El campo organizacional ha ido experimentando y adaptando una idea que no sólo busca que empresarios sino también profesionales en distintas áreas cumplan el sueño de obtener un espacio de trabajo propio, reduciendo gastos y recursos físicos. Se trata de las oficinas compartidas o Coworking, una palabra de moda en grandes metrópolis que intenta multiplicar los espacios de trabajos dentro de un mismo área, mejorando los componentes de colaboración, creatividad y comunicación con los denominados ‘freelancers’.

La idea surge con el ánimo de disminuir costos dentro del campo laboral, cooperando los valores económicos a nivel general con otras oficinas. Aunque esta práctica es muy común en grandes ciudades, en Colombia y en el Cesar ya se han conocido casos del arriendo de oficinas dentro de una oficina, puntualmente en Valledupar, su capital.

¿Cómo se compone su estructura? Quienes accedan a adquirir este servicio dispondrán de una oficina que deberá ser compartida con las áreas que disponga. Es decir, dentro de un mismo lugar se alquilarán varios espacios donde funcionarán diferentes entidades u negocios propios y familiares.

Los gastos de los servicios serán compartidos entre todos los encargados de las diferentes compañías que allí funcionan y el alquiler del lugar sólo será un valor mínimo a comparación del gasto total del espacio. Así mismo, ya hay coworking u oficinas compartidas que disponen de sala de juntas donde además, cada funcionario podrá citar a un socio o cliente y convocar a una reunión de carácter privado.

Y si se siguen señalando los beneficios que posee el coworking se resaltan las relaciones entre trabajadores, tema que permite reforzar con las experiencias, añadiendo que cada día se logra conocer constantemente términos y funciones nuevas, ajenas a su zona de confort. Así mismo se puede obtener niveles de productividad bastante elevados. Ayuda a trabajar y mejorar el clima laboral y el trato hacía terceros.

Experiencia…

En la capital cesarense existen lugares que se dedican a esta clase de negocios, ofreciendo a clientes, comerciantes e independientes una entrada para comenzar a construir y posicionar su marca. Y de ese modo pasar de un micro a una macro empresa.

Carolina Mendoza, abogada titulada, alquiló un espacio dentro de las llamadas oficinas compartidas, decisión que en ese momento aceptó por la oportunidad de independizarse y ejercer su profesión de manera individual. Una de los consejos principales que ella envía es que la amistad no debe relacionarse con lo estrictamente laboral, y solo crear un matrimonio entre economía y sociedad.

En cuanto al valor de un cubículo, el costo varía depende de la inmobiliaria y edificio donde esté localizado. Manifiesta Mendoza que, generalmente, varia entre los 500 y 600 mil pesos, sin contar la administración y gastos de servicios públicos que, sumándolos, puede alcanzar hasta los 900 mil pesos. Ese es el valor total de la oficina, lo que será dividido entre todos los que allí laboran.

“Se dio la oportunidad de montar una oficina y él la tenía dividida por cubículos, al tenerlos, me arrendó uno. En ese momento éramos seis. Entonces, el arriendo era entre todos”, acotó Carolina, subrayando que, en cuanto al tema económico y de ahorro, este método aminora el consumo.

Términos distintos…

Aunque muchas personas relacionan los términos coworking y oficinas compartidas hacía la misma definición, es cierto que para una cantidad de conocedores y expertos en el tema, estas dos frases deben tener diferencias al momento de ser utilizadas.

La oficina compartida se puede describir como una salida, efectiva, para aquellas personas que desean independizar su negocios reduciendo gastos; reposicionando su trabajo en un campo profesional. Lugares adaptados para que diferentes competitivos se permitan trabajar de manera independiente y compartiendo.

Por otra parte, el coworking encamina sus funciones a generar y fomentar empatía y voluntad por parte de los asociados, genera oportunidad y diferentes actividades complementaras como curso, charlas y talleres. Es conocido por tener un líder que vele por el desarrollo de sus tareas y permita facilitar el trabajo en equipo.

Aunque ambos términos son válidos hay quienes logran aplicar funciones utilizando los dos casos anteriormente mencionados de forma unilateral. Pero, lo que sí bien es cierto es que, ya sean llamadas oficinas compartidas o coworking, han logrado impactar en el mundo comercial y profesional de las personas.

¿Sabías qué…

Se pueden utilizar las traducciones cotrabajo, trabajo cooperativo, trabajo compartido, trabajo en oficina compartida para referirse al coworking. Palabra que fue inventada en el año 1999 por Bernie DeKoven quien ayudado de los últimos sistemas informáticos y de tecnología diseñó una empresa que integraba varias funciones en una sola. Pero no fue hasta el 2005 que se dio a conocer por Brad Neuberg quien al conocer el concepto de Dekoven adoptó el término aplicándola a su empresa personas en San Francisco, Estados Unidos?

Gracias a su aceptación, dos años después se convirtió en una tendencia dentro del buscador más popular del mundo, Google.

Se estima que existen más de 400 mil espacios de oficinas compartidas en todo el mundo y alrededor de 150 mil usuarios utilizando esta idea empresarial. Hay expertos quienes aseguran que, los consumidores de esta opción han mejorado y aumentado hasta en un 71% su creatividad beneficiando su empresa.

Páginas…

En internet se pueden encontrar portales web que ofrecen a los interesados diferentes formas, precios y estructura de las oficinas compartidas las cuales a la fecha pueden llegar de un común y normal cubículo a un espacio visiblemente agradable que, a pesar de no abarcar todo el terreno, cuenta con salones de interacciones para todos los ocupantes del sitio.

Ya sea coworking u oficinas compartidas, es una idea innovadora con buena aceptación.