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Columnista - 21 mayo, 2017

Resistencia juvenil

La población joven en el mundo entre los 18 y 35 años organiza sus proyectos de vida con el fin de recoger frutos a un mediano plazo, es por ello que se trazan metas de formación profesional con el fin de materializar sueños que desde su temprana formación se han propuesto y que surtirán efectos […]

La población joven en el mundo entre los 18 y 35 años organiza sus proyectos de vida con el fin de recoger frutos a un mediano plazo, es por ello que se trazan metas de formación profesional con el fin de materializar sueños que desde su temprana formación se han propuesto y que surtirán efectos positivos o negativos en un mediano plazo, esto como proyecto de vida personal y profesional.

Lo mismo sucede en la organización política y económica de los Estados, con ello quiero hacer énfasis en la aplicación de normas las cuales buscan poner fin al conflicto armado como situación anómala y adversa del orden social y establecer condiciones para una paz sostenible (justicia transicional), estas van a tener resultados ya sean exitosos o fracasados de modelos de reconciliación en un plazo más o menos de 30 a 40 años, en donde se puedan dirimir conflictos y diferencias sin tener que recurrir al uso de la fuerza. Agrego a esto que de una eficaz e incluyente Planeación de todas estas normas dependerá en gran parte el futuro de las generaciones posteriores a las que participaron directamente en la construcción de toda esta política (los jóvenes).

La población juvenil además contribuye a la reconstrucción de la memoria histórica, la cual tiene y guarda relación directa con violaciones a los derechos humanos e infracciones al DIH en medio de los conflictos armados y son ellos a través de organizaciones no gubernamentales y sociedad civil los que destapan las anomalías que se presentan en este tipo de regímenes. Es decir, del papel que tengan los jóvenes dentro de una organización llamada Estado dependerá que la concentración de poder y el abuso de poder tengan espacio para satisfacer sus intereses económicos y políticos.

Podemos mencionar desde otra perspectiva un claro ejemplo del resultado satisfactorio que se produce en una sociedad que cuenta con una alta y eficaz participación de la población joven en los procesos de construcción de paz, me refiero a que gracias a la masiva intervención de la población joven y estudiantil de Colombia se logró salvar en gran medida el proceso de conversación y consolidación que se sostenía entre la guerrilla de las Farc y el Gobierno Nacional, al momento en que los jóvenes deciden defender el acuerdo y exigir a las partes no levantarse de la mesa y continuar con una agenda que permitiera cambios para la mejora del documento final, todo ello se pudo gracias a la insistencia y perseverancia de esos jóvenes que sueñan con ver crecer a sus hijos en un país donde la violencia no sea una opción para resolver las diferencias que la vida diaria nos plantea.

Aprovecho también para no dejar pasar por alto, el papel de los jóvenes venezolanos, que se han mantenido firmes ante las represiones del régimen del gobierno de Venezuela en donde han tenido que ver muchos amigos y familiares morir en la lucha que se desata a diario en las calles de esta hermana República; sin lugar a dudas es un pueblo que clama cambios estructurales de una política que los consume a diario y que cada vez limita más las libertades constitucionales de todos sus ciudadanos.

Por José Luis Blanco Calderón

 

Columnista
21 mayo, 2017

Resistencia juvenil

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Luis Blanco Calderón

La población joven en el mundo entre los 18 y 35 años organiza sus proyectos de vida con el fin de recoger frutos a un mediano plazo, es por ello que se trazan metas de formación profesional con el fin de materializar sueños que desde su temprana formación se han propuesto y que surtirán efectos […]


La población joven en el mundo entre los 18 y 35 años organiza sus proyectos de vida con el fin de recoger frutos a un mediano plazo, es por ello que se trazan metas de formación profesional con el fin de materializar sueños que desde su temprana formación se han propuesto y que surtirán efectos positivos o negativos en un mediano plazo, esto como proyecto de vida personal y profesional.

Lo mismo sucede en la organización política y económica de los Estados, con ello quiero hacer énfasis en la aplicación de normas las cuales buscan poner fin al conflicto armado como situación anómala y adversa del orden social y establecer condiciones para una paz sostenible (justicia transicional), estas van a tener resultados ya sean exitosos o fracasados de modelos de reconciliación en un plazo más o menos de 30 a 40 años, en donde se puedan dirimir conflictos y diferencias sin tener que recurrir al uso de la fuerza. Agrego a esto que de una eficaz e incluyente Planeación de todas estas normas dependerá en gran parte el futuro de las generaciones posteriores a las que participaron directamente en la construcción de toda esta política (los jóvenes).

La población juvenil además contribuye a la reconstrucción de la memoria histórica, la cual tiene y guarda relación directa con violaciones a los derechos humanos e infracciones al DIH en medio de los conflictos armados y son ellos a través de organizaciones no gubernamentales y sociedad civil los que destapan las anomalías que se presentan en este tipo de regímenes. Es decir, del papel que tengan los jóvenes dentro de una organización llamada Estado dependerá que la concentración de poder y el abuso de poder tengan espacio para satisfacer sus intereses económicos y políticos.

Podemos mencionar desde otra perspectiva un claro ejemplo del resultado satisfactorio que se produce en una sociedad que cuenta con una alta y eficaz participación de la población joven en los procesos de construcción de paz, me refiero a que gracias a la masiva intervención de la población joven y estudiantil de Colombia se logró salvar en gran medida el proceso de conversación y consolidación que se sostenía entre la guerrilla de las Farc y el Gobierno Nacional, al momento en que los jóvenes deciden defender el acuerdo y exigir a las partes no levantarse de la mesa y continuar con una agenda que permitiera cambios para la mejora del documento final, todo ello se pudo gracias a la insistencia y perseverancia de esos jóvenes que sueñan con ver crecer a sus hijos en un país donde la violencia no sea una opción para resolver las diferencias que la vida diaria nos plantea.

Aprovecho también para no dejar pasar por alto, el papel de los jóvenes venezolanos, que se han mantenido firmes ante las represiones del régimen del gobierno de Venezuela en donde han tenido que ver muchos amigos y familiares morir en la lucha que se desata a diario en las calles de esta hermana República; sin lugar a dudas es un pueblo que clama cambios estructurales de una política que los consume a diario y que cada vez limita más las libertades constitucionales de todos sus ciudadanos.

Por José Luis Blanco Calderón