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Editorial - 7 julio, 2017

Le llegó la hora a Chimichagua

“Me contaron los abuelos que hace tiempo, navegaba en el Cesar una piragua que partía de El Banco, viejo puerto, a las playas de amor a Chimichagua”. Esta estrofa de la canción ‘ La piragua’, del compositor José Barros, encaja perfectamente para reactivar las playas de la ciénaga de Zapatosa en el municipio de Chimichagua, […]

“Me contaron los abuelos que hace tiempo, navegaba en el Cesar una piragua que partía de El Banco, viejo puerto, a las playas de amor a Chimichagua”. Esta estrofa de la canción ‘ La piragua’, del compositor José Barros, encaja perfectamente para reactivar las playas de la ciénaga de Zapatosa en el municipio de Chimichagua, rodeado por el extenso espejo de agua dulce que ocupa 40 mil hectáreas.

La visita que hizo el presidente Juan Manuel Santos a esta población cesarense el pasado miércoles, para inaugurar el muelle y el mirador turístico, es un espaldarazo para que los líderes y gobernantes cesarenses hagan realidad el proyecto ecoturístico que han planteado en esta región del Cesar.

Esta obra que tuvo un valor de 9.000 millones de pesos, debe convertirse pronto en un destino turístico de Colombia, que aparezca en los motores de búsqueda digitales como lo hace el parque Tayrona en el Magdalena o el cañón de Chicamocha en Santander.

Los habitantes de Chimichagua y de los pueblos cercanos tienen una ventaja productiva con esta obra que apenas comienza a proyectarse y sus gobernantes no pueden ser inferiores a tal reto. La alcaldesa Martiza Pérez tiene en sus manos que la puesta en marcha del turismo como opción de vida para su comunidad, sea una realidad pronto.

Tiene a su favor el compromiso del presidente Santos que le dijo en su propia tierra, que seguirán los esfuerzos de su Gobierno por preservar el medio ambiente y la protección de los ecosistemas como la Ciénaga de Zapatosa. “Esta bellísima ciénaga es el espejo de agua dulce más grande de América Latina. Es también un tesoro para los colombianos, los cesarenses, porque además es un sitio muy rico en biodiversidad”.

Esta significativa obra en Chimichagua es el inicio de un nuevo camino, el del turismo. Le llegó la hora a Chimichagua de cambiar de tercio para dedicarse a explotar productivamente el turismo. Los visitantes y turistas necesitarán hospedajes, alimentación, transporte, servicios de guía cultural, musical. La riqueza cultural de esta comunidad es interesante y es hora de que la muestren al resto del mundo.

Proyectar a Chimichagua como destino turístico debe ser la apuesta. El gobierno departamental ya hizo su aporte con la construcción de esta obra y seguramente seguirá apoyando a la población. Los chimichagueros deben organizarse y comenzar ya, tienen un muelle de 150 metros, más 300 metros de pavimento lineal. Las condiciones están dadas.

 

Editorial
7 julio, 2017

Le llegó la hora a Chimichagua

“Me contaron los abuelos que hace tiempo, navegaba en el Cesar una piragua que partía de El Banco, viejo puerto, a las playas de amor a Chimichagua”. Esta estrofa de la canción ‘ La piragua’, del compositor José Barros, encaja perfectamente para reactivar las playas de la ciénaga de Zapatosa en el municipio de Chimichagua, […]


“Me contaron los abuelos que hace tiempo, navegaba en el Cesar una piragua que partía de El Banco, viejo puerto, a las playas de amor a Chimichagua”. Esta estrofa de la canción ‘ La piragua’, del compositor José Barros, encaja perfectamente para reactivar las playas de la ciénaga de Zapatosa en el municipio de Chimichagua, rodeado por el extenso espejo de agua dulce que ocupa 40 mil hectáreas.

La visita que hizo el presidente Juan Manuel Santos a esta población cesarense el pasado miércoles, para inaugurar el muelle y el mirador turístico, es un espaldarazo para que los líderes y gobernantes cesarenses hagan realidad el proyecto ecoturístico que han planteado en esta región del Cesar.

Esta obra que tuvo un valor de 9.000 millones de pesos, debe convertirse pronto en un destino turístico de Colombia, que aparezca en los motores de búsqueda digitales como lo hace el parque Tayrona en el Magdalena o el cañón de Chicamocha en Santander.

Los habitantes de Chimichagua y de los pueblos cercanos tienen una ventaja productiva con esta obra que apenas comienza a proyectarse y sus gobernantes no pueden ser inferiores a tal reto. La alcaldesa Martiza Pérez tiene en sus manos que la puesta en marcha del turismo como opción de vida para su comunidad, sea una realidad pronto.

Tiene a su favor el compromiso del presidente Santos que le dijo en su propia tierra, que seguirán los esfuerzos de su Gobierno por preservar el medio ambiente y la protección de los ecosistemas como la Ciénaga de Zapatosa. “Esta bellísima ciénaga es el espejo de agua dulce más grande de América Latina. Es también un tesoro para los colombianos, los cesarenses, porque además es un sitio muy rico en biodiversidad”.

Esta significativa obra en Chimichagua es el inicio de un nuevo camino, el del turismo. Le llegó la hora a Chimichagua de cambiar de tercio para dedicarse a explotar productivamente el turismo. Los visitantes y turistas necesitarán hospedajes, alimentación, transporte, servicios de guía cultural, musical. La riqueza cultural de esta comunidad es interesante y es hora de que la muestren al resto del mundo.

Proyectar a Chimichagua como destino turístico debe ser la apuesta. El gobierno departamental ya hizo su aporte con la construcción de esta obra y seguramente seguirá apoyando a la población. Los chimichagueros deben organizarse y comenzar ya, tienen un muelle de 150 metros, más 300 metros de pavimento lineal. Las condiciones están dadas.