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Columnista - 2 febrero, 2017

Los contrastes de La Guajira

Para esta columna nos parece precisó empezar invocando a la patrona de Riohacha y de la mayoría de los guajiros, la vieja Mello (Virgen de los Remedios) para que mire con misericordia y piedad a los habitantes del departamento de La Guajira frente a esta deprimente situación en que se encuentran. No creemos equivocarnos que […]

Para esta columna nos parece precisó empezar invocando a la patrona de Riohacha y de la mayoría de los guajiros, la vieja Mello (Virgen de los Remedios) para que mire con misericordia y piedad a los habitantes del departamento de La Guajira frente a esta deprimente situación en que se encuentran.

No creemos equivocarnos que el departamento de La Guajira como ningún otro departamento colombiano se debate en un agudo contraste económico y social, debido a la rampante corrupción que se ha enseñoreado allí. Encontramos aquí inmensas riquezas naturales, como carbón, sal y gas, entre otras, aun así, en su marco geográfico se acumulan muestras impresionantes de un atraso secular, especialmente con carencias de servicios públicos elementales. Esta situación paradójica y deplorable entorpece su normal desarrollo, y claro, los tropiezos que viven obedecen indudablemente a lo que tanto se ha enseñoreado en nuestro país, la corrupción.

Para ello hay que hacer una catarsis a muchos de sus dirigentes cívicos y políticos así como a las administraciones públicas. El pueblo guajiro debe despertar para superar los tantos tropiezos que atraviesa esa porción de tierra privilegiada por la naturaleza, pero también el poder central debe dejar atrás su incomprensión tradicional y darle un tratamiento adecuado a este departamento que tantos dividendos (regalías) le produce al estado colombiano.

Ya dijimos que La Guajira tiene unos pésimos servicios públicos que conspiran contra las posibilidades de despegue económico y social, lo cual cobra fuerza irrebatible ya que sin buena electrificación, no solo eficiente sino barata, sin servicios de acueducto y alcantarillados aceptables, difícilmente La Guajira entrará en la era del desarrollo en que pugnan los demás departamentos por abrirse paso hacia el progreso industrial y comercial del país.

Ni siquiera pudiera esperarse el milagro de una agricultura abundante y agua potable para muchos municipios que otrora fueron sus esperanzas con la construcción de la presa llamada El Cercado, ubicada el municipio de Distracción, la cual tiene una capacidad para albergar 198 millones de metros cúbico. Hoy por hoy, podemos decir que está embolatado el funcionamiento de esta obra dizque con el propósito de que el Gobierno Central le hará dos estudios más para actualizar los diseños y su uso. Así las cosas, está en veremos el distrito de riego y agua potable del rio Ranchería donde se han invertido más de 400 mil millones de pesos. Aquí cabe preguntar ¿Dónde está su clase diligente, los parlamentarios y demás, de este rico pero pobre departamento, con índices de pobreza (NBI) en el primer lugar de Colombia?

Debe salir a relucir la voluntad y la constancia de los encargados de la toma de decisiones en nuestro departamento para poder alcanzar algunas metas del merecido desarrollo a que tiene derecho, nunca es tarde para salir de la enmarañada desidia ni tampoco quedarnos en los lamentos de haber recibido tantos millones que llegaron a sus arcas y se dilapidaron, en vez de haber cumplido por lo menos con el deber elemental de darle agua potable a este sediento pueblo guajiro.

Señores parlamentarios y dirigentes guajiros, ya La Guajira ha esperado mucho para lograr los dineros que apuntan para la terminación y el funcionamiento del Distrito de Riego, que sería la redención de su territorio, con esta obra se inmortalizarían ustedes, en el entendido que este llevaría agua a San Juan del Cesar, Distracción, Fonseca, Barrancas y Hato Nuevo, entre otros.

No se nos olvide que esta obra viene desde el 2006 y habilitaría un área de 18.536 hectáreas para la siembra de productos agropecuarios, o sea, que habría comida para sus habitantes y así combatir el hambre que tanto asedia a la población guajira lo mismo que la falta de agua potable.

Nota: Que la vieja Mello meta su mano para que a La Guajira le llegue un aire de redención.

Columnista
2 febrero, 2017

Los contrastes de La Guajira

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

Para esta columna nos parece precisó empezar invocando a la patrona de Riohacha y de la mayoría de los guajiros, la vieja Mello (Virgen de los Remedios) para que mire con misericordia y piedad a los habitantes del departamento de La Guajira frente a esta deprimente situación en que se encuentran. No creemos equivocarnos que […]


Para esta columna nos parece precisó empezar invocando a la patrona de Riohacha y de la mayoría de los guajiros, la vieja Mello (Virgen de los Remedios) para que mire con misericordia y piedad a los habitantes del departamento de La Guajira frente a esta deprimente situación en que se encuentran.

No creemos equivocarnos que el departamento de La Guajira como ningún otro departamento colombiano se debate en un agudo contraste económico y social, debido a la rampante corrupción que se ha enseñoreado allí. Encontramos aquí inmensas riquezas naturales, como carbón, sal y gas, entre otras, aun así, en su marco geográfico se acumulan muestras impresionantes de un atraso secular, especialmente con carencias de servicios públicos elementales. Esta situación paradójica y deplorable entorpece su normal desarrollo, y claro, los tropiezos que viven obedecen indudablemente a lo que tanto se ha enseñoreado en nuestro país, la corrupción.

Para ello hay que hacer una catarsis a muchos de sus dirigentes cívicos y políticos así como a las administraciones públicas. El pueblo guajiro debe despertar para superar los tantos tropiezos que atraviesa esa porción de tierra privilegiada por la naturaleza, pero también el poder central debe dejar atrás su incomprensión tradicional y darle un tratamiento adecuado a este departamento que tantos dividendos (regalías) le produce al estado colombiano.

Ya dijimos que La Guajira tiene unos pésimos servicios públicos que conspiran contra las posibilidades de despegue económico y social, lo cual cobra fuerza irrebatible ya que sin buena electrificación, no solo eficiente sino barata, sin servicios de acueducto y alcantarillados aceptables, difícilmente La Guajira entrará en la era del desarrollo en que pugnan los demás departamentos por abrirse paso hacia el progreso industrial y comercial del país.

Ni siquiera pudiera esperarse el milagro de una agricultura abundante y agua potable para muchos municipios que otrora fueron sus esperanzas con la construcción de la presa llamada El Cercado, ubicada el municipio de Distracción, la cual tiene una capacidad para albergar 198 millones de metros cúbico. Hoy por hoy, podemos decir que está embolatado el funcionamiento de esta obra dizque con el propósito de que el Gobierno Central le hará dos estudios más para actualizar los diseños y su uso. Así las cosas, está en veremos el distrito de riego y agua potable del rio Ranchería donde se han invertido más de 400 mil millones de pesos. Aquí cabe preguntar ¿Dónde está su clase diligente, los parlamentarios y demás, de este rico pero pobre departamento, con índices de pobreza (NBI) en el primer lugar de Colombia?

Debe salir a relucir la voluntad y la constancia de los encargados de la toma de decisiones en nuestro departamento para poder alcanzar algunas metas del merecido desarrollo a que tiene derecho, nunca es tarde para salir de la enmarañada desidia ni tampoco quedarnos en los lamentos de haber recibido tantos millones que llegaron a sus arcas y se dilapidaron, en vez de haber cumplido por lo menos con el deber elemental de darle agua potable a este sediento pueblo guajiro.

Señores parlamentarios y dirigentes guajiros, ya La Guajira ha esperado mucho para lograr los dineros que apuntan para la terminación y el funcionamiento del Distrito de Riego, que sería la redención de su territorio, con esta obra se inmortalizarían ustedes, en el entendido que este llevaría agua a San Juan del Cesar, Distracción, Fonseca, Barrancas y Hato Nuevo, entre otros.

No se nos olvide que esta obra viene desde el 2006 y habilitaría un área de 18.536 hectáreas para la siembra de productos agropecuarios, o sea, que habría comida para sus habitantes y así combatir el hambre que tanto asedia a la población guajira lo mismo que la falta de agua potable.

Nota: Que la vieja Mello meta su mano para que a La Guajira le llegue un aire de redención.