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Editorial - 19 marzo, 2018

La puerta abierta de la JEP

Una nueva etapa comenzó en la implementación de los Acuerdos de Paz, con la puesta en marcha de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), una instancia para proteger los derechos de las víctimas y satisfacer su derecho a la justicia, ofrecer verdad a la sociedad colombiana, contribuir a una paz estable y duradera y […]

Una nueva etapa comenzó en la implementación de los Acuerdos de Paz, con la puesta en marcha de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), una instancia para proteger los derechos de las víctimas y satisfacer su derecho a la justicia, ofrecer verdad a la sociedad colombiana, contribuir a una paz estable y duradera y adoptar decisiones que den seguridad jurídica a quienes participaron en el conflicto respecto de los delitos cometidos durante y en relación con el mismo.

Es un propósito bastante amplio, que promete mucho. En la operación eficiente y eficaz de la JEP están puestas las esperanzas de las víctimas principalmente, porque se encargará de sancionar las graves violaciones a los derechos humanos cometidas en el marco del conflicto armado ocurrido durante más de cinco décadas.

El jueves pasado inició labores, con 51 magistrados (38 de ellos son titulares y los demás suplentes) y 14 juristas extranjeros que actuarán en calidad de ‘amicus curiae’, amigos de la corte. Consta de cinco órganos y una Secretaría Ejecutiva, distribuidos en una Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad y de Determinación de los Hechos y Conductas, Sala de Amnistía e Indulto, Sala de Definición de Situaciones Jurídicas, Unidad de Investigación y Acusación y el Tribunal para la Paz.

La JEP es considerada la columna vertebral del acuerdo de paz, que funcionará por un término de quince años, que podrá ser extendido por cinco más, conocerá de los hechos cometidos por agentes de la fuerza pública y miembros de la Farc, al igual que los agentes del Estado que no hayan sido miembros de la fuerza pública y los terceros civiles que se acerquen voluntariamente a la JEP.

Comienzo un nuevo reto para la justicia, un nuevo tiempo para las víctimas y una oportunidad de resarcir el daño hecho de parte de los victimarios, que tanto dolor causaron. En el departamento del Cesar más de 300 mil víctimas esperan la verdad de los hechos que les quitaron la paz y la tranquilidad, para que se acabe el mito de la impunidad, como dijo el vicepresidente Oscar Naranjo.

Solo si se dan resultados en el mediano plazo, se fortalecerá la credibilidad de este importante escenario que fue hecho para que haya justicia. Para comenzar tienen a más de 6.900 excombatientes de las Farc en la lista. Que reine la verdad y la justicia.

Editorial
19 marzo, 2018

La puerta abierta de la JEP

Una nueva etapa comenzó en la implementación de los Acuerdos de Paz, con la puesta en marcha de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), una instancia para proteger los derechos de las víctimas y satisfacer su derecho a la justicia, ofrecer verdad a la sociedad colombiana, contribuir a una paz estable y duradera y […]


Una nueva etapa comenzó en la implementación de los Acuerdos de Paz, con la puesta en marcha de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), una instancia para proteger los derechos de las víctimas y satisfacer su derecho a la justicia, ofrecer verdad a la sociedad colombiana, contribuir a una paz estable y duradera y adoptar decisiones que den seguridad jurídica a quienes participaron en el conflicto respecto de los delitos cometidos durante y en relación con el mismo.

Es un propósito bastante amplio, que promete mucho. En la operación eficiente y eficaz de la JEP están puestas las esperanzas de las víctimas principalmente, porque se encargará de sancionar las graves violaciones a los derechos humanos cometidas en el marco del conflicto armado ocurrido durante más de cinco décadas.

El jueves pasado inició labores, con 51 magistrados (38 de ellos son titulares y los demás suplentes) y 14 juristas extranjeros que actuarán en calidad de ‘amicus curiae’, amigos de la corte. Consta de cinco órganos y una Secretaría Ejecutiva, distribuidos en una Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad y de Determinación de los Hechos y Conductas, Sala de Amnistía e Indulto, Sala de Definición de Situaciones Jurídicas, Unidad de Investigación y Acusación y el Tribunal para la Paz.

La JEP es considerada la columna vertebral del acuerdo de paz, que funcionará por un término de quince años, que podrá ser extendido por cinco más, conocerá de los hechos cometidos por agentes de la fuerza pública y miembros de la Farc, al igual que los agentes del Estado que no hayan sido miembros de la fuerza pública y los terceros civiles que se acerquen voluntariamente a la JEP.

Comienzo un nuevo reto para la justicia, un nuevo tiempo para las víctimas y una oportunidad de resarcir el daño hecho de parte de los victimarios, que tanto dolor causaron. En el departamento del Cesar más de 300 mil víctimas esperan la verdad de los hechos que les quitaron la paz y la tranquilidad, para que se acabe el mito de la impunidad, como dijo el vicepresidente Oscar Naranjo.

Solo si se dan resultados en el mediano plazo, se fortalecerá la credibilidad de este importante escenario que fue hecho para que haya justicia. Para comenzar tienen a más de 6.900 excombatientes de las Farc en la lista. Que reine la verdad y la justicia.