A través de un comunicado en su cuenta de Twitter, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, exhortó a los republicanos a “no perder el tiempo” con temas de inmigración hasta que se celebren las elecciones de senadores y congresistas en noviembre. Así mismo, acusó a los demócratas de estar “jugando” con un problema que no les ha interesado en décadas.

Trump, también señaló que una vez superada la marea roja, en caso de que no se cumplan los pronósticos en relación a la mejora de los resultados de la oposición en los próximos comicios, los conservadores podrán aprobar “una gran legislación”. Sin embargo, Kevin McCarthy, el “número dos” de los republicanos en la Cámara de Representantes, aseguró el 22 de junio que el voto sobre inmigración se llevará a cabo la próxima semana.

Ese proyecto de ley abriría un camino a la ciudadanía para 1,8 millones de jóvenes indocumentados, conocidos como “soñadores”, prohibiría la separación familiar de los inmigrantes, dotaría de 25,000 millones de dólares la construcción del prometido muro con México de Trump y recortaría otras formas de inmigración legal.

El acuerdo, sin embargo, no es del agrado de algunos ultraconservadores, ni tampoco de los demócratas, quienes consideran inadmisible atentar contra el derecho a la reunificación familiar. Además, los republicanos no cuentan con los votos necesarios, en ninguna de las dos cámaras del Congreso para aprobar sendos proyectos de ley que, entre otras medidas, perseguían la obtención de fondos para la construcción del muro.

Trump, también señaló desde su cuenta en Twitter: “Debemos mantenernos fuertes en la frontera sur. No podemos permitir que nuestro país se vea rebasado por inmigrantes ilegales mientras los demócratas cuentan sus hipócritas historias de tristeza y pena, con la esperanza de que les ayude en las elecciones”.

A pesar de esa declaración, la oleada de críticas que le valió dicha medida, que llegaron incluso desde el seno de su propio partido y de miembros de su familia, el mandatario optó el miércoles por firmar un decreto con el que pretende poner fin a la separación familiar.

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