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Editorial - 4 enero, 2017

Las cuentas de año nuevo en Emdupar

La caja de la empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar, no cuadra; los ingresos, egresos e inversiones presupuestados no proyectan dividendos, que por lo menos deberían verse reflejados en la satisfacción de los usuarios con el servicio prestado. La intermitencia en el suministro de agua y manjoles rebosados son el reflejo de cómo la […]

La caja de la empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar, no cuadra; los ingresos, egresos e inversiones presupuestados no proyectan dividendos, que por lo menos deberían verse reflejados en la satisfacción de los usuarios con el servicio prestado.

La intermitencia en el suministro de agua y manjoles rebosados son el reflejo de cómo la crisis financiera repercute en el área operativa. Estas situaciones son apenas la punta del iceberg de una gigantesca crisis que la administración actual debe afrontar, generada por sus propias decisiones y con algunos problemas heredados de anteriores administraciones, como el aumento de la nómina.

El panorama en Emdupar no es claro, el pasado 29 de diciembre se dio a conocer el presupuesto aforado para la vigencia 2017, de 50.710 millones de pesos. Entre las proyecciones mostradas a la Junta Directiva por el gerente Armando Cuello Daza, presentó esta cifra como el ingreso esperado a diciembre 31 de 2017, con gastos e inversión distribuidos de la siguiente manera:

funcionamiento 41.470 millones de pesos, servicio a la deuda 240 millones y la inversión anual de apenas 9.000 millones. Se trata de una cuenta milimétrica, que en el papel pone a la empresa en endeble punto de equilibrio y reitera lo ya sabido por todos, todavía no es rentable.

“Es un presupuesto bien comprometido para nosotros los trabajadores porque debemos hacer que se cumpla, sobre todo con las inversiones.  Y exigente en el tema de los ingresos porque allí se verán reflejados los egresos”. Fue el mensaje del gerente Armando Cuello Daza para los funcionarios de la empresa de servicios públicos de Valledupar.

El 2016 fue uno de sus peores años porque la Superintendencia de Servicios Públicos le exigió a la Junta Directiva un plan de salvamento o la intervención.

De no hacer bien la tarea para manejar el ajustado presupuesto se precipitarían las radicales opciones planteadas el pasado mes de noviembre por la consultoría realizada por Grupo Soluciones S.A: la intervención de la Superintendencia de Servicios Públicos o la liquidación.

Sin embargo, la consultoría planteó a la Junta Directiva líneas claras para afrontar la crisis: fortalecimiento o modernización institucional, vinculación de un gestor comercial, fortalecimiento con vinculación de apoyo operativo o un inversionista para que inyecte capital.

Según fuentes oficiales, Emdupar tiene ingresos limitados que corresponden los servicios de acueducto y alcantarillado, ingresos por subsidios que hace el municipio, ingresos por Ley 550 (una cuantía minina anual-recursos pactados a 10 años) y una mínima cuantía por la supervisión que hace Emdupar a Interaseo-Aseo del Norte.

Históricamente Emdupar ha sido catalogada como la caja menor de los políticos de turno, aunque muchos no estén de acuerdo con tal calificativo es una práctica real que debe ser erradicada para mejorar el servicio de acueducto y alcantarillado en esta creciente ciudad.

Con créditos cerrados en la banca, la gerencia debe trabajar en estrategias para que los vallenatos paguen puntuales las facturas y la empresa sea más eficiente en la recuperación de la cartera morosa, de más de 50 mil millones de pesos, pero sobre todo en que los 268 empleados se preocupen por la buena prestación del servicio y así obtener la mejor ganancia y tener usuarios satisfechos.

La viabilidad financiera de Emdupar depende de todos, cada quien aporte su grano de arena.

Editorial
4 enero, 2017

Las cuentas de año nuevo en Emdupar

La caja de la empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar, no cuadra; los ingresos, egresos e inversiones presupuestados no proyectan dividendos, que por lo menos deberían verse reflejados en la satisfacción de los usuarios con el servicio prestado. La intermitencia en el suministro de agua y manjoles rebosados son el reflejo de cómo la […]


La caja de la empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar, no cuadra; los ingresos, egresos e inversiones presupuestados no proyectan dividendos, que por lo menos deberían verse reflejados en la satisfacción de los usuarios con el servicio prestado.

La intermitencia en el suministro de agua y manjoles rebosados son el reflejo de cómo la crisis financiera repercute en el área operativa. Estas situaciones son apenas la punta del iceberg de una gigantesca crisis que la administración actual debe afrontar, generada por sus propias decisiones y con algunos problemas heredados de anteriores administraciones, como el aumento de la nómina.

El panorama en Emdupar no es claro, el pasado 29 de diciembre se dio a conocer el presupuesto aforado para la vigencia 2017, de 50.710 millones de pesos. Entre las proyecciones mostradas a la Junta Directiva por el gerente Armando Cuello Daza, presentó esta cifra como el ingreso esperado a diciembre 31 de 2017, con gastos e inversión distribuidos de la siguiente manera:

funcionamiento 41.470 millones de pesos, servicio a la deuda 240 millones y la inversión anual de apenas 9.000 millones. Se trata de una cuenta milimétrica, que en el papel pone a la empresa en endeble punto de equilibrio y reitera lo ya sabido por todos, todavía no es rentable.

“Es un presupuesto bien comprometido para nosotros los trabajadores porque debemos hacer que se cumpla, sobre todo con las inversiones.  Y exigente en el tema de los ingresos porque allí se verán reflejados los egresos”. Fue el mensaje del gerente Armando Cuello Daza para los funcionarios de la empresa de servicios públicos de Valledupar.

El 2016 fue uno de sus peores años porque la Superintendencia de Servicios Públicos le exigió a la Junta Directiva un plan de salvamento o la intervención.

De no hacer bien la tarea para manejar el ajustado presupuesto se precipitarían las radicales opciones planteadas el pasado mes de noviembre por la consultoría realizada por Grupo Soluciones S.A: la intervención de la Superintendencia de Servicios Públicos o la liquidación.

Sin embargo, la consultoría planteó a la Junta Directiva líneas claras para afrontar la crisis: fortalecimiento o modernización institucional, vinculación de un gestor comercial, fortalecimiento con vinculación de apoyo operativo o un inversionista para que inyecte capital.

Según fuentes oficiales, Emdupar tiene ingresos limitados que corresponden los servicios de acueducto y alcantarillado, ingresos por subsidios que hace el municipio, ingresos por Ley 550 (una cuantía minina anual-recursos pactados a 10 años) y una mínima cuantía por la supervisión que hace Emdupar a Interaseo-Aseo del Norte.

Históricamente Emdupar ha sido catalogada como la caja menor de los políticos de turno, aunque muchos no estén de acuerdo con tal calificativo es una práctica real que debe ser erradicada para mejorar el servicio de acueducto y alcantarillado en esta creciente ciudad.

Con créditos cerrados en la banca, la gerencia debe trabajar en estrategias para que los vallenatos paguen puntuales las facturas y la empresa sea más eficiente en la recuperación de la cartera morosa, de más de 50 mil millones de pesos, pero sobre todo en que los 268 empleados se preocupen por la buena prestación del servicio y así obtener la mejor ganancia y tener usuarios satisfechos.

La viabilidad financiera de Emdupar depende de todos, cada quien aporte su grano de arena.