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Columnista - 8 junio, 2018

Ortega y Gasset: escritor, y filósofo (II)

Continuación. Otras reflexiones de Ortega. Acerca de las creencias e ideas, pensaba: las creencias suelen arraigarse en el ser humano, con tanta firmeza, que se vuelve difícil, distinguir entre creencias y realidades. Así, las creencias conforman las realidades, y, sin embargo, las creencias no son más que pensamientos que se nos ocurren, sobre las realidades. […]

Continuación. Otras reflexiones de Ortega. Acerca de las creencias e ideas, pensaba: las creencias suelen arraigarse en el ser humano, con tanta firmeza, que se vuelve difícil, distinguir entre creencias y realidades. Así, las creencias conforman las realidades, y, sin embargo, las creencias no son más que pensamientos que se nos ocurren, sobre las realidades. Que no son seguros, porque constantemente pensamos cosas distintas. No obstante, las creencias nos sostienen. Somos lo que creemos.

En cuanto a las ideas, sostenía que sirven para tapar las fisuras de las creencias cuando éstas plantean dudas o son sacudidas por nuestras crisis.

Otros conceptos. La razón vital, y la razón histórica. Consideraba que la razón vital queda subsumida por la razón histórica, en su identidad sustancial, pues es la una para la otra. El hombre no tiene naturaleza, a la manera de los animales, sino historia. Cada persona es distinta de otra. Cada historia es diferente de la otra.

El hombre no es la más importante realidad existencial, es la realidad básica. La vida humana es un hacerse, no algo hecho. Es vocación y destino. Es esencialmente un diálogo con el futuro. Vivir es convivir. Convivir es el mundo en devenir. La vida humana es un problema. Su sustancia consiste no en algo que ya es, sino en algo que tiene que hacerse a sí mismo. La vida es un drama. La vida es pensamiento y acción. Como se observa, Ortega fue, un filósofo existencialista.

Finalmente diré, que su amada y pensada España era el tema recurrente de él. La españolidad. Le dolía inmensamente la España invertebrada, y de buena fe apoyó las jornadas políticas que condujeron a la creación de la Segunda República Española, proclamada en abril de 1.931, y que finalizó con la guerra civil, entre los años 1.936 a 1.939, con la victoria del general del ejército Francisco Franco.

Bien pronto, Ortega se decepcionó de los comienzos violentos de la Segunda República, y escribió en 1.931 su libro: Rectificación de la República. Habló y escribió para criticar las posiciones de la izquierda y de la derecha. Terminó sus intervenciones políticas despreciando el sistema socialista. Decía: no quiero ayuda sin pedirla. El hombre debe labrarse su propia vida. Repetía: la vida es un quehacer libre, no impuesto, sino elegido por uno mismo. La libertad no es lo que tenemos que hacer, sino lo que libremente elegimos.

NOTA: María Doris. A muchos nos silencia el honroso nombre de tu padre. Pero no podemos menos que decirte públicamente que no tienes derecho, como suprema autoridad de la Fundación Colegio Bilingüe de Valledupar, en que te has convertido, a humillar a nuestros hijos y nietos. A pesar de tus actitudes, el colegio es una fundación pública y no un negocio privado. Su dirección requiere una esmerada capacitación pedagógica, de la que careces.

Columnista
8 junio, 2018

Ortega y Gasset: escritor, y filósofo (II)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rodrigo López Barros

Continuación. Otras reflexiones de Ortega. Acerca de las creencias e ideas, pensaba: las creencias suelen arraigarse en el ser humano, con tanta firmeza, que se vuelve difícil, distinguir entre creencias y realidades. Así, las creencias conforman las realidades, y, sin embargo, las creencias no son más que pensamientos que se nos ocurren, sobre las realidades. […]


Continuación. Otras reflexiones de Ortega. Acerca de las creencias e ideas, pensaba: las creencias suelen arraigarse en el ser humano, con tanta firmeza, que se vuelve difícil, distinguir entre creencias y realidades. Así, las creencias conforman las realidades, y, sin embargo, las creencias no son más que pensamientos que se nos ocurren, sobre las realidades. Que no son seguros, porque constantemente pensamos cosas distintas. No obstante, las creencias nos sostienen. Somos lo que creemos.

En cuanto a las ideas, sostenía que sirven para tapar las fisuras de las creencias cuando éstas plantean dudas o son sacudidas por nuestras crisis.

Otros conceptos. La razón vital, y la razón histórica. Consideraba que la razón vital queda subsumida por la razón histórica, en su identidad sustancial, pues es la una para la otra. El hombre no tiene naturaleza, a la manera de los animales, sino historia. Cada persona es distinta de otra. Cada historia es diferente de la otra.

El hombre no es la más importante realidad existencial, es la realidad básica. La vida humana es un hacerse, no algo hecho. Es vocación y destino. Es esencialmente un diálogo con el futuro. Vivir es convivir. Convivir es el mundo en devenir. La vida humana es un problema. Su sustancia consiste no en algo que ya es, sino en algo que tiene que hacerse a sí mismo. La vida es un drama. La vida es pensamiento y acción. Como se observa, Ortega fue, un filósofo existencialista.

Finalmente diré, que su amada y pensada España era el tema recurrente de él. La españolidad. Le dolía inmensamente la España invertebrada, y de buena fe apoyó las jornadas políticas que condujeron a la creación de la Segunda República Española, proclamada en abril de 1.931, y que finalizó con la guerra civil, entre los años 1.936 a 1.939, con la victoria del general del ejército Francisco Franco.

Bien pronto, Ortega se decepcionó de los comienzos violentos de la Segunda República, y escribió en 1.931 su libro: Rectificación de la República. Habló y escribió para criticar las posiciones de la izquierda y de la derecha. Terminó sus intervenciones políticas despreciando el sistema socialista. Decía: no quiero ayuda sin pedirla. El hombre debe labrarse su propia vida. Repetía: la vida es un quehacer libre, no impuesto, sino elegido por uno mismo. La libertad no es lo que tenemos que hacer, sino lo que libremente elegimos.

NOTA: María Doris. A muchos nos silencia el honroso nombre de tu padre. Pero no podemos menos que decirte públicamente que no tienes derecho, como suprema autoridad de la Fundación Colegio Bilingüe de Valledupar, en que te has convertido, a humillar a nuestros hijos y nietos. A pesar de tus actitudes, el colegio es una fundación pública y no un negocio privado. Su dirección requiere una esmerada capacitación pedagógica, de la que careces.