el río, pero les da temor denunciarlos, mientras que las autoridades coadyuvan al saqueo de este recurso hídrico. La tala y la contaminación con desechos también han permitido acabar -prácticamente- con el río.
El comerciante interiorano Rodrigo Gómez ha tratado de rescatar el sector del Pozo de la Danta, pero se afirma que sin el apoyo de las autoridades todo resulta en vano.

Los manaureros recuerdan al respetado Dionisio Ramírez, un hombre que sin saber leer y escribir quien tenía una fina expresión oral, era un gran defensor de la flora y la fauna, lástima que ya no esté con vida.
Los manaureros sostienen que se han quedado sin personas que lideren los procesos locales y defiendan a su patria chica.

Ven perdida la beligerancia de Alfonso Araujo y las iniciativas de ‘Pepe’ Castro, dos hijos de Manaure, quienes hoy ya casi cumplen 90 años cada uno. También añoran la prestancia y respeto de familias como Samuel Daza y ‘La Niña’ María Martínez, quienes llegaron a Manaure de Villanueva, a temperar, y se quedaron con sus hijos: Cecilia Daza, Chico y José Manuel Daza a quien le decían ‘Bullaranga’ (porque casi no hablaba, pero era un hombre muy inteligente).

Los manaureros reclaman y cuestionan, pero entre ellos mismos. Nadia alza la voz para protestar por los más de cuatro mil millones de pesos que “supuestamente” invirtieron lo gobernadores Cristian Moreno y Luis Alberto Monsalvo en el “elefante blanco” más grande del universo: La construcción de quioscos y edificaciones en la parte arriba de pueblo, a orillas del río, con el argumento mentiroso que allí se haría la despensa turística más grande de la región.

Hoy esa construcción está abandonada, deteriorada y con el paso de los días el dinero “supuestamente” invertido se perderá seguramente para deducir como Maquiavelo que ‘el fin justifica los medios’, en otra obra inconclusa. Hasta la próxima semana. [email protected]