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Columnista - 12 junio, 2012

Oscar Cantillo sentimiento y sabor

Por: Giomar Lucía Guerra Bonilla La de Oscar es una guitarra para enamorar. Este joven de tez bronceada, mediana estatura, rostro de facciones perfectas como tallada por el mejor escultor con su cincel, una franca y abierta sonrisa ilumina su rostro. Sus ojos transmiten energía y franca convicción de lo que esta creando, avizora un […]

Por: Giomar Lucía Guerra Bonilla

La de Oscar es una guitarra para enamorar. Este joven de tez bronceada, mediana estatura, rostro de facciones perfectas como tallada por el mejor escultor con su

cincel, una franca y abierta sonrisa ilumina su rostro. Sus ojos transmiten energía y franca convicción de lo que esta creando, avizora un nuevo porvenir para la melodías de la música vallenata que aborda con un estilo personal muy particular. La paz interior que trasluce nos habla de un espíritu dispuesto a crear y recrear con estética y espontaneidad. Su sencillez se nota a flor de piel. No hay en él ostentación de ninguna índole.

Autodidacta (INTERTÍTULO)

Nació en las laderas de Valledupar, en La Paz (Cesar). Sus padres: Daniel Cantillo Costa y Sonia López Mieles. Incursiona por más de veinte años como guitarrista de famosos grupos artísticos.
Cuando oí sus arreglos musicales, experimenté gratas sensaciones, por lo que me he deleitado escuchándolas por horas y horas, hasta lograr encontrar ese sabor propio de nuestro ritmos, ese algo que nos toca las fibras más profundas del corazón y nos hace vibrar al unísono con las notas de su amada e inseparable guitarra.
Y… quién es él que ha logrado un alto nivel de estilización de nuestra música? Me preguntaba una y otra vez. Escuchaba, buscaba, no encontraba rastros. Saber quien es este atrevido y exquisito innovador se convirtió casi en una obsesión.
En amena charla conversamos con él. Indagamos sobre sus raíces e influencias. De dónde nace tanto talento, para crear bellezas, esos arpegios como trinar de los pájaros que le ha dado a los cuatro ritmos del vallenato (son, paseo, merengue, puya) innovándolos con gracia increíble, conservando la medida (tiempo), la cadencia del vallenato tradicional, ejerciendo siempre la guitarra un papel protagónico, sin desconocer la importancia de cada uno de los instrumentos que conforman la orquesta, hasta lograr mantener el diálogo con cada uno de ellos, resaltándolos en el momento oportuno.

Su interés es llevar al vallenato a otros niveles, saliéndose de lo convencional, para abordar aires rayanos en lo clásico, sin perder la métrica de los cuatro ritmos, por lo cual le imprime creatividad a la parte armónica e instrumental. Esto le permite llegar a una población con diversidad de gustos, trascendiendo los límites nacionales, como en efecto lo ha hecho a través del lanzamiento nacional e internacional en YouTube.
Dinastía de los López (INTERTÍTULO)
Es clara la influencia en su niñez de su abuelo Juan López, Un hogar donde hacían fiestas tras fiesta. Siempre había un motivo. El abuelo y sus amigos tocaban por gusto, por compartir, deleitarse, vivir, celebrar momentos especiales. Oscar nos cuenta que al morir su abuelo sus hermanos mayores comenzaron a interesarse por la guitarra. Aprendieron rápido, oyendo en las calles, escuchando a los guitarristas de ese momento en La Paz. Cuando vi que mi hermano fue contratado por el cantante Jorge Oñate. Yo comencé a interesarme también en aprender.
Oscar es autodidacta. Queda fascinado al escuchar a Paco de Lucia. “El larga duración me lo regalaron al iniciar los estudios de guitarra. Ha sido y sigue siendo mi mejor maestro. Estudio diariamente seis horas. Es una disciplina que me he trazado. Vale la pena resaltar que Paco de Lucía también es autodidacta”.
Composiciones (INTERTÍTULO)
El disco cuenta con las siguientes composiciones y arreglos musicales: Notas mágicas, El Colibrí (paseo rápido), Vallenato improvisado, Mi puya en guitarra, Zunilda, A mi estilo, La creciente del Cesar, La huellas de un amor, El furor de mi guitarra, Homenaje a mi guitarra, ¡Ay! Puya Wepajeee…, Paseo fusión, Notas que deleitan. Breve comentario de algunas de las composiciones y ejecución de las mismas:
El colibrí (paseo rápido). En el cual el tiempo es de una alta medida, por esto es de admirar como conserva la velocidad en un alto grado de ejecución, que pone de manifiesto su admirable destreza y versatilidad para la ejecución de la guitarra.
En Zunilda, logra un vibrante diálogo entre la guitarra y los instrumentos de viento, en este caso la trompeta
Mi puya, en esta obra los arpegios nos hablan de la pasión de Oscar por su guitarra
El furor de mi guitarra, es muy armonioso. Un trabajo, digno de quienes han hecho estudios avanzados de armonía. Resuenan los instrumentos de percusión.
En la producción instrumental de vallenato en guitarra Sentimiento y Sabor, además de guitarrista, ha asumido los papeles de Director de orquesta, productor, arreglista y autor de más de ocho de las melodías, que conforman el trabajo discográfico grabado en Valledupar en los estudios de Wilfram Castillo, con la participación de: Oscar Cantillo Guitarras punteras, Guitarras acompañantes: Oscar Cantillo, Darwin López y Juan Carlos Vargas, Teclados y efectos de String: Mario Javier Calderón, Bajo: Isaac Zequeira Olmedo, Güiro: Daniel García, Congas: Alfredo Ramírez Acuña “Pichi”. Batería y Campana: Jorge Antonio Arzuaga, Caja: José Bermúdez, Trompeta: Diomedes Noriega, Ingenieros de grabación: Daniel Salinas y Luis Cuello Donado Mezcla y masterización: Daniel Salinas
Participan además, Beto Córdoba, Robert Daza, Eder Manjarrés, y la colaboración en los arreglos de Isaac Zequeira Olmedo y como asesora de imagen: Rosa Margarita Rodríguez Landine.

Oscar es optimista, avizora un porvenir exitoso para Sentimiento y Sabor, al cual nos unimos porque sabemos que así será por su disciplina en el estudio, su alto nivel de creatividad, versatilidad y la visión universal e innovadora de los ritmos del vallenato. Le auguramos éxitos por este trabajo producto de su talento artístico, del esfuerzo y la dedición.

Columnista
12 junio, 2012

Oscar Cantillo sentimiento y sabor

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Giomar Lucía Guerra Bonilla

Por: Giomar Lucía Guerra Bonilla La de Oscar es una guitarra para enamorar. Este joven de tez bronceada, mediana estatura, rostro de facciones perfectas como tallada por el mejor escultor con su cincel, una franca y abierta sonrisa ilumina su rostro. Sus ojos transmiten energía y franca convicción de lo que esta creando, avizora un […]


Por: Giomar Lucía Guerra Bonilla

La de Oscar es una guitarra para enamorar. Este joven de tez bronceada, mediana estatura, rostro de facciones perfectas como tallada por el mejor escultor con su

cincel, una franca y abierta sonrisa ilumina su rostro. Sus ojos transmiten energía y franca convicción de lo que esta creando, avizora un nuevo porvenir para la melodías de la música vallenata que aborda con un estilo personal muy particular. La paz interior que trasluce nos habla de un espíritu dispuesto a crear y recrear con estética y espontaneidad. Su sencillez se nota a flor de piel. No hay en él ostentación de ninguna índole.

Autodidacta (INTERTÍTULO)

Nació en las laderas de Valledupar, en La Paz (Cesar). Sus padres: Daniel Cantillo Costa y Sonia López Mieles. Incursiona por más de veinte años como guitarrista de famosos grupos artísticos.
Cuando oí sus arreglos musicales, experimenté gratas sensaciones, por lo que me he deleitado escuchándolas por horas y horas, hasta lograr encontrar ese sabor propio de nuestro ritmos, ese algo que nos toca las fibras más profundas del corazón y nos hace vibrar al unísono con las notas de su amada e inseparable guitarra.
Y… quién es él que ha logrado un alto nivel de estilización de nuestra música? Me preguntaba una y otra vez. Escuchaba, buscaba, no encontraba rastros. Saber quien es este atrevido y exquisito innovador se convirtió casi en una obsesión.
En amena charla conversamos con él. Indagamos sobre sus raíces e influencias. De dónde nace tanto talento, para crear bellezas, esos arpegios como trinar de los pájaros que le ha dado a los cuatro ritmos del vallenato (son, paseo, merengue, puya) innovándolos con gracia increíble, conservando la medida (tiempo), la cadencia del vallenato tradicional, ejerciendo siempre la guitarra un papel protagónico, sin desconocer la importancia de cada uno de los instrumentos que conforman la orquesta, hasta lograr mantener el diálogo con cada uno de ellos, resaltándolos en el momento oportuno.

Su interés es llevar al vallenato a otros niveles, saliéndose de lo convencional, para abordar aires rayanos en lo clásico, sin perder la métrica de los cuatro ritmos, por lo cual le imprime creatividad a la parte armónica e instrumental. Esto le permite llegar a una población con diversidad de gustos, trascendiendo los límites nacionales, como en efecto lo ha hecho a través del lanzamiento nacional e internacional en YouTube.
Dinastía de los López (INTERTÍTULO)
Es clara la influencia en su niñez de su abuelo Juan López, Un hogar donde hacían fiestas tras fiesta. Siempre había un motivo. El abuelo y sus amigos tocaban por gusto, por compartir, deleitarse, vivir, celebrar momentos especiales. Oscar nos cuenta que al morir su abuelo sus hermanos mayores comenzaron a interesarse por la guitarra. Aprendieron rápido, oyendo en las calles, escuchando a los guitarristas de ese momento en La Paz. Cuando vi que mi hermano fue contratado por el cantante Jorge Oñate. Yo comencé a interesarme también en aprender.
Oscar es autodidacta. Queda fascinado al escuchar a Paco de Lucia. “El larga duración me lo regalaron al iniciar los estudios de guitarra. Ha sido y sigue siendo mi mejor maestro. Estudio diariamente seis horas. Es una disciplina que me he trazado. Vale la pena resaltar que Paco de Lucía también es autodidacta”.
Composiciones (INTERTÍTULO)
El disco cuenta con las siguientes composiciones y arreglos musicales: Notas mágicas, El Colibrí (paseo rápido), Vallenato improvisado, Mi puya en guitarra, Zunilda, A mi estilo, La creciente del Cesar, La huellas de un amor, El furor de mi guitarra, Homenaje a mi guitarra, ¡Ay! Puya Wepajeee…, Paseo fusión, Notas que deleitan. Breve comentario de algunas de las composiciones y ejecución de las mismas:
El colibrí (paseo rápido). En el cual el tiempo es de una alta medida, por esto es de admirar como conserva la velocidad en un alto grado de ejecución, que pone de manifiesto su admirable destreza y versatilidad para la ejecución de la guitarra.
En Zunilda, logra un vibrante diálogo entre la guitarra y los instrumentos de viento, en este caso la trompeta
Mi puya, en esta obra los arpegios nos hablan de la pasión de Oscar por su guitarra
El furor de mi guitarra, es muy armonioso. Un trabajo, digno de quienes han hecho estudios avanzados de armonía. Resuenan los instrumentos de percusión.
En la producción instrumental de vallenato en guitarra Sentimiento y Sabor, además de guitarrista, ha asumido los papeles de Director de orquesta, productor, arreglista y autor de más de ocho de las melodías, que conforman el trabajo discográfico grabado en Valledupar en los estudios de Wilfram Castillo, con la participación de: Oscar Cantillo Guitarras punteras, Guitarras acompañantes: Oscar Cantillo, Darwin López y Juan Carlos Vargas, Teclados y efectos de String: Mario Javier Calderón, Bajo: Isaac Zequeira Olmedo, Güiro: Daniel García, Congas: Alfredo Ramírez Acuña “Pichi”. Batería y Campana: Jorge Antonio Arzuaga, Caja: José Bermúdez, Trompeta: Diomedes Noriega, Ingenieros de grabación: Daniel Salinas y Luis Cuello Donado Mezcla y masterización: Daniel Salinas
Participan además, Beto Córdoba, Robert Daza, Eder Manjarrés, y la colaboración en los arreglos de Isaac Zequeira Olmedo y como asesora de imagen: Rosa Margarita Rodríguez Landine.

Oscar es optimista, avizora un porvenir exitoso para Sentimiento y Sabor, al cual nos unimos porque sabemos que así será por su disciplina en el estudio, su alto nivel de creatividad, versatilidad y la visión universal e innovadora de los ritmos del vallenato. Le auguramos éxitos por este trabajo producto de su talento artístico, del esfuerzo y la dedición.