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Columnista - 10 julio, 2017

¿Optimismo o miopía?

La ligereza con que el Presidente Juan Manuel Santos dijo ante los medios de comunicación que el paro camionero no existe, cuando era, en ese momento, un hecho palmario, que puso en vilo al país durante cuarenta y seis largos días, solo podría compararse con el acta de defunción que, este mismo personaje, le expidió […]

La ligereza con que el Presidente Juan Manuel Santos dijo ante los medios de comunicación que el paro camionero no existe, cuando era, en ese momento, un hecho palmario, que puso en vilo al país durante cuarenta y seis largos días, solo podría compararse con el acta de defunción que, este mismo personaje, le expidió al paramilitarismo, declarándolo como un fenómeno extinto.

La afirmación fue refutada rápidamente por el Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep) que a través de sus investigaciones ha podido establecer que el fenómeno del paramilitarismo en Colombia sigue “vivito y coleando” y se hace manifiesto en los asesinatos, amenazas y ataques a líderes políticos y defensores de los Derechos Humanos, en hechos que son sistemáticos, y no aislados como infundadamente lo afirma el Presidente y el Ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.

Según las investigaciones realizadas por el Cinep, en el año pasado las autodefensas amenazaron a 395 personas, ejecutaron extrajudicialmente a 83 e hirieron a 44, desaparecieron a 9 y torturaron a 12.

Advierte este Centro, que lo que se evidencia es una disminución en el accionar de estos grupos armados, pero que continua la guerra sucia contra líderes sociales, defensores de los Derechos Humanos y líderes políticos de izquierda. Ahora bien, según la versión oficial del Gobierno, lo que existe actualmente son los llamados GAO (Grupos Armados Organizados), que surgieron con posterioridad a la desmovilización, y que se dedican a la delincuencia común. -Traducción: Eran las Bacrim (Bandas Criminales), que hoy se llaman GAO y mañana vaya usted a saber cómo-.
Pues bien, expresa el informe presentado por el Cinep, que el accionar delictivo de estas estructuras se hace, mediante el empleo de panfletos amenazantes que siguen el mismo patrón y han afectado departamentos tales como: Boyacá, Cauca, Valle del Cauca, Norte de Santander, Atlántico, Antioquia, Santander y Chocó. Desde luego que este Centro de Investigaciones, por ser un órgano no estatal, se reserva revelar sus fuentes de información, para no exponer la seguridad de los denunciantes.

A todas estas, lo que parece estar ocurriendo, es que el paramilitarismo está reducido a su mínima expresión, y ya no cuenta con la notoriedad de otras épocas, cuando se les permitía pronunciar discursos ante el Congreso de la República, y su comandante publicaba libros, concedían entrevistas, y hasta se daban el lujo de visitar la Casa de Nariño.

Finalmente, si usted amable lector(a) que sigue con interés esta nota, considera que lo dicho por J.M. Santos, es algo de “¡No te lo puedo creer!”, se sorprenderá cuando le diga, que no hace mucho otro Presidente sin despeinarse afirmó a los cuatro vientos que: “¡En Colombia no existe un conflicto armado!”. [email protected]

Columnista
10 julio, 2017

¿Optimismo o miopía?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Dario Arregoces

La ligereza con que el Presidente Juan Manuel Santos dijo ante los medios de comunicación que el paro camionero no existe, cuando era, en ese momento, un hecho palmario, que puso en vilo al país durante cuarenta y seis largos días, solo podría compararse con el acta de defunción que, este mismo personaje, le expidió […]


La ligereza con que el Presidente Juan Manuel Santos dijo ante los medios de comunicación que el paro camionero no existe, cuando era, en ese momento, un hecho palmario, que puso en vilo al país durante cuarenta y seis largos días, solo podría compararse con el acta de defunción que, este mismo personaje, le expidió al paramilitarismo, declarándolo como un fenómeno extinto.

La afirmación fue refutada rápidamente por el Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep) que a través de sus investigaciones ha podido establecer que el fenómeno del paramilitarismo en Colombia sigue “vivito y coleando” y se hace manifiesto en los asesinatos, amenazas y ataques a líderes políticos y defensores de los Derechos Humanos, en hechos que son sistemáticos, y no aislados como infundadamente lo afirma el Presidente y el Ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.

Según las investigaciones realizadas por el Cinep, en el año pasado las autodefensas amenazaron a 395 personas, ejecutaron extrajudicialmente a 83 e hirieron a 44, desaparecieron a 9 y torturaron a 12.

Advierte este Centro, que lo que se evidencia es una disminución en el accionar de estos grupos armados, pero que continua la guerra sucia contra líderes sociales, defensores de los Derechos Humanos y líderes políticos de izquierda. Ahora bien, según la versión oficial del Gobierno, lo que existe actualmente son los llamados GAO (Grupos Armados Organizados), que surgieron con posterioridad a la desmovilización, y que se dedican a la delincuencia común. -Traducción: Eran las Bacrim (Bandas Criminales), que hoy se llaman GAO y mañana vaya usted a saber cómo-.
Pues bien, expresa el informe presentado por el Cinep, que el accionar delictivo de estas estructuras se hace, mediante el empleo de panfletos amenazantes que siguen el mismo patrón y han afectado departamentos tales como: Boyacá, Cauca, Valle del Cauca, Norte de Santander, Atlántico, Antioquia, Santander y Chocó. Desde luego que este Centro de Investigaciones, por ser un órgano no estatal, se reserva revelar sus fuentes de información, para no exponer la seguridad de los denunciantes.

A todas estas, lo que parece estar ocurriendo, es que el paramilitarismo está reducido a su mínima expresión, y ya no cuenta con la notoriedad de otras épocas, cuando se les permitía pronunciar discursos ante el Congreso de la República, y su comandante publicaba libros, concedían entrevistas, y hasta se daban el lujo de visitar la Casa de Nariño.

Finalmente, si usted amable lector(a) que sigue con interés esta nota, considera que lo dicho por J.M. Santos, es algo de “¡No te lo puedo creer!”, se sorprenderá cuando le diga, que no hace mucho otro Presidente sin despeinarse afirmó a los cuatro vientos que: “¡En Colombia no existe un conflicto armado!”. [email protected]