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Columnista - 9 enero, 2017

¡Que se tengan los corruptos!

La prensa capitalina de diciembre publicó los que consideró, fueron los personajes del año pasado, y fue más de un medio el que habló de “la corrupción” como el gran personaje de 2016. Nada más alejado de la realidad: mal podría ser la corrupción en sí misma lo que se haya destacado, como si se […]

La prensa capitalina de diciembre publicó los que consideró, fueron los personajes del año pasado, y fue más de un medio el que habló de “la corrupción” como el gran personaje de 2016. Nada más alejado de la realidad: mal podría ser la corrupción en sí misma lo que se haya destacado, como si se tratase un flagelo nuevo en el país, sino que por el contrario, fueron los organismos de control, quienes al poner en jaque a los corruptos, evidenciaron los grandes desfalcos al Erario, y es lo que debemos destacar.

Uno de los escándalos que más indignó a la ciudadanía en general, fue precisamente el evidenciado por la Contraloría General de la República con ocasión del Programa de Alimentación Escolar – PAE. Después de las pruebas tomadas por los equipos auditores en el departamento del Cesar, y que le darían la vuelta a todo el país, el Contralor General Edgardo Maya Villazón ordenó Actuaciones Especiales de Fiscalización al programa en 17 departamentos más, y los resultados siguen sorprendiendo.

Solamente en el Departamento de La Guajira, una región afectada por una crisis humanitaria que resulta vergonzosa, donde sólo el año pasado murieron 88 niños por enfermedades asociadas a la desnutrición, el Contralor Maya Villazón anunció hallazgos fiscales por más de 20.556 millones de pesos, evidenciando un entramado de la contratación con los recursos del PAE. Según lo denunciado por el Contralor, toda la contratación del Departamento entre 2013 y 2015, por la que se pagaron más de 84.579 millones de pesos, se concentró todo ese tiempo en los mismos dos contratistas que resultaron beneficiados por los procesos de selección, a través del uso de consorcios y diferentes asociaciones que ya fueron puestas al descubierto por Maya Villazón.

Todo nos indica que el Contralor no desfallecerá en su labor, así que ¡ténganse los corruptos! Su modus operandi ya fue puesto al descubierto, en una gestión inédita nunca antes vista en el país, y que no dejará títere con cabeza, porque cuando de la defensa de los recursos de los niños se trata, simplemente no se puede desistir.

El Contralor sigue poniendo el dedo en la llaga y son ya muchas las ampollas que se han levantado, porque en un programa como el PAE, que sólo entre 2014 y 2015 recibió una financiación de más de 1,94 billones de pesos, son muchos los intereses non sanctos que se levantan a su alrededor. Hoy se oyen voces detractoras, asociadas a tales intereses, pero deben saber que los recursos del programa no pierden su naturaleza de públicos, es decir, son los recursos de todos los colombianos, por lo que su defensa debe hacerse no sólo con argumentos, sino hasta con las vísceras de ser necesario.

Ante la gravedad de los hechos evidenciados por la Contraloría, el ciudadano de a pie espera que muy pronto lleguen las sanciones contra estos nuevos carteles de corrupción, ratificando así la importancia de las denuncias efectuadas por Maya Villazón, y de los traslados que ha efectuado a los otros órganos de control y de investigación.

 

Columnista
9 enero, 2017

¡Que se tengan los corruptos!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Iván Castro Sabbagh

La prensa capitalina de diciembre publicó los que consideró, fueron los personajes del año pasado, y fue más de un medio el que habló de “la corrupción” como el gran personaje de 2016. Nada más alejado de la realidad: mal podría ser la corrupción en sí misma lo que se haya destacado, como si se […]


La prensa capitalina de diciembre publicó los que consideró, fueron los personajes del año pasado, y fue más de un medio el que habló de “la corrupción” como el gran personaje de 2016. Nada más alejado de la realidad: mal podría ser la corrupción en sí misma lo que se haya destacado, como si se tratase un flagelo nuevo en el país, sino que por el contrario, fueron los organismos de control, quienes al poner en jaque a los corruptos, evidenciaron los grandes desfalcos al Erario, y es lo que debemos destacar.

Uno de los escándalos que más indignó a la ciudadanía en general, fue precisamente el evidenciado por la Contraloría General de la República con ocasión del Programa de Alimentación Escolar – PAE. Después de las pruebas tomadas por los equipos auditores en el departamento del Cesar, y que le darían la vuelta a todo el país, el Contralor General Edgardo Maya Villazón ordenó Actuaciones Especiales de Fiscalización al programa en 17 departamentos más, y los resultados siguen sorprendiendo.

Solamente en el Departamento de La Guajira, una región afectada por una crisis humanitaria que resulta vergonzosa, donde sólo el año pasado murieron 88 niños por enfermedades asociadas a la desnutrición, el Contralor Maya Villazón anunció hallazgos fiscales por más de 20.556 millones de pesos, evidenciando un entramado de la contratación con los recursos del PAE. Según lo denunciado por el Contralor, toda la contratación del Departamento entre 2013 y 2015, por la que se pagaron más de 84.579 millones de pesos, se concentró todo ese tiempo en los mismos dos contratistas que resultaron beneficiados por los procesos de selección, a través del uso de consorcios y diferentes asociaciones que ya fueron puestas al descubierto por Maya Villazón.

Todo nos indica que el Contralor no desfallecerá en su labor, así que ¡ténganse los corruptos! Su modus operandi ya fue puesto al descubierto, en una gestión inédita nunca antes vista en el país, y que no dejará títere con cabeza, porque cuando de la defensa de los recursos de los niños se trata, simplemente no se puede desistir.

El Contralor sigue poniendo el dedo en la llaga y son ya muchas las ampollas que se han levantado, porque en un programa como el PAE, que sólo entre 2014 y 2015 recibió una financiación de más de 1,94 billones de pesos, son muchos los intereses non sanctos que se levantan a su alrededor. Hoy se oyen voces detractoras, asociadas a tales intereses, pero deben saber que los recursos del programa no pierden su naturaleza de públicos, es decir, son los recursos de todos los colombianos, por lo que su defensa debe hacerse no sólo con argumentos, sino hasta con las vísceras de ser necesario.

Ante la gravedad de los hechos evidenciados por la Contraloría, el ciudadano de a pie espera que muy pronto lleguen las sanciones contra estos nuevos carteles de corrupción, ratificando así la importancia de las denuncias efectuadas por Maya Villazón, y de los traslados que ha efectuado a los otros órganos de control y de investigación.