En medio de dificultades económicas, trámites, papeleos, pero sobre todo angustia, terminó parte del drama que venía afrontando una familia venezolana, tras perder a uno de sus integrantes en un accidente de tránsito registrado en Valledupar, cuyo cadáver ya fue repatriado al vecino país, gracias a la colaboración ciudadana, las embajadas y Migración Colombia.

La familia Nava Baza se había radicado en la capital del Cesar desde hacía varios meses, durmiendo inicialmente en la calle, a raíz de la situación económica de su país y en busca de mejores oportunidades laborales y condiciones de vida. Pero la suerte les fue esquiva, porque el pasado 4 de enero, cuando uno de los menores de la familia, un niño de seis años, jugaba fútbol en la puerta de la residencia que consiguieron en el barrio Primero de Mayo, fue arrollado por una motocicleta y el conductor huyó del lugar sin que hasta la fecha haya sido identificado.

Pasadas las 8:30 de la noche del pasado viernes, el féretro con el cuerpo del niño fue trasladado hasta el corregimiento de Paraguachón, jurisdicción del municipio de Maicao, La Guajira, zona fronteriza, en donde fue esperado por otros familiares para ser conducido finalmente a Venezuela. En la frontera el cortejo fúnebre hizo trasbordo a otros vehículos para llegar al municipio de Cabimas, del Estado Zulia.

En el traslado hubo colaboración de Migración Colombia, que facilitó el microbús como ayuda humanitaria para el traslado de 10 miembros de la familia Nava Baza, mientras que el féretro fue trasladado en un coche fúnebre, con todos los protocolos exigidos por las autoridades.

Por Abdel Martínez Pérez /EL PILÓN