El rostro ético de la actividad pública y política en Colombia sucumbe ante los ambiciosos intereses vergonzosos de sus dirigentes. La corrupción campea en medio de la condición paradójica de las excepciones que abiertamente la cuestiona, pero que al mismo tiempo se resigna por la influencia dominante del sistema o establecimiento como lo denominó Álvaro Gómez Hurtado.

Mediante la titularidad del pueblo ejercida a través de la democracia, se entendería posible apabullar el predominio malicioso del sistema, sin embargo, los procesos reformatorios en el Congreso de la Republica, escenario natural, son configurados de manera detallada para mantener la influencia y el poder político, que a su vez es ejercido para defender los intereses de los grupos económicos.

En esta dinámica cíclica ha transitado el país, sobre todo, desde el surgimiento del Frente Nacional, iniciativa pensada con propósitos restaurativos que, no obstante, desarrolló el principio del ocaso de los partidos políticos y desembocó en problemas hasta hoy irreversibles, como el narcotráfico, el paramilitarismo y la desnaturalización del conflicto, desembarcando en la actual enclenque institucionalidad, ligada íntimamente con los problemas sociales materializados en profundas desigualdades.

Con base en este introito contextual entraré al proceso electoral desarrollado en este tiempo en el departamento del Cesar, con el objeto de describir algunos aspectos que reiteran episodios históricos y algunas opciones en las cuales los ciudadanos tenemos oportunidad para revertirlos.

En la actualidad la Familia Gnecco–Monsalvo, mantiene el poder en el territorio, aunque recuperación o reencauche al poder quedaría mejor dicho. Esta condición desarrolla el concepto del sistema planteado al inicio. El poder que amasa la familia en referencia hasta hace poco era propiedad absoluta de los Araujo. Los Gnecco–Monsalvo, en este proceso electoral procuran continuar con José Alfredo Gnecco en el Senado, pese a su exigua gestión y si la lana les alcanza apuestan también por Didier Lobo. Desde el punto de vista cuantitativo o del cálculo electoral es muy probable que solo les alcance para uno, no solamente por el significado del desgaste, sino además, porque los candidatos son poco atractivos, aunque debo convenir que la plata invertida en las campañas políticas es suficiente para sobrepasar semejantes debilidades.

Dicho lo anterior, planteo a la ciudadanía del departamento del Cesar, pasar de las quejas y manifestaciones de hastío por los manejos dados por la familia Gnecco–Monsalvo a la proposición mediante el ejercicio del voto voluntario y espontaneo. Cristian José Moreno Villamizar, candidato que procura repetir en la Cámara de Representantes, está enfrentado por la curul con Jorge Eliecer Salazar. Este último es candidato de los Gnecco–Monsalvo, cambiar el enroque del Sistema, tiene en los procesos electorales una oportunidad inmejorable, por lo tanto, el 11 de marzo de 2018, es el momento oportuno para romper con el dominio, apostando por el candidato Cristian Moreno, que revisada su gestión encuentra reconocimiento y lo más importante no registra cuestionamientos ni investigaciones judiciales.

Continuando con la osadía de los pronósticos, a mi juicio Ape Cuello mantendrá su curul en la Cámara de Representantes, al igual que Eloy ‘Chichi’ Quintero, este último por la estructura que lo sostiene. Y si el pueblo del Cesar lo interpreta y manifiesta en las urnas, también Cristian Moreno. Reconsiderando, la cuarta curul la veo cercana al Partido Liberal, porque basado en la hipótesis del sistema no les veo opciones a las demás listas

@LuchoDiaz12