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Editorial - 17 diciembre, 2016

El periodismo como misión de Guillermo Cano

El miércoles 17 de diciembre de 1986, hace 30 años, fue asesinado el director de El Espectador, Guillermo Cano Isaza. “Desde ese mismo día quedó claro que las balas que segaron la vida del periodista eran de las mafias del narcotráfico. En la etapa final de su vida, Guillermo Cano se había convertido en un […]

El miércoles 17 de diciembre de 1986, hace 30 años, fue asesinado el director de El Espectador, Guillermo Cano Isaza. “Desde ese mismo día quedó claro que las balas que segaron la vida del periodista eran de las mafias del narcotráfico. En la etapa final de su vida, Guillermo Cano se había convertido en un decidido enemigo de los narcotraficantes, a quienes en sus escritos no dejó de señalar con nombres propios. Lo mismo que a las autoridades que fueron omisivas en el combate a sus organizaciones”.

Con esta definición el diario El Espectador comenzó el pasado siete de septiembre un especial periodístico llamado ’30 años sin Guillermo Cano’, para recordar al periodista, su entorno, su época, el periódico que dirigió y sus grandes batallas. Y qué bien le hizo este recorderis al periodismo colombiano porque volvimos a leer a Cano el guerrero, el que en su libreta de apuntes expresaba la verdad, aun poniendo en riesgo su vida.

Hoy recordamos las lecciones del recordado y añorado Director, maestro de maestros del periodismo colombiano. El maestro Javier Darío Restrepo lo definió muy bien: “El periodismo para Guillermo Cano no fue una fiesta, ni una carrera por el dinero o por la fama; tampoco fue una rutina de oficina ni un entretenido quehacer para pasar el tiempo; era, ante todo, una misión”.

Una misión nada fácil en aquella Colombia convulsionada y prisionera de la guerra sin cuartel que libró el narcotráfico, llevándose por delante a buenos colombianos que no se dejaron permear por este fenómeno. La vida periodística de Guillermo Cano es ejemplo hoy para las nuevas generaciones de periodistas, con solo leer sus artículos y sus frases reflexivas, se está ante una lección de periodismo.

Ni las balas, ni las bombas, mucho menos las amenazas y el abandono, pudieron acabar su legado. El Espectador sigue en pie, dando ejemplo de periodismo bueno, el que hoy resaltamos en esta triste fecha para conmemorar 30 años sin Guillermo Cano, una oportunidad para recordar la deuda que tiene la justicia con su muerte.
No hay que olvidar: el periodismo como misión.

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Felicitamos a los ganadores de los premios de periodismo ‘Sirena Vallenata’ que entrega el Círculo de Periodistas de Valledupar, especialmente a nuestro periodista Carlos Mario Jiménez, mejor trabajo en narrativas digitales; nuestro reportero gráfico Joaquín Ramírez por sus fotografías del río Cesar, y a Mary Daza, la mejor columnista de 2016.

Editorial
17 diciembre, 2016

El periodismo como misión de Guillermo Cano

El miércoles 17 de diciembre de 1986, hace 30 años, fue asesinado el director de El Espectador, Guillermo Cano Isaza. “Desde ese mismo día quedó claro que las balas que segaron la vida del periodista eran de las mafias del narcotráfico. En la etapa final de su vida, Guillermo Cano se había convertido en un […]


El miércoles 17 de diciembre de 1986, hace 30 años, fue asesinado el director de El Espectador, Guillermo Cano Isaza. “Desde ese mismo día quedó claro que las balas que segaron la vida del periodista eran de las mafias del narcotráfico. En la etapa final de su vida, Guillermo Cano se había convertido en un decidido enemigo de los narcotraficantes, a quienes en sus escritos no dejó de señalar con nombres propios. Lo mismo que a las autoridades que fueron omisivas en el combate a sus organizaciones”.

Con esta definición el diario El Espectador comenzó el pasado siete de septiembre un especial periodístico llamado ’30 años sin Guillermo Cano’, para recordar al periodista, su entorno, su época, el periódico que dirigió y sus grandes batallas. Y qué bien le hizo este recorderis al periodismo colombiano porque volvimos a leer a Cano el guerrero, el que en su libreta de apuntes expresaba la verdad, aun poniendo en riesgo su vida.

Hoy recordamos las lecciones del recordado y añorado Director, maestro de maestros del periodismo colombiano. El maestro Javier Darío Restrepo lo definió muy bien: “El periodismo para Guillermo Cano no fue una fiesta, ni una carrera por el dinero o por la fama; tampoco fue una rutina de oficina ni un entretenido quehacer para pasar el tiempo; era, ante todo, una misión”.

Una misión nada fácil en aquella Colombia convulsionada y prisionera de la guerra sin cuartel que libró el narcotráfico, llevándose por delante a buenos colombianos que no se dejaron permear por este fenómeno. La vida periodística de Guillermo Cano es ejemplo hoy para las nuevas generaciones de periodistas, con solo leer sus artículos y sus frases reflexivas, se está ante una lección de periodismo.

Ni las balas, ni las bombas, mucho menos las amenazas y el abandono, pudieron acabar su legado. El Espectador sigue en pie, dando ejemplo de periodismo bueno, el que hoy resaltamos en esta triste fecha para conmemorar 30 años sin Guillermo Cano, una oportunidad para recordar la deuda que tiene la justicia con su muerte.
No hay que olvidar: el periodismo como misión.

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Felicitamos a los ganadores de los premios de periodismo ‘Sirena Vallenata’ que entrega el Círculo de Periodistas de Valledupar, especialmente a nuestro periodista Carlos Mario Jiménez, mejor trabajo en narrativas digitales; nuestro reportero gráfico Joaquín Ramírez por sus fotografías del río Cesar, y a Mary Daza, la mejor columnista de 2016.