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Columnista - 15 junio, 2018

Las incoherencias de Silvestre

Como tal vez se dieron cuenta, me tomé un tiempo para escuchar con calma y detenimiento el reciente trabajo musical de Silvestre Dangond, titulado ‘Esto es vida’. Luego de un análisis serio y sin apasionamientos, me atrevo a emitir un concepto que estoy seguro le va a disgustar a muchos, pero qué hacemos cuando nuestra […]

Como tal vez se dieron cuenta, me tomé un tiempo para escuchar con calma y detenimiento el reciente trabajo musical de Silvestre Dangond, titulado ‘Esto es vida’. Luego de un análisis serio y sin apasionamientos, me atrevo a emitir un concepto que estoy seguro le va a disgustar a muchos, pero qué hacemos cuando nuestra música se presta para eso, y mucho más. Como ya dije en un colofón anterior, este álbum de Silvestre trae de todo como en botica.

Les recuerdo que he sido un escudero de Silvestre Dangond, y que he apoyado casi todas sus decisiones, incluida la de alejarse del vallenato tradicional y cantar otros géneros, como lo hizo recientemente, y sigo pensando que es el mejor artista que tenemos en nuestro medio, pero ello no implica que cuando haya que decirle la verdad, el fanatismo nos lo impida.

Un año antes de salir este trabajo, Silvestre nos había anunciado con bombos y platillos que haría un álbum ciento por ciento de auténtico vallenato, y aunque nadie le estaba pidiendo eso, él solito tomó la decisión y lo anunció por muchos medios; pero no cumplió ni en un cincuenta por ciento lo prometido, y se pueden contar con los dedos de una mano, y sobran dedos, las canciones que clasifican dentro de los cánones de auténtico vallenato en el álbum ‘Esto es vida’.

Un artista como Silvestre Dangond no debe andar por ahí prometiendo lo que no puede cumplir. En ‘Esto es vida’ se incluyó salsa, reguetón, vallenato nueva ola, vallenato romántico y unos cuantos con visos de autenticidad. Mejor dicho, aquí se le dio gusto a la galería.

La incoherencia más grande que tiene este trabajo musical consiste en las letras de algunas canciones, como la de Iván Ovalle, titulada ‘Quiérela o vete’, la cual reivindica a la mujer y da el primer paso para diferenciarnos de otros géneros musicales, y que dice:

“Así te sientas traicionado y sin valor/así tus lágrimas desborden hasta el mar/así tu sangre pinte todo de color/no puede ser tan inferior de maltratar /a ese ser que te hizo dios con tanto amor/ con sus virtudes y defectos/ y aunque nadie te acompañe en tu dolor/ahí está Dios en lamento/ no me pregunte si es en vano aguantar/que siempre diré lo correcto. Vete si las va a ofender/vete si la vas a engañar/vete si no vas a entender/ como es una mujer”.

No se entiende como un artista que graba una canción con una letra como esa, en el mismo trabajo graba otra que dice: “Así que dale, dale, dale que hoy somos animales/ esto no hay quien lo pare/ apaga los celulares/ y no quiero perder el tiempo/ aprovechemos el momento, haciéndolo, hagámoslo”.

Una de las asignaturas pendientes que tiene nuestra música es diferenciarnos con nuestras letras de los géneros modernos que criticamos.

COLOFÓN: El domingo 17 de junio por nada del mundo dejemos de cumplir con el sagrado deber de elegir un buen Presidente para nuestra querida República.

Columnista
15 junio, 2018

Las incoherencias de Silvestre

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

Como tal vez se dieron cuenta, me tomé un tiempo para escuchar con calma y detenimiento el reciente trabajo musical de Silvestre Dangond, titulado ‘Esto es vida’. Luego de un análisis serio y sin apasionamientos, me atrevo a emitir un concepto que estoy seguro le va a disgustar a muchos, pero qué hacemos cuando nuestra […]


Como tal vez se dieron cuenta, me tomé un tiempo para escuchar con calma y detenimiento el reciente trabajo musical de Silvestre Dangond, titulado ‘Esto es vida’. Luego de un análisis serio y sin apasionamientos, me atrevo a emitir un concepto que estoy seguro le va a disgustar a muchos, pero qué hacemos cuando nuestra música se presta para eso, y mucho más. Como ya dije en un colofón anterior, este álbum de Silvestre trae de todo como en botica.

Les recuerdo que he sido un escudero de Silvestre Dangond, y que he apoyado casi todas sus decisiones, incluida la de alejarse del vallenato tradicional y cantar otros géneros, como lo hizo recientemente, y sigo pensando que es el mejor artista que tenemos en nuestro medio, pero ello no implica que cuando haya que decirle la verdad, el fanatismo nos lo impida.

Un año antes de salir este trabajo, Silvestre nos había anunciado con bombos y platillos que haría un álbum ciento por ciento de auténtico vallenato, y aunque nadie le estaba pidiendo eso, él solito tomó la decisión y lo anunció por muchos medios; pero no cumplió ni en un cincuenta por ciento lo prometido, y se pueden contar con los dedos de una mano, y sobran dedos, las canciones que clasifican dentro de los cánones de auténtico vallenato en el álbum ‘Esto es vida’.

Un artista como Silvestre Dangond no debe andar por ahí prometiendo lo que no puede cumplir. En ‘Esto es vida’ se incluyó salsa, reguetón, vallenato nueva ola, vallenato romántico y unos cuantos con visos de autenticidad. Mejor dicho, aquí se le dio gusto a la galería.

La incoherencia más grande que tiene este trabajo musical consiste en las letras de algunas canciones, como la de Iván Ovalle, titulada ‘Quiérela o vete’, la cual reivindica a la mujer y da el primer paso para diferenciarnos de otros géneros musicales, y que dice:

“Así te sientas traicionado y sin valor/así tus lágrimas desborden hasta el mar/así tu sangre pinte todo de color/no puede ser tan inferior de maltratar /a ese ser que te hizo dios con tanto amor/ con sus virtudes y defectos/ y aunque nadie te acompañe en tu dolor/ahí está Dios en lamento/ no me pregunte si es en vano aguantar/que siempre diré lo correcto. Vete si las va a ofender/vete si la vas a engañar/vete si no vas a entender/ como es una mujer”.

No se entiende como un artista que graba una canción con una letra como esa, en el mismo trabajo graba otra que dice: “Así que dale, dale, dale que hoy somos animales/ esto no hay quien lo pare/ apaga los celulares/ y no quiero perder el tiempo/ aprovechemos el momento, haciéndolo, hagámoslo”.

Una de las asignaturas pendientes que tiene nuestra música es diferenciarnos con nuestras letras de los géneros modernos que criticamos.

COLOFÓN: El domingo 17 de junio por nada del mundo dejemos de cumplir con el sagrado deber de elegir un buen Presidente para nuestra querida República.