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Columnista - 7 septiembre, 2017

No, no, por favor

Nos invade una gran preocupación por las informaciones recibidas en estos últimos dos meses en lo que hace referencia a la promoción o reactivación del cultivo del algodón, para ello están haciendo causa común los alcaldes de Codazzi, San Diego, Becerril y Aguachica, quienes se han reunido con el señor Gobernador, cultivadores y asistentes técnicos […]

Nos invade una gran preocupación por las informaciones recibidas en estos últimos dos meses en lo que hace referencia a la promoción o reactivación del cultivo del algodón, para ello están haciendo causa común los alcaldes de Codazzi, San Diego, Becerril y Aguachica, quienes se han reunido con el señor Gobernador, cultivadores y asistentes técnicos para incentivar este propósito.

Ante el anterior plan de estrategia para desarrollar este tipo de agricultura, no podemos hacer otra cosa que preocuparnos por las desacertadas explotaciones agropecuarias contaminantes, advirtiendo y poniendo de presente lo que parece olvidado, sobre la historia y antecedentes que rodearon este deletéreo cultivo destructor de flora, fauna, envenenador de fuentes hídricas, aire, es decir, medioambiente en general.

Debemos reflexionar con mesura y hacer un análisis profundo sobre esta descabellada idea de la reactivación del mencionado cultivo, en donde no puede anteponerse el interés económico ante el ecológico como sucedió en épocas pretéritas, ahora las cosas son diferentes, ya que tenemos claro los daños que ocasionamos y que como consecuencia de ello los estamos padeciendo ahora, con suelos sumamente erosionado o esterilizados, insecticidas sepultados, bosques destruidos, problemas económicos y sociales latentes y presencia de insecticidas, fungicidas y herbicidas que son de carácter sistémico y residuales que aún hicieron y hacen profunda incidencia en la salud, especialmente con los problemas cancerígenos.

Con esta reflexión simplemente anotamos, sugerimos pero de ninguna manera imponemos, ya que no somos los encargados de decidir sobre esta delicada situación; por favor no actuamos a las carreras.

Pensamos que no está demás, recomendar que en el mundo hoy por nuestras actuaciones y reflexiva del pasado se está entrando por la agricultura orgánica. ¿Será que podemos desarrollar cultivos de algodón en condiciones orgánicas? Si esto es así adelante.

En tal sentido se está propiciando como política ambiental internacional la Agenda 21 aprobada en la conferencia de Naciones Unidas sobre el Medioambiente y desarrollo en 1992, que contiene tres programas estrechamente relacionados a saber: Agricultura y Desarrollo Rural Sostenible, Conservación de la Diversidad Biológica y Gestión de la Biotecnología. Los tres programas tienen un propósito común, cual es de conservar la diversidad ecosistemita y propiciar el mejoramiento de la calidad de vida de la población. Es bueno aclarar que el logro de modalidades sostenible de agricultura y desarrollo rural exige reajustes radicales en las políticas agrícolas, ecológicas y económicas tanto locales, nacionales y obviamente internacionales. En este esfuerzo se hace necesaria la participación de las poblaciones rurales, los gobiernos regionales, nacionales, sector privado y la comunidad internacional.

Todo viene porque nos dimos cuenta que el crecimiento de la población mundial en los últimos 20 años en más de 500 millones y la degradación de las tierras debido al modelo de desarrollo ambientalmente insostenible exigió la reacción de muchos agricultores en el mundo que observaron que la agricultura orgánica era la alternativa real para mejorar la calidad de productos alimenticios y conservar los recursos de las tierras y del agua. ¿Será que no tienen otra idea? Si es así, ¡uy qué horror!
*Especializado en Gestión Ambiental.

Por Hernán Maestre Martínez

Columnista
7 septiembre, 2017

No, no, por favor

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

Nos invade una gran preocupación por las informaciones recibidas en estos últimos dos meses en lo que hace referencia a la promoción o reactivación del cultivo del algodón, para ello están haciendo causa común los alcaldes de Codazzi, San Diego, Becerril y Aguachica, quienes se han reunido con el señor Gobernador, cultivadores y asistentes técnicos […]


Nos invade una gran preocupación por las informaciones recibidas en estos últimos dos meses en lo que hace referencia a la promoción o reactivación del cultivo del algodón, para ello están haciendo causa común los alcaldes de Codazzi, San Diego, Becerril y Aguachica, quienes se han reunido con el señor Gobernador, cultivadores y asistentes técnicos para incentivar este propósito.

Ante el anterior plan de estrategia para desarrollar este tipo de agricultura, no podemos hacer otra cosa que preocuparnos por las desacertadas explotaciones agropecuarias contaminantes, advirtiendo y poniendo de presente lo que parece olvidado, sobre la historia y antecedentes que rodearon este deletéreo cultivo destructor de flora, fauna, envenenador de fuentes hídricas, aire, es decir, medioambiente en general.

Debemos reflexionar con mesura y hacer un análisis profundo sobre esta descabellada idea de la reactivación del mencionado cultivo, en donde no puede anteponerse el interés económico ante el ecológico como sucedió en épocas pretéritas, ahora las cosas son diferentes, ya que tenemos claro los daños que ocasionamos y que como consecuencia de ello los estamos padeciendo ahora, con suelos sumamente erosionado o esterilizados, insecticidas sepultados, bosques destruidos, problemas económicos y sociales latentes y presencia de insecticidas, fungicidas y herbicidas que son de carácter sistémico y residuales que aún hicieron y hacen profunda incidencia en la salud, especialmente con los problemas cancerígenos.

Con esta reflexión simplemente anotamos, sugerimos pero de ninguna manera imponemos, ya que no somos los encargados de decidir sobre esta delicada situación; por favor no actuamos a las carreras.

Pensamos que no está demás, recomendar que en el mundo hoy por nuestras actuaciones y reflexiva del pasado se está entrando por la agricultura orgánica. ¿Será que podemos desarrollar cultivos de algodón en condiciones orgánicas? Si esto es así adelante.

En tal sentido se está propiciando como política ambiental internacional la Agenda 21 aprobada en la conferencia de Naciones Unidas sobre el Medioambiente y desarrollo en 1992, que contiene tres programas estrechamente relacionados a saber: Agricultura y Desarrollo Rural Sostenible, Conservación de la Diversidad Biológica y Gestión de la Biotecnología. Los tres programas tienen un propósito común, cual es de conservar la diversidad ecosistemita y propiciar el mejoramiento de la calidad de vida de la población. Es bueno aclarar que el logro de modalidades sostenible de agricultura y desarrollo rural exige reajustes radicales en las políticas agrícolas, ecológicas y económicas tanto locales, nacionales y obviamente internacionales. En este esfuerzo se hace necesaria la participación de las poblaciones rurales, los gobiernos regionales, nacionales, sector privado y la comunidad internacional.

Todo viene porque nos dimos cuenta que el crecimiento de la población mundial en los últimos 20 años en más de 500 millones y la degradación de las tierras debido al modelo de desarrollo ambientalmente insostenible exigió la reacción de muchos agricultores en el mundo que observaron que la agricultura orgánica era la alternativa real para mejorar la calidad de productos alimenticios y conservar los recursos de las tierras y del agua. ¿Será que no tienen otra idea? Si es así, ¡uy qué horror!
*Especializado en Gestión Ambiental.

Por Hernán Maestre Martínez