Por: Basilio Padilla

En mi columna pasada, hice la primera parte del análisis de las elecciones presidenciales en los E.U., a realizarse en menos de una semana. Se me adelantó mi amigo Raúl Bermúdez en vaticinar mis preferencias, pero en realidad, como columnista había prometido ser bien objetivo y desposeído de preferencias personales. Raúl, un gran soñador y persona de gran talento que le ha servido tanto a la comunidad, a través de la Universidad Popular. Habíamos analizado al presidente Obama, sus triunfos y fracasos y ahora le toca el turno al candidato republicano Mitt Romney. Contrario a lo que he leído en algunas columnas de este diario, Mitt Romney no es un ultraconservador y esto le ha causado algunas molestias en este sector del partido, ya que como gobernador del estado de Massachusetts se consagró como moderado y logró pasar muchos proyectos legislativos con el apoyo de los demócratas.
De hecho hoy en día, el sistema de salud de ese estado cubre a 93% de sus ciudadanos, lo cual es único comparado con el resto del país. Romney viene de una familia política, ya que su padre fue gobernador de Michigan y también candidato presidencial, después de haber nacido en México, de padres americanos y emigrado a los E.U., durante la revolución mexicana.
La emigración de esta familia a México fue desatada por las persecuciones a la fe de los Mormones. Mitt Romney es egresado de la universidad de Harvard, donde estudió leyes y sacó un máster en administración de negocios. Sus mayores triunfos en su vida privada los obtuvo con la fundación de “Bain Capital”, una compañía de inversiones que le dio una exposición extraordinaria al mundo de Wall Street, pero que también tuvo sus detractores, ya que “Capital Bain” compraba compañías en vías a la bancarrota, las re-estructuraba y – en ocasiones- tenían que despedir personal para hacerlas productivas.
Hecho importante en los tres debates presidenciales es que Ronmey ha dicho que si es elegido le dará preferencia a los países latinoamericanos que para el representan gigantes dormidos. Sin embargo, lo han criticado por no simpatizar con la plegaria de los 12 millones de ilegales, especialmente provenientes de un país que fue cuna a su familia. Ha prometido una reforma migratoria y criticado al presidente Obama por no haberla realizado durante sus dos primeros años, cuando tuvo  mayoría en ambas cámaras legislativas. El centro de su programa es la creación de 12 millones de empleos, recorte de impuestos a la clase media, abolir el sistema de salud aprobado durante la presidencia de Obama y crear un sistema distinto que no obligue a los pequeños empresarios a pagar el mayor costo de este programa. En el ámbito internacional dice                                                                                                                            que también quiere terminar las guerras en Irak y Afganistán, ya que los E.U., está cansado de estos conflictos.
Después de mostrar un rezago en todas las encuestas, tuvo un alza vertiginosa a consecuencia del primer debate con Obama, donde se perfiló un gran ganador, teniendo éxitos en la exposición y discusión de sus planes de gobierno, lo cual hizo en forma muy agresiva. Hasta el momento las encuestas muestran un empate, con márgenes de error. La lucha por supuesto se ha concentrado en los estados que generalmente dan la victoria: Ohio, Florida y Virginia, donde Obama tiene ventajas pequeñas, con la excepción de Virginia. En efecto se habla de que Romney podría ganar el voto popular, pero Obama sería reelegido debido a su ventaja en los votos del colegio electoral. Esta forma de escogencia del presidente de E.U., le asigna un numero de votos a cada estado ganador, unos más que otros, de tal manera que un candidato puede ganar la votación nacional y perder en el colegio electoral.
Finalmente, en la columna de Raúl, muchos opinaron que a nosotros no nos interesaba sea quien fuese el ganador de estas elecciones. Debido a la enorme influencia que los E.U. ejerce sobre Latinoamérica y a donde Colombia envía la mayor parte de sus exportaciones, podríamos decir que esta influencia es indiscutible. Aun más cuando acabamos de firmar el Tratado de Libre Comercio con ellos.