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Columnista - 30 marzo, 2017

Que no sea peor el remedio que la enfermedad

Las celebraciones no se hicieron esperar, salieron muchos a sacar pecho y asumir como propio el triunfo de la intervención del Estado sobre Electricaribe, como dice el refrán popular, ganando indulgencias con camándulas ajenas. Pero más allá de salir a gritar a los cuatro vientos de quién fue en realidad la verdadera gestión para que […]

Las celebraciones no se hicieron esperar, salieron muchos a sacar pecho y asumir como propio el triunfo de la intervención del Estado sobre Electricaribe, como dice el refrán popular, ganando indulgencias con camándulas ajenas.

Pero más allá de salir a gritar a los cuatro vientos de quién fue en realidad la verdadera gestión para que nos quitaran esa pesadilla de Electricaribe de encima, lo que debemos pensar de manera seria y muy aterrizada es lo que viene ahora.

Por un lado los líos jurídicos que se le presentan al estado Colombiano ante este hecho, la multinacional Gas Natural Fenosa solicitó el inicio de un procedimiento arbitral ante el Tribunal de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional, UNCITRAL, para reclamar nada menos y nada más que la medio bobadita de 1.000 millones de dólares por la liquidación de Electricaribe, se sienten afectados los señores de Fenosa y explican que pedirán ante este tribunal que el estado Colombiano le devuelva Electricaribe “en un marco regulatorio viable”, y más groseros aun, expusieron que los políticos colombianos fueron quienes gestaron entre la comunidad la animadversión contra la empresa y promovieron políticas del no pago y fraude. Habrase visto semejante desfachatez de estos señores. Pero bueno a cada uno le corresponde defender lo suyo y lo de ellos era sin duda desplumar al consumidor.
Por otro lado y ahora si ante el panorama propio, ya derribado Goliat, nos corresponde afrontar la situación real, “y ahora quién podrá defendernos”, seguramente el chapulín estará muy ocupado en el cielo y nos toca a nosotros afrontar la realidad, realidad que no debemos dejar permear por el cáncer que hoy agobia nuestra sociedad. La corrupción, los intereses individuales y el favorecimiento a dedo que impera en nuestro proceso político-económico-social. Que no terminemos después suplicando que vuelva Electricaribe porque se nos convirtió el remedio en un mal peor. A Juan Manuel Campo, amigo inquieto, político de tradición y apellido, quien por su fugaz paso por el Congreso, ojalá vuelva, inició una de las luchas más acérrimas para que se lograra lo que hoy un tumulto de políticos locales y nacionales festejan.

Le asiste al señor Juan Manuel, una responsabilidad inmensa, y es demostrar y velar porque estos procesos de selección y asignación de una nueva empresa sea totalmente transparente, alejados de la corrupción y de esos intereses mezquinos que al final terminen favoreciendo a unos pocos y fregando como siempre al pueblo.

Es un llamado que le hace el pueblo, yo encabezo esta solicitud, de ser necesario, conformar un frente común y unirnos a la voz del señor contralor Edgardo Maya y que además como usted lo dijera, que la Procuraduría de igual forma intervenga y los organismos fiscales estén muy atentos porque al final esto toma matices penales. No podemos dejar a la deriva un barco que si bien se mantuvo y no naufragó en torrentes de corruptos, no puede ahora en aguas mansas zozobrar. Sólo Eso.

Columnista
30 marzo, 2017

Que no sea peor el remedio que la enfermedad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Eduardo S. Ortega Vergara

Las celebraciones no se hicieron esperar, salieron muchos a sacar pecho y asumir como propio el triunfo de la intervención del Estado sobre Electricaribe, como dice el refrán popular, ganando indulgencias con camándulas ajenas. Pero más allá de salir a gritar a los cuatro vientos de quién fue en realidad la verdadera gestión para que […]


Las celebraciones no se hicieron esperar, salieron muchos a sacar pecho y asumir como propio el triunfo de la intervención del Estado sobre Electricaribe, como dice el refrán popular, ganando indulgencias con camándulas ajenas.

Pero más allá de salir a gritar a los cuatro vientos de quién fue en realidad la verdadera gestión para que nos quitaran esa pesadilla de Electricaribe de encima, lo que debemos pensar de manera seria y muy aterrizada es lo que viene ahora.

Por un lado los líos jurídicos que se le presentan al estado Colombiano ante este hecho, la multinacional Gas Natural Fenosa solicitó el inicio de un procedimiento arbitral ante el Tribunal de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional, UNCITRAL, para reclamar nada menos y nada más que la medio bobadita de 1.000 millones de dólares por la liquidación de Electricaribe, se sienten afectados los señores de Fenosa y explican que pedirán ante este tribunal que el estado Colombiano le devuelva Electricaribe “en un marco regulatorio viable”, y más groseros aun, expusieron que los políticos colombianos fueron quienes gestaron entre la comunidad la animadversión contra la empresa y promovieron políticas del no pago y fraude. Habrase visto semejante desfachatez de estos señores. Pero bueno a cada uno le corresponde defender lo suyo y lo de ellos era sin duda desplumar al consumidor.
Por otro lado y ahora si ante el panorama propio, ya derribado Goliat, nos corresponde afrontar la situación real, “y ahora quién podrá defendernos”, seguramente el chapulín estará muy ocupado en el cielo y nos toca a nosotros afrontar la realidad, realidad que no debemos dejar permear por el cáncer que hoy agobia nuestra sociedad. La corrupción, los intereses individuales y el favorecimiento a dedo que impera en nuestro proceso político-económico-social. Que no terminemos después suplicando que vuelva Electricaribe porque se nos convirtió el remedio en un mal peor. A Juan Manuel Campo, amigo inquieto, político de tradición y apellido, quien por su fugaz paso por el Congreso, ojalá vuelva, inició una de las luchas más acérrimas para que se lograra lo que hoy un tumulto de políticos locales y nacionales festejan.

Le asiste al señor Juan Manuel, una responsabilidad inmensa, y es demostrar y velar porque estos procesos de selección y asignación de una nueva empresa sea totalmente transparente, alejados de la corrupción y de esos intereses mezquinos que al final terminen favoreciendo a unos pocos y fregando como siempre al pueblo.

Es un llamado que le hace el pueblo, yo encabezo esta solicitud, de ser necesario, conformar un frente común y unirnos a la voz del señor contralor Edgardo Maya y que además como usted lo dijera, que la Procuraduría de igual forma intervenga y los organismos fiscales estén muy atentos porque al final esto toma matices penales. No podemos dejar a la deriva un barco que si bien se mantuvo y no naufragó en torrentes de corruptos, no puede ahora en aguas mansas zozobrar. Sólo Eso.