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Columnista - 13 septiembre, 2016

¡Lo que se ve, no se pregunta!

Al conocerse la decisión del Presidente de incluir a Gina Parody, actual Ministra de Educación, como parte del equipo que lidera la campaña por el SÍ para el próximo Plebiscito del 2 de octubre, algunas voces disociadoras intentaron tomarse las redes con comentarios, que por lo absurdo de los mismos, no lograron el eco pretendido. […]

Al conocerse la decisión del Presidente de incluir a Gina Parody, actual Ministra de Educación, como parte del equipo que lidera la campaña por el SÍ para el próximo Plebiscito del 2 de octubre, algunas voces disociadoras intentaron tomarse las redes con comentarios, que por lo absurdo de los mismos, no lograron el eco pretendido. La Ministra, que se encuentra en licencia no remunerada desde entonces, se enfrenta ahora al desafío de conseguir los más de 4,5 millones de votos que la iniciativa requiere para alcanzar el Umbral Aprobatorio, de conformidad con lo señalado por la Corte Constitucional en su Sentencia C-379/16.

Los infértiles comentarios en las redes pretendían resucitar los recientes ataques recibidos por la Ministra durante el episodio de las cartillas, escándalo que trascendió la esfera de lo público para convertirse en una afronta personal llena de improperios sobre la condición sexual de Parody. El debate no sólo reflejó la forma en que seguimos abordando el tema LGBTI, sino que terminó resaltando el talante de la funcionaria, en un país donde casi nadie logra ser coherente: Gina demostró que es consecuente con aquello que predica, y dejó clara la diferencia entre la política y la politiquería; que, como en el adagio popular, es mejor un instante colorado y no toda una vida descolorido (así lo ha evidenciado también al denunciar con nombres propios a quienes han hecho en nuestra región del Programa de Alimentación Escolar –PAE- un festín de corruptelas). Gústenos o no, Gina es sinónimo de un nuevo país, tolerante e incluyente.

La respuesta al porqué debe ser Gina quien lidere desde el Gobierno la campaña por el SÍ, se hace entonces evidente. Un papel similar ya lo había desempeñado durante el proceso reeleccionista del Presidente Santos, cuando se separó del Sena para unirse a la campaña, regresando al Gobierno después de la victoria, pero ahora en calidad de Ministra. En palabras del recientemente desaparecido Divo de Juárez “lo que se ve, no se pregunta”, y a Parody la preceden sus resultados. Ha iniciado una campaña dando ejemplo de entereza y sin caer en los extremismos de quienes hoy apoyan tanto el SÍ como el NO, confirmando la línea que ya había mostrado en su paso por el Congreso.

Fue precisamente después de las Pruebas PISA de 2012 y 2014, que ubicaron en ambas oportunidades a Colombia en el último lugar entre todos los participantes de la evaluación internacional organizada por la OCDE, que el Presidente le encomendó a Gina el reto de convertir a Colombia en “la más educada”. La que se traduciría en la política de educación más ambiciosa del país en mucho tiempo, busca llevarnos para el año 2025 al primer lugar en las pruebas, entre los países de América Latina. Esperaremos entonces ansiosos el regreso de la Ministra, después del Plebiscito, para ver qué tan pilos vamos.
*LL.M. (Heidelberg)

 

Por Carlos Iván Castro Sabbagh

 

 

Columnista
13 septiembre, 2016

¡Lo que se ve, no se pregunta!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.

Al conocerse la decisión del Presidente de incluir a Gina Parody, actual Ministra de Educación, como parte del equipo que lidera la campaña por el SÍ para el próximo Plebiscito del 2 de octubre, algunas voces disociadoras intentaron tomarse las redes con comentarios, que por lo absurdo de los mismos, no lograron el eco pretendido. […]


Al conocerse la decisión del Presidente de incluir a Gina Parody, actual Ministra de Educación, como parte del equipo que lidera la campaña por el SÍ para el próximo Plebiscito del 2 de octubre, algunas voces disociadoras intentaron tomarse las redes con comentarios, que por lo absurdo de los mismos, no lograron el eco pretendido. La Ministra, que se encuentra en licencia no remunerada desde entonces, se enfrenta ahora al desafío de conseguir los más de 4,5 millones de votos que la iniciativa requiere para alcanzar el Umbral Aprobatorio, de conformidad con lo señalado por la Corte Constitucional en su Sentencia C-379/16.

Los infértiles comentarios en las redes pretendían resucitar los recientes ataques recibidos por la Ministra durante el episodio de las cartillas, escándalo que trascendió la esfera de lo público para convertirse en una afronta personal llena de improperios sobre la condición sexual de Parody. El debate no sólo reflejó la forma en que seguimos abordando el tema LGBTI, sino que terminó resaltando el talante de la funcionaria, en un país donde casi nadie logra ser coherente: Gina demostró que es consecuente con aquello que predica, y dejó clara la diferencia entre la política y la politiquería; que, como en el adagio popular, es mejor un instante colorado y no toda una vida descolorido (así lo ha evidenciado también al denunciar con nombres propios a quienes han hecho en nuestra región del Programa de Alimentación Escolar –PAE- un festín de corruptelas). Gústenos o no, Gina es sinónimo de un nuevo país, tolerante e incluyente.

La respuesta al porqué debe ser Gina quien lidere desde el Gobierno la campaña por el SÍ, se hace entonces evidente. Un papel similar ya lo había desempeñado durante el proceso reeleccionista del Presidente Santos, cuando se separó del Sena para unirse a la campaña, regresando al Gobierno después de la victoria, pero ahora en calidad de Ministra. En palabras del recientemente desaparecido Divo de Juárez “lo que se ve, no se pregunta”, y a Parody la preceden sus resultados. Ha iniciado una campaña dando ejemplo de entereza y sin caer en los extremismos de quienes hoy apoyan tanto el SÍ como el NO, confirmando la línea que ya había mostrado en su paso por el Congreso.

Fue precisamente después de las Pruebas PISA de 2012 y 2014, que ubicaron en ambas oportunidades a Colombia en el último lugar entre todos los participantes de la evaluación internacional organizada por la OCDE, que el Presidente le encomendó a Gina el reto de convertir a Colombia en “la más educada”. La que se traduciría en la política de educación más ambiciosa del país en mucho tiempo, busca llevarnos para el año 2025 al primer lugar en las pruebas, entre los países de América Latina. Esperaremos entonces ansiosos el regreso de la Ministra, después del Plebiscito, para ver qué tan pilos vamos.
*LL.M. (Heidelberg)

 

Por Carlos Iván Castro Sabbagh