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Columnista - 14 agosto, 2018

La esencia del vallenato (parte 1)

ESENCIA: Conjunto de características permanentes e invariables que determinan un ser o a una cosa y sin las cuales no sería lo que es. Esta es la definición que nos interesa para hablar de la esencia del vallenato. El primer fundamento es el origen de nuestra música, la participación de tres razas. Ya sabemos: indígena, […]

ESENCIA: Conjunto de características permanentes e invariables que determinan un ser o a una cosa y sin las cuales no sería lo que es.

Esta es la definición que nos interesa para hablar de la esencia del vallenato. El primer fundamento es el origen de nuestra música, la participación de tres razas. Ya sabemos: indígena, negro y blanco, cada una de ellas cuenta con diversidad étnica, lo que nos conlleva a decir que el vallenato es plurietnico. De allí el sincretismo de invaluable riqueza para nuestra música. Bien vale la pena destacar, el mestizaje.

Las características visibles propias del vallenato, permanentes invariables; nos dicen que el vallenato es: una forma de ser, amar a Dios, la mujer, hijos, padres hermanos, amigos, compadres, con un estilo de vida y modo de hablar, bailar, cantar, enamorar, artesanía, comer, creencias, personajes, leyendas, cuentos, clima, vegetación, ríos. total, condiciones geográficas, todo.

El acordeón ingresó por todos los puertos, pero al valle del cacique Upar, ingresó por Riohacha, el sonido aerófono, del acordeón, sonido percutido de la caja (Tambor vallenato) y de fricción, como la guacharaca, salta como tercer fundamento visible, esta trifonía (que ya sabemos no es exclusiva del vallenato) es la que arroja el sistema musical o el género musical y sus subgéneros o aires, insumo de nuestra historia cada uno con estructuras propias: melodía, armonía, ritmo y literatura.

Es obvio que en todo esto está implícito el sentir, pensar y saber hacer del ser humano. Sergio Moya Molina, en su canto “Fortuna y Desdicha” dice: “A veces uno se siente inspirado y el sentimiento se vuelve canción” (Claro él sintió, pensó y actuó haciendo su canto) quítale al vallenato el sentimiento y nada de lo que has leído tiene valor, la historia, sus instrumentos, su gente es la parte material y la inspiración, es lo espiritual.

Cuando un creativo del arte, dice: “Voy a poner a evolucionar al vallenato; fusionándolo con el Jazz” es probable de acuerdo a su capacidad; que haga algo delicioso o un Frankenstein musical. Pero evolucionar no, ¿Acaso esa es la única forma de evolución? No conozco ninguna música que haya evolucionado así. ¡La gente tiene derecho a inventar! Si claro, pero los cuatro aires ya tienen nombre, póngale nombre a lo que está inventando, y hace claridad, acuérdese que ya esto es un patrimonio de la humanidad y tenemos el deber de protegerlo.

(Continúa, espera segunda estrega)

Por: Rosendo Romero Ospino

Columnista
14 agosto, 2018

La esencia del vallenato (parte 1)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rosendo Romero Ospino

ESENCIA: Conjunto de características permanentes e invariables que determinan un ser o a una cosa y sin las cuales no sería lo que es. Esta es la definición que nos interesa para hablar de la esencia del vallenato. El primer fundamento es el origen de nuestra música, la participación de tres razas. Ya sabemos: indígena, […]


ESENCIA: Conjunto de características permanentes e invariables que determinan un ser o a una cosa y sin las cuales no sería lo que es.

Esta es la definición que nos interesa para hablar de la esencia del vallenato. El primer fundamento es el origen de nuestra música, la participación de tres razas. Ya sabemos: indígena, negro y blanco, cada una de ellas cuenta con diversidad étnica, lo que nos conlleva a decir que el vallenato es plurietnico. De allí el sincretismo de invaluable riqueza para nuestra música. Bien vale la pena destacar, el mestizaje.

Las características visibles propias del vallenato, permanentes invariables; nos dicen que el vallenato es: una forma de ser, amar a Dios, la mujer, hijos, padres hermanos, amigos, compadres, con un estilo de vida y modo de hablar, bailar, cantar, enamorar, artesanía, comer, creencias, personajes, leyendas, cuentos, clima, vegetación, ríos. total, condiciones geográficas, todo.

El acordeón ingresó por todos los puertos, pero al valle del cacique Upar, ingresó por Riohacha, el sonido aerófono, del acordeón, sonido percutido de la caja (Tambor vallenato) y de fricción, como la guacharaca, salta como tercer fundamento visible, esta trifonía (que ya sabemos no es exclusiva del vallenato) es la que arroja el sistema musical o el género musical y sus subgéneros o aires, insumo de nuestra historia cada uno con estructuras propias: melodía, armonía, ritmo y literatura.

Es obvio que en todo esto está implícito el sentir, pensar y saber hacer del ser humano. Sergio Moya Molina, en su canto “Fortuna y Desdicha” dice: “A veces uno se siente inspirado y el sentimiento se vuelve canción” (Claro él sintió, pensó y actuó haciendo su canto) quítale al vallenato el sentimiento y nada de lo que has leído tiene valor, la historia, sus instrumentos, su gente es la parte material y la inspiración, es lo espiritual.

Cuando un creativo del arte, dice: “Voy a poner a evolucionar al vallenato; fusionándolo con el Jazz” es probable de acuerdo a su capacidad; que haga algo delicioso o un Frankenstein musical. Pero evolucionar no, ¿Acaso esa es la única forma de evolución? No conozco ninguna música que haya evolucionado así. ¡La gente tiene derecho a inventar! Si claro, pero los cuatro aires ya tienen nombre, póngale nombre a lo que está inventando, y hace claridad, acuérdese que ya esto es un patrimonio de la humanidad y tenemos el deber de protegerlo.

(Continúa, espera segunda estrega)

Por: Rosendo Romero Ospino