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Columnista - 5 marzo, 2018

¿Por quién votar al Congreso?

Es la gran cuestión del momento, hay candidatos de todos los pelambres ofreciendo el oro y el moro, muy pocos honorables, la mayoría están inmersos en corrupción y otros, no tienen ni idea de lo que es una agenda legislativa, pero están ahí, por mantener un poder político heredado de un padre condenado, de un […]

Es la gran cuestión del momento, hay candidatos de todos los pelambres ofreciendo el oro y el moro, muy pocos honorables, la mayoría están inmersos en corrupción y otros, no tienen ni idea de lo que es una agenda legislativa, pero están ahí, por mantener un poder político heredado de un padre condenado, de un hermano preso, de un primo o cuñado sancionado, en fin, hasta la suegra sirve; los mismos con las mismas, buscando votos para fortalecer las mismas elites políticas que han desprestigiado al Congreso y hoy termina con una gran deuda en reformas que no se hicieron; la reforma a la justicia, el catastro rural, la reforma pensional, la reforma política, la reforma a la salud y muchos más temas que agobian al ciudadano de a pie y los actuales congresistas se hicieron los locos para no tramitar, pero si fueron diligentes para aprobar a pupitrazo la reforma tributaria y arrodillársele a un ejecutivo que los manoseó a cambio de mermelada.

Termina un cuatrienio que será recordado por los peores escándalos: Odebrecht, el Cartel de la Toga, Los Bulldozer, la ñoñomanía, entre otros.
En cuanto al Cesar, vemos que los candidatos siguen siendo más de los mismos que han dominado las esfera política en el último tiempo: José Alfredo Gnecco, representa la clase política tradicional, esa que tiene aburrida a la gente, no tiene leyes tramitadas y pasó desapercibido en el Congreso, con una muy mínima gestión, tiene eso sí una gran maquinaria, aceitada con mucho dinero para elegirse como la vez anterior. Sergio Araujo, hijo de senador, hermano de senador, miembro de la otra casa tradicional que se ha repartido el Cesar a su antojo y pretende seguir viviendo de la política por siempre, imagino que si sale, en el futuro le heredará el poder a su hijo, nepotismo puro. Didier Lobo, representa los intereses de Vargas Lleras en el departamento, está gastando por montones, se vende como la renovación y el hijo del pueblo, pero nadie sabe cómo obtuvo tanto dinero para invertirlo en la campaña, fue alcalde de La Jagua de Ibirico y lo tienen en entre dicho varias investigaciones en curso.

Alguien me dijo en la calle: Es que si salen los tres senadores, gana el Cesar ¿Qué gana? Si fueran líderes con un proyecto serio, hasta uno lo pensaría, pero es la misma plana, escrita 100 veces, fortalecer las casas políticas que se turnan la finca llamada el Cesar ¿Cuáles son los proyectos de impacto con el gobierno nacional que mostraron los congresistas? ¿Ape Cuello con la Ruta del Sol? No son capaces de gestionar nada sin estar pendientes del engrase, tampoco de incentivar liderazgo en el sector público nacional, porque no tienen voz, ninguno promoverá un debate contra el ejecutivo. Además, llega Antonio Sanguino, que solo ha hecho política en Bogotá y ahora quiere aterrizar de barriga en el Cesar, buscando el favor popular, pretendiendo que la gente vote de chévere.

Mi voto es de opinión y no obedece a familiaridades, amistades o regionalismo, hay que elegir por convicción y liderazgo, por candidatos visibles, que en el Congreso sean capaces de hacer un verdadero control político, que representen un estilo de decente y coherente con la realidad social del país, tan lleno de necesidades. Mi voto al Senado será por Angélica Lozano, a la Cámara en blanco.
@JACOBOSOLANOC

Columnista
5 marzo, 2018

¿Por quién votar al Congreso?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

Es la gran cuestión del momento, hay candidatos de todos los pelambres ofreciendo el oro y el moro, muy pocos honorables, la mayoría están inmersos en corrupción y otros, no tienen ni idea de lo que es una agenda legislativa, pero están ahí, por mantener un poder político heredado de un padre condenado, de un […]


Es la gran cuestión del momento, hay candidatos de todos los pelambres ofreciendo el oro y el moro, muy pocos honorables, la mayoría están inmersos en corrupción y otros, no tienen ni idea de lo que es una agenda legislativa, pero están ahí, por mantener un poder político heredado de un padre condenado, de un hermano preso, de un primo o cuñado sancionado, en fin, hasta la suegra sirve; los mismos con las mismas, buscando votos para fortalecer las mismas elites políticas que han desprestigiado al Congreso y hoy termina con una gran deuda en reformas que no se hicieron; la reforma a la justicia, el catastro rural, la reforma pensional, la reforma política, la reforma a la salud y muchos más temas que agobian al ciudadano de a pie y los actuales congresistas se hicieron los locos para no tramitar, pero si fueron diligentes para aprobar a pupitrazo la reforma tributaria y arrodillársele a un ejecutivo que los manoseó a cambio de mermelada.

Termina un cuatrienio que será recordado por los peores escándalos: Odebrecht, el Cartel de la Toga, Los Bulldozer, la ñoñomanía, entre otros.
En cuanto al Cesar, vemos que los candidatos siguen siendo más de los mismos que han dominado las esfera política en el último tiempo: José Alfredo Gnecco, representa la clase política tradicional, esa que tiene aburrida a la gente, no tiene leyes tramitadas y pasó desapercibido en el Congreso, con una muy mínima gestión, tiene eso sí una gran maquinaria, aceitada con mucho dinero para elegirse como la vez anterior. Sergio Araujo, hijo de senador, hermano de senador, miembro de la otra casa tradicional que se ha repartido el Cesar a su antojo y pretende seguir viviendo de la política por siempre, imagino que si sale, en el futuro le heredará el poder a su hijo, nepotismo puro. Didier Lobo, representa los intereses de Vargas Lleras en el departamento, está gastando por montones, se vende como la renovación y el hijo del pueblo, pero nadie sabe cómo obtuvo tanto dinero para invertirlo en la campaña, fue alcalde de La Jagua de Ibirico y lo tienen en entre dicho varias investigaciones en curso.

Alguien me dijo en la calle: Es que si salen los tres senadores, gana el Cesar ¿Qué gana? Si fueran líderes con un proyecto serio, hasta uno lo pensaría, pero es la misma plana, escrita 100 veces, fortalecer las casas políticas que se turnan la finca llamada el Cesar ¿Cuáles son los proyectos de impacto con el gobierno nacional que mostraron los congresistas? ¿Ape Cuello con la Ruta del Sol? No son capaces de gestionar nada sin estar pendientes del engrase, tampoco de incentivar liderazgo en el sector público nacional, porque no tienen voz, ninguno promoverá un debate contra el ejecutivo. Además, llega Antonio Sanguino, que solo ha hecho política en Bogotá y ahora quiere aterrizar de barriga en el Cesar, buscando el favor popular, pretendiendo que la gente vote de chévere.

Mi voto es de opinión y no obedece a familiaridades, amistades o regionalismo, hay que elegir por convicción y liderazgo, por candidatos visibles, que en el Congreso sean capaces de hacer un verdadero control político, que representen un estilo de decente y coherente con la realidad social del país, tan lleno de necesidades. Mi voto al Senado será por Angélica Lozano, a la Cámara en blanco.
@JACOBOSOLANOC