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Columnista - 9 marzo, 2018

La palabra sagrada vallenata

Nosotros, los nacidos en la bella región del Valle de Upar, que no es solamente la ciudad que lleva ese nombre, sino un vasto territorio que abarca gran parte de La Guajira, el norte y centro del Cesar, y algunos municipios del Magdalena, tenemos en nuestro acervo cultural no solo la gloriosa música vallenata, sino […]

Nosotros, los nacidos en la bella región del Valle de Upar, que no es solamente la ciudad que lleva ese nombre, sino un vasto territorio que abarca gran parte de La Guajira, el norte y centro del Cesar, y algunos municipios del Magdalena, tenemos en nuestro acervo cultural no solo la gloriosa música vallenata, sino también un legado lingüístico de inconmensurables proporciones al que he querido hacerle un homenaje en esta columna, apoyado en el Lexicón Vallenato, obra investigativa de Consuelo Araujonoguera publicada por el Instituto Caro y Cuervo en el año 1994, y que después de muchos años, mantiene absoluta vigencia.

Aquellos que llevamos años de vivir fuera de esa hermosa tierra, y que por falta de escucha vemos disminuido el acento y la entonación que le damos a los modismos empleados en ‘El Valle’, a cada momento escuchamos como gente de otras partes del país nos piden que les hablemos con nuestro bonito dialecto y con nuestras palabras, así nos toque explicarles luego el significado de ellas en la región.

Aquí, algunos ejemplos:

Aguaitar: Ver. Mirar. Observar. Aguáitalo con las altanerías que anda.

Arrimuescos: Remilgos. Ademanes. Ese muchacho desde que anda con esa pelaita carga muchos arrimuescos.

Bololó: Escandalo. Pleito. Lio. Anoche estábamos en la fiesta y se ha armado un bololó de padre nuestro y señor mío.

Cambambero: Novelero. Ese pelao si es cambambero.

Conduerma: Obstinación. Fastidio. Importunación. Ya empezó esta mujer con su conduerma.

Embojotarse: Pelear. Irse a las manos. Ellos estaban discutiendo cuando vimos fue que se embojataron.

Flequetiar: Moverse con coqueteo. Escalona le regaló un corte blanco a la vieja Sara “pa’ que haga un traje bonito y flequetee por El Plan”.

Fregantina: Molestia. Necedad. Dile a ese muchacho que se deje de tanta fregantina.

Flojazo: Perezoso en extremo. Ese si es mucho flojazo, se la pasa es tirao en la hamaca.

Guindarejo: Pendientes. Collares. La hija de Chava carga ahora es un poco de guindarejos.

Jarocho: Alegre. Coqueto. Despierto. Ese Euro si es hombrecito jarocho en la vida.

Mandarria: Fuerza. Capacidad física. Dejá que esa caja la suba Juancho, que ese si tiene mandarria.

Ninguniar: Subestimar o no tener en cuenta. A mí ninguno me viene a ninguniá.

Nomejoñe: Disgusto. Rabia. Déjate de vení a jodé, nomejoñe.

Pastelero: Que cambia fácilmente de partido político. Ahora en el Valle si hay pasteleros.

Pencazo: Fuetazo. Latigazo. Dile a ese muchacho que se quede quieto, que le voy a pegá un pencazo.

Pingarria: Fastidio. Aburrimiento.

Tenía otro poco de palabras vallenatas para ustedes hoy, pero mejor dejo así. La verdad es que me dio mucha pingarria y me voy a flequetear por el centro de la capital del país. Los invito a leer El Lexicón, gran embeleco de ‘La Cacica’.

Columnista
9 marzo, 2018

La palabra sagrada vallenata

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

Nosotros, los nacidos en la bella región del Valle de Upar, que no es solamente la ciudad que lleva ese nombre, sino un vasto territorio que abarca gran parte de La Guajira, el norte y centro del Cesar, y algunos municipios del Magdalena, tenemos en nuestro acervo cultural no solo la gloriosa música vallenata, sino […]


Nosotros, los nacidos en la bella región del Valle de Upar, que no es solamente la ciudad que lleva ese nombre, sino un vasto territorio que abarca gran parte de La Guajira, el norte y centro del Cesar, y algunos municipios del Magdalena, tenemos en nuestro acervo cultural no solo la gloriosa música vallenata, sino también un legado lingüístico de inconmensurables proporciones al que he querido hacerle un homenaje en esta columna, apoyado en el Lexicón Vallenato, obra investigativa de Consuelo Araujonoguera publicada por el Instituto Caro y Cuervo en el año 1994, y que después de muchos años, mantiene absoluta vigencia.

Aquellos que llevamos años de vivir fuera de esa hermosa tierra, y que por falta de escucha vemos disminuido el acento y la entonación que le damos a los modismos empleados en ‘El Valle’, a cada momento escuchamos como gente de otras partes del país nos piden que les hablemos con nuestro bonito dialecto y con nuestras palabras, así nos toque explicarles luego el significado de ellas en la región.

Aquí, algunos ejemplos:

Aguaitar: Ver. Mirar. Observar. Aguáitalo con las altanerías que anda.

Arrimuescos: Remilgos. Ademanes. Ese muchacho desde que anda con esa pelaita carga muchos arrimuescos.

Bololó: Escandalo. Pleito. Lio. Anoche estábamos en la fiesta y se ha armado un bololó de padre nuestro y señor mío.

Cambambero: Novelero. Ese pelao si es cambambero.

Conduerma: Obstinación. Fastidio. Importunación. Ya empezó esta mujer con su conduerma.

Embojotarse: Pelear. Irse a las manos. Ellos estaban discutiendo cuando vimos fue que se embojataron.

Flequetiar: Moverse con coqueteo. Escalona le regaló un corte blanco a la vieja Sara “pa’ que haga un traje bonito y flequetee por El Plan”.

Fregantina: Molestia. Necedad. Dile a ese muchacho que se deje de tanta fregantina.

Flojazo: Perezoso en extremo. Ese si es mucho flojazo, se la pasa es tirao en la hamaca.

Guindarejo: Pendientes. Collares. La hija de Chava carga ahora es un poco de guindarejos.

Jarocho: Alegre. Coqueto. Despierto. Ese Euro si es hombrecito jarocho en la vida.

Mandarria: Fuerza. Capacidad física. Dejá que esa caja la suba Juancho, que ese si tiene mandarria.

Ninguniar: Subestimar o no tener en cuenta. A mí ninguno me viene a ninguniá.

Nomejoñe: Disgusto. Rabia. Déjate de vení a jodé, nomejoñe.

Pastelero: Que cambia fácilmente de partido político. Ahora en el Valle si hay pasteleros.

Pencazo: Fuetazo. Latigazo. Dile a ese muchacho que se quede quieto, que le voy a pegá un pencazo.

Pingarria: Fastidio. Aburrimiento.

Tenía otro poco de palabras vallenatas para ustedes hoy, pero mejor dejo así. La verdad es que me dio mucha pingarria y me voy a flequetear por el centro de la capital del país. Los invito a leer El Lexicón, gran embeleco de ‘La Cacica’.