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Columnista - 12 julio, 2014

Parque El Helado: derritiéndose en el olvido

Hace un tiempo escribí una columna en donde manifesté mi inquietud acerca del tristemente célebre parque El Helado, el cual literalmente se está derritiendo en el olvido, una obra que está totalmente abandonada y la cual hubiese servido para generar empleo y desarrollo, para que muchos vallenatos o habitantes de nuestra ciudad, pudiesen trabajar y […]

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Hace un tiempo escribí una columna en donde manifesté mi inquietud acerca del tristemente célebre parque El Helado, el cual literalmente se está derritiendo en el olvido, una obra que está totalmente abandonada y la cual hubiese servido para generar empleo y desarrollo, para que muchos vallenatos o habitantes de nuestra ciudad, pudiesen trabajar y darle vida a esa parte del río, que solo se llena los fines de semana.

Son muchos las actividades que allí se pueden realizar, máxime teniendo las bases o las infraestructuras, ingredientes claves para iniciar un negocio o cualquier actividad, allí están en completo desamparo varias casetas que podrían servir de oficinas, enfermería, negocios, museo e incluso aulas de clases. Retomo el tema, ante los sucesos que enlutaron a nuestra ciudad recientemente, como fue la muerte del reconocido y querido médico Guillermo Baute Daza, quien bajo los efectos del alcohol y en un indiscutible acto de imprudencia, se ahogó en el Guatapurí, esto evidencia la inmensa falta que hace la presencia de rescatistas, vigías, socorristas, guías, y salvavidas, en el balneario Hurtado.

Es lógico que la policía no puede estar vigilando a cuanta persona llegue a ingerir licor en el río, ni a los borrachos que hasta allí se acerquen, pero un grupo especializado y con la capacitación y autoridad para hacerlo, podría al menos, prevenirlos de los peligros de zambullirse en las aguas del Guatapurí con tragos y pero aún; de noche.

El parque El Helado, cuenta con la infraestructura básica para poner en funcionamiento, un lugar de capacitación y entrenamiento para un grupo de Ecoprotectores o Ecoguías, hace unos años, trabajé por sugerencia de mi amigo el Representante Alfredo Cuello Baute (quien casualmente es primo hermano del galeno ahogado) un proyecto de este tipo, en donde no solo hablé de esta necesidad, sino que incluso logré registrar en un documento, el tipo de personal requerido, los posibles nombres de cada grupo, así como también alcancé a bocetear los posibles uniformes, a numerar las herramientas básicas y equipos para que esta especie de guardabosques o guardaparques ejercieran su labor.

El Guatapurí no tiene dolientes verdaderos, cada vez que lo visito me entristece ver cómo arrojan basuras, vidrio, botellas, icopor, como cantidad de borrachos se meten al río sin ningún tipo de precaución, cómo hay contaminación auditiva, pero sobre todo ver cómo está abandonado el parque, y un avión, que haciéndole las adecuaciones necesarias serviría como un elemento lúdico de gran valor, como aula de clases, o salón de exposiciones.

En su momento se hizo todo un despliegue publicitario y fue todo un boom mediático, el traslado de dicho avión desde el aeropuerto hasta su lugar actual, incluso hubo que talar algunos árboles a su paso, no quiero ni imaginarme cuánto dinero se gastó en la logística para la mudanza y adecuación del sitio donde quedó el aeroplano y no comprendo cómo emprenden una obra de tal magnitud y luego la dejan tirada.

Lo cierto es que en el Parque El Helado, hay mucho por hacer y reactivar la economía del lugar, que bastante diezmada está, hago un llamado público a las autoridades, a los líderes, a nuestros Congresistas, el Guatapurí, es uno de nuestros mayores atractivos, es musa de muchos clásicos de nuestro bello folclor, llegó la hora de posar nuestra atención, y unir nuestras fuerzas para sacar adelante este hermoso balneario y todo su entorno.

@juliomceledon

 

Columnista
12 julio, 2014

Parque El Helado: derritiéndose en el olvido

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

Hace un tiempo escribí una columna en donde manifesté mi inquietud acerca del tristemente célebre parque El Helado, el cual literalmente se está derritiendo en el olvido, una obra que está totalmente abandonada y la cual hubiese servido para generar empleo y desarrollo, para que muchos vallenatos o habitantes de nuestra ciudad, pudiesen trabajar y […]


Hace un tiempo escribí una columna en donde manifesté mi inquietud acerca del tristemente célebre parque El Helado, el cual literalmente se está derritiendo en el olvido, una obra que está totalmente abandonada y la cual hubiese servido para generar empleo y desarrollo, para que muchos vallenatos o habitantes de nuestra ciudad, pudiesen trabajar y darle vida a esa parte del río, que solo se llena los fines de semana.

Son muchos las actividades que allí se pueden realizar, máxime teniendo las bases o las infraestructuras, ingredientes claves para iniciar un negocio o cualquier actividad, allí están en completo desamparo varias casetas que podrían servir de oficinas, enfermería, negocios, museo e incluso aulas de clases. Retomo el tema, ante los sucesos que enlutaron a nuestra ciudad recientemente, como fue la muerte del reconocido y querido médico Guillermo Baute Daza, quien bajo los efectos del alcohol y en un indiscutible acto de imprudencia, se ahogó en el Guatapurí, esto evidencia la inmensa falta que hace la presencia de rescatistas, vigías, socorristas, guías, y salvavidas, en el balneario Hurtado.

Es lógico que la policía no puede estar vigilando a cuanta persona llegue a ingerir licor en el río, ni a los borrachos que hasta allí se acerquen, pero un grupo especializado y con la capacitación y autoridad para hacerlo, podría al menos, prevenirlos de los peligros de zambullirse en las aguas del Guatapurí con tragos y pero aún; de noche.

El parque El Helado, cuenta con la infraestructura básica para poner en funcionamiento, un lugar de capacitación y entrenamiento para un grupo de Ecoprotectores o Ecoguías, hace unos años, trabajé por sugerencia de mi amigo el Representante Alfredo Cuello Baute (quien casualmente es primo hermano del galeno ahogado) un proyecto de este tipo, en donde no solo hablé de esta necesidad, sino que incluso logré registrar en un documento, el tipo de personal requerido, los posibles nombres de cada grupo, así como también alcancé a bocetear los posibles uniformes, a numerar las herramientas básicas y equipos para que esta especie de guardabosques o guardaparques ejercieran su labor.

El Guatapurí no tiene dolientes verdaderos, cada vez que lo visito me entristece ver cómo arrojan basuras, vidrio, botellas, icopor, como cantidad de borrachos se meten al río sin ningún tipo de precaución, cómo hay contaminación auditiva, pero sobre todo ver cómo está abandonado el parque, y un avión, que haciéndole las adecuaciones necesarias serviría como un elemento lúdico de gran valor, como aula de clases, o salón de exposiciones.

En su momento se hizo todo un despliegue publicitario y fue todo un boom mediático, el traslado de dicho avión desde el aeropuerto hasta su lugar actual, incluso hubo que talar algunos árboles a su paso, no quiero ni imaginarme cuánto dinero se gastó en la logística para la mudanza y adecuación del sitio donde quedó el aeroplano y no comprendo cómo emprenden una obra de tal magnitud y luego la dejan tirada.

Lo cierto es que en el Parque El Helado, hay mucho por hacer y reactivar la economía del lugar, que bastante diezmada está, hago un llamado público a las autoridades, a los líderes, a nuestros Congresistas, el Guatapurí, es uno de nuestros mayores atractivos, es musa de muchos clásicos de nuestro bello folclor, llegó la hora de posar nuestra atención, y unir nuestras fuerzas para sacar adelante este hermoso balneario y todo su entorno.

@juliomceledon