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Columnista - 22 marzo, 2017

El poder de la corrupción en el Cesar

A propósito del foro ‘El Cesar frente a la corrupción’ auspiciado por este diario –recientemente-, le queda a uno la sensación de que solo sirvió para que los expositores ratificaran lo mismo que se viene diciendo y escribiendo en el país, sobre la corrupción galopante de los políticos colombianos mancomunados con el sector privado. En […]

A propósito del foro ‘El Cesar frente a la corrupción’ auspiciado por este diario –recientemente-, le queda a uno la sensación de que solo sirvió para que los expositores ratificaran lo mismo que se viene diciendo y escribiendo en el país, sobre la corrupción galopante de los políticos colombianos mancomunados con el sector privado.

En su intervención en el foro, el Contralor General, Edgardo Maya Villazón, aterró cuando sostuvo que en Valledupar y el Cesar hay políticos que recibieron de sus padres y familiares ejemplo de corrupción y de saqueo de nuestros recursos económicos. Claro, que como buen político, no dijo nombres ni insinúo quiénes son. Tampoco habló claro ni contundente en cuanto al despilfarro de 50.538 millones de pesos de recursos del Sistema General de Regalías.

Maya pareció más bien un estratega político buscando votos para algún presidencial que –según los que saben- será cuando Juan Manuel Santos le guiñe el ojo, porque con un candidato de Álvaro Uribe, dicen, no va ni a la esquina de la Plaza Alfonso López.

Pero el discurso de Edgardo Maya pasó a ser el mismo de siempre: de mucho contenido demagógico, hasta tal punto que nunca citó nombres de los gobernantes que en los últimos ocho años se han robado al Cesar, usando la contratación en salud, alimentación para los niños, educación y obras de infraestructura, por cuyos contratos –se afirma- los contratistas deben pagar hasta el 38 por ciento.

Sin embargo, los mismos políticos que están inmersos en esas contrataciones fraudulentas, se vienen reuniendo para volver a parcelar al Departamento y en las próximas elecciones “montar” dos senadores y cuatro representantes a la Cámara.

Incluso se observa con mucha preocupación que el decir de la gente es que los “paracos”, narcotraficantes y guerrilleros no le han hecho tanto daño al país y no son los más ladrones, “como la clase política”, lo dijo también el Contralor Maya.

Pero los escándalos no son solo del Cesar, el Contralor Maya asegura que los mayores depredadores son los políticos. En La Guajira también se han hurtado todo y en el país la cuenta sigue: Reficar, El Guavio, Dragacol, Agro Ingreso Seguro, Salucoop, Caprecom, Transmilenio, Vía Bogotá – Girardot, etc. Las sumas superan los miles de billones de dólares. Lo que se robaron en Reficar equivale a becar durante dos siglos a 20 mil estudiantes.

La corrupción no solo galopa en las capitales –dice Maya- está presente en Codazzi, La Jagua de Ibirico, Valledupar, Chiriguaná que se perfila como el campeón, El Paso, etc…

En una entrevista estructurada para mi Tesis de grado Doctoral en Ciencia Política: “Comportamiento de la abstención electoral en la democracia representativa colombiana” que le hice al expresidente Álvaro Uribe Vélez, asume su inquietud con las Farc –en el proceso de paz- expresando que al país le puede ocurrir como a Venezuela, con el surgimiento de un líder como Hugo Chávez a falta de que los políticos colombianos sigan rodando la corrupción y la dejadez por solucionar la problemática social de la gente.

Entretanto, el Papa, en una entrevista publicada en el diario italiano La Repubblica, sostiene que los “Movimientos Populares, de los que recibió en el Vaticano hace unos días una representación, entren en política, pero no el politiqueo, en las luchas de poder, en el egoísmo, en la demagogia, el dinero, sino en la alta política, creativa y de grandes visiones”.

Es que la corrupción tiene un poder de destrucción incalculable. Se afirma que en Valledupar está enquistada una mafia del poder político, que invierte miles de millones de pesos para ganar todas las elecciones y luego recibe más del el 50 por ciento de los presupuestos en contrataciones fraudulentas. Hasta la próxima semana.

Por Aquilino Cotes Zuleta

[email protected]
@tiochiro

Columnista
22 marzo, 2017

El poder de la corrupción en el Cesar

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Aquilino Cotes Zuleta

A propósito del foro ‘El Cesar frente a la corrupción’ auspiciado por este diario –recientemente-, le queda a uno la sensación de que solo sirvió para que los expositores ratificaran lo mismo que se viene diciendo y escribiendo en el país, sobre la corrupción galopante de los políticos colombianos mancomunados con el sector privado. En […]


A propósito del foro ‘El Cesar frente a la corrupción’ auspiciado por este diario –recientemente-, le queda a uno la sensación de que solo sirvió para que los expositores ratificaran lo mismo que se viene diciendo y escribiendo en el país, sobre la corrupción galopante de los políticos colombianos mancomunados con el sector privado.

En su intervención en el foro, el Contralor General, Edgardo Maya Villazón, aterró cuando sostuvo que en Valledupar y el Cesar hay políticos que recibieron de sus padres y familiares ejemplo de corrupción y de saqueo de nuestros recursos económicos. Claro, que como buen político, no dijo nombres ni insinúo quiénes son. Tampoco habló claro ni contundente en cuanto al despilfarro de 50.538 millones de pesos de recursos del Sistema General de Regalías.

Maya pareció más bien un estratega político buscando votos para algún presidencial que –según los que saben- será cuando Juan Manuel Santos le guiñe el ojo, porque con un candidato de Álvaro Uribe, dicen, no va ni a la esquina de la Plaza Alfonso López.

Pero el discurso de Edgardo Maya pasó a ser el mismo de siempre: de mucho contenido demagógico, hasta tal punto que nunca citó nombres de los gobernantes que en los últimos ocho años se han robado al Cesar, usando la contratación en salud, alimentación para los niños, educación y obras de infraestructura, por cuyos contratos –se afirma- los contratistas deben pagar hasta el 38 por ciento.

Sin embargo, los mismos políticos que están inmersos en esas contrataciones fraudulentas, se vienen reuniendo para volver a parcelar al Departamento y en las próximas elecciones “montar” dos senadores y cuatro representantes a la Cámara.

Incluso se observa con mucha preocupación que el decir de la gente es que los “paracos”, narcotraficantes y guerrilleros no le han hecho tanto daño al país y no son los más ladrones, “como la clase política”, lo dijo también el Contralor Maya.

Pero los escándalos no son solo del Cesar, el Contralor Maya asegura que los mayores depredadores son los políticos. En La Guajira también se han hurtado todo y en el país la cuenta sigue: Reficar, El Guavio, Dragacol, Agro Ingreso Seguro, Salucoop, Caprecom, Transmilenio, Vía Bogotá – Girardot, etc. Las sumas superan los miles de billones de dólares. Lo que se robaron en Reficar equivale a becar durante dos siglos a 20 mil estudiantes.

La corrupción no solo galopa en las capitales –dice Maya- está presente en Codazzi, La Jagua de Ibirico, Valledupar, Chiriguaná que se perfila como el campeón, El Paso, etc…

En una entrevista estructurada para mi Tesis de grado Doctoral en Ciencia Política: “Comportamiento de la abstención electoral en la democracia representativa colombiana” que le hice al expresidente Álvaro Uribe Vélez, asume su inquietud con las Farc –en el proceso de paz- expresando que al país le puede ocurrir como a Venezuela, con el surgimiento de un líder como Hugo Chávez a falta de que los políticos colombianos sigan rodando la corrupción y la dejadez por solucionar la problemática social de la gente.

Entretanto, el Papa, en una entrevista publicada en el diario italiano La Repubblica, sostiene que los “Movimientos Populares, de los que recibió en el Vaticano hace unos días una representación, entren en política, pero no el politiqueo, en las luchas de poder, en el egoísmo, en la demagogia, el dinero, sino en la alta política, creativa y de grandes visiones”.

Es que la corrupción tiene un poder de destrucción incalculable. Se afirma que en Valledupar está enquistada una mafia del poder político, que invierte miles de millones de pesos para ganar todas las elecciones y luego recibe más del el 50 por ciento de los presupuestos en contrataciones fraudulentas. Hasta la próxima semana.

Por Aquilino Cotes Zuleta

[email protected]
@tiochiro